La historia y el descubrimiento del Mar del Sur
- Eliécer Navarro
El descubrimiento del Mar del Sur forzó un crecimiento comercial, acortó caminos, propagó enfermedades, pero la historia señala que nada fue igual después de ese día.
Se aproximan los 500 años de aquella fecha en que Vasco Núñez de Balboa, desde las montañas del Darién, se convirtiera en el primer europeo que divisara el Mar del Sur, posteriormente conocido como el océano Pacífico. Este acontecimiento considerado entre los principales en la época de los descubrimientos y la conquista de América, es también un hito en la historia de Panamá, da inicio a los pasos que forman nuestra identidad geográfica de puente, puerta y puerto. Del convencimiento de que somos una región diferente a todas en el Nuevo Mundo.
Después de 500 años, Panamá continúa siendo un cruce comercial extraordinario, que administra con éxito y amplía un Canal Interoceánico que acorta caminos entre dos mares, que facilita la vida a millones de personas y con la consideración de todos los países del mundo.
Se acerca el 2013, y los panameños celebrarán y le recordarán al mundo que desde entonces han pasado muchas cosas y que es el momento de conmemorar.
Como otras veces, volveremos a ser punto de atracción y se debe sacar provecho de eso, lanzando un mensaje cultural, turístico, que ayude a realzar nuestra potencialidad comercial, mostrando la mejor imagen de un país que se moderniza, que ha crecido y que está íntimamente relacionado con su posición geográfica.
Pero también es el momento de analizar históricamente, y bajo la lupa de un punto de vista novedoso, los hechos del descubrimiento y las consecuencias que la acción de la hazaña de Balboa trajo.
El estudio de la historia durante ese período de cinco siglos ha evolucionado y les toca a los panameños realizarlo de la mejor manera. No es tarea fácil, a pesar de que hay mucho escrito sobre la época y sobre los hechos que se desencadenaron apenas se conociera que Panamá era un istmo y la parte más estrecha del continente. Cuando se comenzó a recorrer esta ruta famosa, cambiaron las costumbres de la humanidad, la densidad demográfica de Europa y el intercambio de productos extraordinarios de los cuatro rincones del orbe que por aquí pasaron.
La historia, según la Enciclopedia Cumbre, es: “La imagen del pasado, creada por la imaginación y el intelecto con ayuda de materiales dejados por las generaciones anteriores.”
Sobre la travesía de Balboa, la fundación de ciudades, como las de Panamá y Portobelo, la creación de la ruta transístmica, las expediciones hacia lugares como Perú, Chile, Nicaragua se encuentran muchos documentos en los Archivos de Madrid o en los Archivos de Indias, en obras literarias y en textos históricos.
La historia, sigue diciendo la enciclopedia mencionada, puede entenderse en tres sentidos: primero, como la sucesión de todos los hechos acaecidos en el tiempo, como un arte que recrea estos hechos con criterio estético o como una ciencia que investiga el desarrollo de las sociedades humanas en el tiempo y en el espacio.
Hay palabras en esta definición como arte, estética o ciencia que abren las puertas a otras disciplinas o dictan las formas de escribir la historia. La estética se puede relacionar con la literatura, lo que a mi juicio es una forma en que la gente común puede entender de la mejor manera los hechos del pasado. Pero la ciencia nos obliga a la investigación y que los resultados de ese ejercicio se basen en datos y mecanismo de trabajo objetivos, en los que la observación, la evaluación y comprensión, la comparación de los documentos que nos anteceden se haga meticulosamente.
Hay un dicho muy viejo que dice que la historia la escriben los vencedores, a eso le agrego que los historiadores muchas veces responden a los intereses de las clases a que pertenecen o a la de los Gobiernos de turno. La historia panameña no escapa a esas realidades. Pero los años pasan y los estilos y los métodos de estudios cambian. Esto cae en la Filosofía de la Historia, que es el desarrollo de las formas en las cuales los humanos crean la historia. Debemos rescatar todos los datos y las consecuencias que desarrollaron el descubrimiento del Mar del Sur.
