El trastorno por TDAH
Algo que sabemos es que los niños con TDAH no fabrican suficientes sustancias químicas en áreas claves del cerebro responsables de organizar el pensamiento.
Generalmente escuchamos sobre situaciones o hechos a las cuales se les da una connotación distinta a la realidad y podemos dar como verdaderos ciertos conceptos o ideas que producen mayor confusión.
En algunos temas esto toma mayor fuerza y se confirma que los mitos rebasan la verdad; por esta razón, queremos referirnos a una cuestión que siempre es motivo de atención, y que hasta se ha convertido en el justificante perfecto de muchos problemas que aquejan a nuestra niñez: El trastorno por déficit de Atención e Hiperactividad o TDAH.
Aclaremos que los niños que solamente son muy inquietos, esa idea debemos desterrarla de nuestras mentes. Siendo así, qué es entonces este trastorno.
El TDAH es el término que identifica una serie de conductas que manifiestan algunos niños y adultos. Los niños con TDAH tienen dificultad para prestar atención o mantener un comportamiento adecuado tanto en la escuela como en la casa o el trabajo (cuando se trata de adultos). Pueden ser mucho más dinámicos e impetuosos (o uno de estos) de lo usual. Estos comportamientos suelen ser causa de problemas importantes para las relaciones y el aprendizaje. Debido a esto, quienes tienen TDAH algunas veces son vistos como difíciles o que tienen problemas de comportamiento. Pero el tema es más complejo, de hecho el TDAH es común y afecta de un 4 a 12% de los niños escolares. Siendo más común en niños que niñas.
Hagamos una revisión a los síntomas típicos, tanto en el niño que tiene dificultad de atención como en el niño hiperactivo. El niño con TDAH que es desatento tendrá entre otros síntomas: problemas para seguir instrucciones; dificultad para conservar su atención en actividades específicas en cualquier sitio; pierden cosas necesarias para realizar todas sus actividades; parecen que no prestan atención; tienen desinterés por los detalles; parece desorganizado; presentan inconvenientes para planificarse; son olvidadizos; se distraen fácilmente.
En cambio, el niño con TDAH que es hiperactivo e impulsivo o uno de estos tendrá más o menos estos síntomas: son inquietos; corren o andan inapropiadamente; no juegan en silencio; responden sin esperar; interrumpen a las personas; no pueden estar sentados; hablan demasiado; siempre se están moviendo; no esperan turnos.
Hay que aclarar algunas ideas que pueden ser de utilidad a los padres que tienen hijos confrontando esta situación. Un diagnóstico de TDAH puede hacerse solamente obteniendo información, acerca del comportamiento de su niño, de varias personas que lo conocen. El psicólogo o especialista indagará para obtener información de los maestros o cualquier persona familiarizada con su niño. Igualmente, se pueden tener cuestionarios que usted y la maestra pueden completar. Esto ayudará a comparar el comportamiento de su niño con otros niños.
Algo que sabemos es que los niños con TDAH no fabrican suficientes sustancias químicas en áreas claves del cerebro responsables de organizar el pensamiento. Sin tener una cantidad suficiente de estas sustancias los centros del cerebro que se encargan de la organización funcionan mal. Esto causa, según estos datos, los síntomas del TDAH. Aunque no se descarta la influencia de los genes y su relación con este trastorno.
Algunos mitos sobre las causas del TDAH son: mala crianza, aunque la vida escolar o familiar desordenada empeoran los síntomas; exceso o falta de azúcar; aditivos y colorantes alimenticios; alergias alimentarias; falta de vitaminas; mucha televisión; video juegos, etc.
Algunos datos importantes.
Determine horarios para levantarse, comer, jugar, hacer tareas, quehaceres, televisión o videojuegos, acostarse, etc. Coloque el horario donde el niño lo vea. Comuníquele cualquier cambio antes.
Hay que aclarar lo que sucede cuando se cumplen o rompen las reglas.
Haga que su niño le preste atención y véale a los ojos. Dígale con voz clara y calmada lo que desea. Mantenga instrucciones simples y cortas. Pídale que las repita.
Aplauda a su niño cuando complete cada paso de una tarea.
Por ser impulsivos, los niños que tienen TDAH pueden necesitar más supervisión de los adultos que otros niños de la misma edad.
Premie todo buen comportamiento o cuando termina la tarea no solo por obtener una buena calificación. Se deben dar premios adicionales por el esfuerzo.
Escoja lugares fijos para hacer las tareas lejos de distracciones. Divida el tiempo de tareas en sesiones cortas con descansos.
Esté pendiente de cómo va su niño en el colegio durante la clase o en el recreo. Pida reportes de progreso diario o semanal.
Antes se pensaba que el TDAH se superaba con el tiempo. Sabemos que no es así para la mayoría. Los síntomas del TDAH con frecuencia mejoran a medida que los niños crecen y aprenden a ajustarse. La hiperactividad usualmente para en la adolescencia tardía. Pero cerca de la mitad de los niños que tienen TDAH continúan siendo distraídos con facilidad, con cambios bruscos de humor y son incapaces de completar tareas. Los niños que tienen padres amorosos que les brindan apoyo, que trabajan conjuntamente con el personal del colegio, con los profesionales de salud mental y los demás especialistas tienen mejor probabilidad de convertirse en adultos bien ajustados.
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