Cantus Interruptus
Grito, saloma y registro
El grito es el sonido más auténtico del campesino panameño, de donde se origina la saloma y toda la música para la mejorana. La saloma es una melodía sirve de calentamiento para la voz...
- Emiliano Pardo-Tristán (Compositor y guitarrista)
- - Actualizado: 24/10/2017 - 10:04 am
El grito es una de las manifestaciones más breves de la música folclórica panameña, pero al mismo tiempo una de las más importantes. Es parte de la cotidianidad del campesino, por lo tanto también aparece en su música. El grito está presente en las cantaderas, insertado antes de las salomas, entre las décimas y algunas veces se superpone al solo o registro del mejoranero. Solo utiliza vocablos, y quizá sea esa la razón que lo une inseparablemente al campesino, revelando un sentimiento arcaico donde las palabras no son necesarias. El grito es el sonido más auténtico del campesino panameño, de donde se origina la saloma y toda la música para la mejorana.
En los torrentes cantados de la mejorana, el cantador empieza su trova con una saloma. La saloma es una melodía —a veces improvisada y otras aprendida— sirve de calentamiento para la voz antes de empezar los versos de la décima que se va a cantar. De la misma forma que el estudiante o intérprete de canto operático o clásico busca la resonancia de la voz por medio de escalas y ejercicios de impostación vocal, el cantador de torrentes panameño, por pura intuición, hace su ejercicio de vocalización pero en público, con una audiencia en frente. Utiliza principalmente vocales solas o precedidas por consonantes nasales —como la n—, que le ayudan a proyectar mejor el sonido a lo largo de su presentación y a confirmar su afinación con la del mejoranero. También se usan versos. Los de Raúl Vital en una saloma a capella: «He visto una muchachita, delgadita de cintura, ella sirve pa' remedio, yo que tengo calentura».
La saloma, aunque sirve un propósito técnico-musical muy claro, no es sólo mero ejercicio vocal, sino la esencia del torrente. Con ella el cantador se inspira y transmite su numen a quien lo acompaña y a quien lo escucha. Por eso empieza con ella su canto, creando la atmósfera adecuada para el tema de sus versos. En la simple melodía de una saloma van implícitos los elementos rítmicos, melódicos y armónicos del torrente que se canta.
El registro es el solo que toca el mejoranero al principio del torrente y entre las pausas del cantador. El mejoranero hace alarde de su habilidad y experimenta con la improvisación, aunque algunos registros han dejado la frescura de su indeterminación y son mero cliché. En Ocú se registra charrasqueando todas las cuerdas, apagando unas y dejando sonar las que llevan la melodía. Esta forma de registrar —acompañando con cuerdas apagadas la melodía—, es una de las destrezas vernáculas de la mejorana panameña.
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