Me llama mucho la atención la forma como se han transformado los lentes bajo los que los historiadores juzgan y escriben los hechos.
En 1996, acercándose el fin del milenio que comenzó en el año 1000 de nuestra era, y que se acabaría en el año de 1999, diarios norteamericanos e ingleses hicieron una encuesta sobre el hombre más influyente en los pasados mil años y como gran sorpresa fue escogido el oriental Gengis Khan.
¿Por qué? ¿Porque fue un gran guerrero? Los que lo votaron tomaron en cuenta los grandes avances comerciales entre Oriente y Occidente que se dieron por la consolidación de su imperio.
Este punto de vista, que prima sobre la sociología y está influido por el pensamiento de Carlos Marx, dice que lo más importante es lo económico. Entonces esto de que las fuerzas económicas impulsan los movimientos históricos logró influir en los posteriores pensadores del siglo XX.
Durante el siglo XIX, el alemán Leopold Von Ranke, considerado el padre de la historia científica, señaló: “No debe existir una teoría histórica, con esquemas previos que imponga sobre el pasado, como se hacía anteriormente. Ranke dice que sea el pasado el que hable, el historiador no tiene boca. Pone de manifiesto un método: el filológico, que consiste en el recurso a los documentos.
Esto nos atañe, ya que en medio del histórico descubrimiento del Mar del Sur, surge un conflicto humano entre Balboa y Pedrarias, oficial del rey, que decapita al primero y que luego funda la Ciudad de Panamá y crea la ruta transístmica que aún perdura.
Pedrarias no goza del favor de los historiadores panameños. Es tildado de cruel, dando paso a una romántica imagen de Balboa, bondadoso con los indios y acompañado de una Anayansi nativa que es heroína para España, pero entonces, la historia no refleja el punto de vista de su pueblo.
Es interesante ver que en México la figura de Malinche, la india que ayudó al conquistador Cortés, no es vista por la historia de ese país de forma benévola.
“El culto a los héroes existe, ha existido y existirá siempre con carácter universal en el seno de la humanidad". Esta frase célebre del pensador escocés Thomas Carlyle del XIX demuestra lo que decíamos al señalar que la historia es forjada por los grandes hombres.
Entonces, siguiendo esos postulados, Balboa es nuestro gran héroe, cruzó de uno a otro mar e hizo historia.
En el libro histórico Hernández de Córdoba, capitán de conquista en Nicaragua, fundador de las ciudades de Granada y León, escrito por el costarricense Carlos Meléndez Ch., señala que el día en que nacen las ciudades comienza la existencia real de la Nicaragua que hoy conocemos.
Este libro comienza su primer capítulo, titulado “Panamá centro de ensayo de una forma de conquista” con el siguiente párrafo. “El Mar del Sur fue descubierto en septiembre de 1513 por Vasco Núñez de Balboa, quien con su hallazgo dejó abierto un vasto horizonte a las exploraciones geográficas y a las tareas de conquista y colonización”.
Vale decir que Hernández de Córdoba fue también un capitán de Pedrarias y que este le cortó la cabeza en 1526, pero históricamente es visto como un héroe nicaragüense, la moneda de ese país es denominada Córdoba.
Traemos este episodio a nuestro artículo para resaltar que la historia de países vecinos comienza en Panamá, después de la memorable fecha de septiembre de 1513.
El descubrimiento del Mar del Sur forzó un crecimiento comercial, acortó caminos, propagó enfermedades, pero la historia señala que nada fue igual después de ese día.
Es el momento para estudiar los hechos del descubrimiento del océano Pacífico desde una compleja totalidad, que suma las acciones humanas, las consecuencias visibles sin dejar de lado las corrientes de pensamiento y las motivaciones de los historiadores.
Estos deben ser honestos e imparciales, mirando hacia el horizonte lejano sin menoscabar a todos los actores de los hechos pasados.
Para comentar debes registrarte y completar los datos generales.