Gentilicios
- Ariel Barría Alvarado
Ahora con el mundial de fútbol ha surgido otra vez la necesidad de llamar a las personas de acuerdo con el lugar en el que nacieron. A veces esto es muy sencillo, y no requiere de esfuerzos de ningún tipo, pero en otras ocasiones la tarea se complica.
La palabra con que enunciamos el origen de una persona se denomina “gentilicio”, y como es fácil observar, recoge en su formación la palabra “gens”, que se mantiene en varias palabras contemporáneas (gene, genealogía, genética); es decir, nos indica la “raíz” familiar de la que proviene alguien.
Vamos a citar aquí algunos gentilicios que, tal vez por su particularidad, puedan ser desconocidos para algunas personas, conscientes de que este espacio no podría dar cabida a la multitud de ejemplos que son necesarios para conocer de manera adecuada el tema. Se le recuerda también al amable lector, que los gentilicios siempre se escriben con minúscula, Veamos.
Afganistán, afgano; Albania, albanés; Andorra, andorrano; Angola, angoleño; Anguila, anguilense; Azerbaiyán, azerbaiyano; Bahamas, bahameño o bahamés; Bahréin, bahreiní; Belarús, bielorruso o belaruso; Bélgica, belga; Brasil, brasileño; Brunéi, bruneano; Bulgaria, búlgaro; Burkina Faso, burkinés; Burundi, burundés o burundiano; Cabo Verde, caboverdiano; Camboya, camboyano; Camerún, camerunés; Chipre, chipriota; Comoras, comorano o comorense; Costa de Marfil, costamarfileño o marfileño; Croacia, croata; Dinamarca, danés.
Entre los gentilicios de ciudades también encontramos varios que podrían hacernos pensar bastante. Por ejemplo, ¿cómo se le llama a alguien que nació en Aguas Calientes, México? Hidrocálido. ¿Y al natural de Jerusalén? Hierosolimitano o jerosolimitano. ¿Y al de Cádiz, en España? Gaditano. ¿Y al de Extremadura? Extremeño. ¿Y al de Río de Janeiro? Carioca o fluminense. ¿Y al de San José, Costa Rica? Josefino. ¿Y al de Tegucigalpa? Tegucigalpense. ¿Y al de Monterrey? Regiomontano. ¿El de Washington (que está hoy de fiesta)? Washingtoniano.
En Panamá tenemos nuestros propios retos también; por ejemplo, la ciudad de Santiago, en Veraguas, emplea el gentilicio santiagueño; mientras que el mismo nombre, en Chile, favorece el gentilicio santiaguino, y en Cuba, por su parte, usan santiaguero. No faltan tampoco las historias de pueblos que han decidió cambiar su nombre porque su gentilicio los desfavorecía.
Es que algunos gentilicios, como vimos antes, no son muy considerados a la hora de darnos pistas. Así, por ejemplo, el que nace en Buenos Aires es bonaerense; el de Huesca, oscense; el de Valladolid, vallisoletano y del de Salamanca, salmantino; el de Puerto Rico, puertorriqueño o borincano.
Una duda que siempre existe es si los naturales de la India son hindúes o si ese término se aplica a los que practican el hinduismo solamente. La respuesta es que quien nace en la India puede llamarse hindú, igual que a los partidarios del hinduismo.
En fin, el gentilicio es una marca distintiva de la persona, y salvo excepciones, debería ser llevado con orgullo siempre.
Que la palabra te acompañe.
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