El autor trabaja simultáneamente en una novela y un nuevo libro de cuentos.
Andrés Villa: viene una novela ‘sexy policiaca’
Su próxima obra girará en torno a amores, intrigas, sexo oscuro, asesinatos y nigromancia, sin ser precisamente una loa a narcoliteratura. Sus tres oficios lo han empujado a ser un observador del hombre y el paisaje panameños, lo que cuales, dice, lo conmueven bastante.
Perfil
- Nombre: Andrés Villa.
- Nacionalidad: Panamá, Santa Ana.
- Profesión: Periodista, fotógrafo y escritor.
- Ocupación: Relaciones Públicas de la ATP.
- Obras: Autor de cuatro libros: ‘La Nueve’, ‘Perdedores’, ‘ Correoso, arrabal ardiente’ y ‘Runnels, el verdugo del yankee strip’.
- Otras: Amante del futbol y presidente del Plaza amador cuando ganaba campeonatos.
Todavía no se conocen los planes de gobierno de los candidatos presidenciales para las elecciones de 2014, pero uno de ellos ya tiene una guía para comenzar. Se trata de un libro: ‘Correoso, arrabal ardiente’, que escribió Andrés Villa.
Esta obra rescata del olvido la imagen de Buenaventura Correoso, un maestro y adalid del arrabal santanero que fungió como juez de paz, además de inspirar y guiar a su gente en tiempos de zozobra.
Villa no precisó a quién le obsequió el libro, pero uno de los potenciales receptores del mismo queda descartado debido a su reciente elección.
El también autor de “La Nueve” y “Perdedores” señala que si el libro le sirve de algo al candidato, se sentirá satisfecho.
Es que Andrés Villa es un personaje osado y que tiende a volar alto. Después de presentar dos libros en tiempo récord, ahora su pluma está dedicada a la producción de una novela en la que se entretejerán temas que siempre gustan: sexo, asesinatos y, por supuesto, amor.
Después de haber presentado dos libros en menos de 90 días, tanto silencio parece sospechoso, ¿en qué anda actualmente?
En varias cosas. En una novela distinta a las otras, con un tema de amores, intrigas, sexo oscuro, asesinatos, nigromancia. Falta un final que sorprenda. El diario vivir me absorbe, pero publicaré antes de fin de año un libro llamado "1903”; sí, así mismo, “ mil novecientos tres” con cuentos de la historia republicana.
¿No me diga que está pensando incursionar en la narcoliteratura?
Las drogas son algo que está presente en nuestra sociedad, son parte de las noticias. Pero no, la novela está muy adelantada, pero es “sexy” policiaca y una crítica social a lo asfixiante que pueden ser las grandes ciudades.
¿Será que se desvió del camino después de "La Nueve”, su primer libro?
Siempre he tratado de ser un agente de cambio. No encasillarme en un solo tema, ser un escritor con un abanico de ofertas.
¿De qué manera “Ran Runnels”, su último libro, ha impactado su carrera como escritor?
Para mí es un fenómeno. Este vaquero se está vendiendo bien en las librerías, tomando en cuenta las dificultades del mercado panameño. La portada es muy sugestiva, con es gringo, el “Runnels, el verdugo del yankee strip”. Todo el que ojea el libro se sorprende que en el siglo XIX llegó a Panamá un "ranger” de Texas. Es una historia poca conocida.
Tomando en consideración que sus dos últimos libros son de corte histórico, ¿qué diferencia ha percibido en cuanto a la reacción de los críticos y los lectores?
La historia novelada es mejor aceptada. Aunque uno tiene que hacer un trabajo como el de un carpintero, construir y encajar las piezas para que formen un todo interesante. “Correoso” y “Runnels” salieron del partidor, no sé a dónde llegarán. Espero que muy lejos.
¿No teme que usted haya ido más rápido que ellos, por el corto lapso entre la presentación de uno y otro, lo cual al final puede producir que queden empatados en ningún lado?
“Correoso” tuvo muchos años de elaboración y salió el 29 de mayo, el día de mi cumpleaños; “Runnels” lo hice por encargo en casi dos meses. Son de la misma época, del siglo XIX, por eso me fue fácil lo del vaquero.
Dicen que ningún buen padre niega a sus hijos, pero después de cuatro libros, ¿cuál tiene el espacio más grande en su corazón y por qué?
“Perdedores”, es mi libro favorito. Creo que tengo cuentos muy bien construidos. Con técnica, comienzos por el final, sorpresas y ese libro me permitió viajar por todas mis lecturas, rescatar héroes y presentar anécdotas de mi barrio y de mis viajes. Espero que algún día sea reconocido, aunque Margarita Vásquez, miembros de la Academia Panameña de la Lengua, me hizo una gran reseña y cada vez más son las opiniones a favor de “Perdedores”.
¿Debo inferir que como cualquier panameño de a pie, usted preferiría vivir del cuento más que de la novela?
Me gusta más la novela. Pero el cuento me permite variantes novedosas y una interacción con el lector, más rápida, sorpresiva. Veo una cosa interesante y ¡zas! puedo hacer un cuento y expresarme.
Con “La Nueve” y “Perdedores” usted osciló entre la novela y el cuento.
¿Hacia dónde ve inclinado su futuro?
No hay nada como la novela. Desde que Cervantes escribió “Don Quijote”, el tiempo lo puso sobre todos los escritores de la época de oro de España. Sobre Lope de Vega, Calderón, Tirso, Quevedo. Todos quedaron en un segundo plano. La novela es la estrella de la literatura.
¿La estrella? ¿Cómo así?
Es el género más reconocido. Un novelista tiene que hacer más esfuerzos. La novela es más difícil. Los críticos siempre han reconocido más a la novela.
Hablemos del “Correoso, arrabal ardiente”, ¿en cuánto ha contribuido este libro al redescubrimiento de este personaje de nuestra historia?
Mucha gente no lo conocía. Ha sido mi mejor gala de presentación. Marco Gandásegui, izquierdista, la cataloga de “una novela de inusitado valor”. Roberto Brenes, un hombre ligado al capital, elogia a “Correoso” y me pone en la categoría de realismo histórico mágico. Son dos personajes de pensamientos opuestos que respetan a “Correoso”. Quisiera que la leyeran muchos jóvenes para que vieran la estatura del personaje panameño. Sigo en esa lucha.
¿Qué le hace creer que un joven de ahora tenga interés de conocer sobre un tipo que vivió en una época en que no había celular ni mucho menos Twitter?
Siempre hay jóvenes interesados en la historia del país. En “Correoso” hay aventuras, tradiciones y un amor de dos jóvenes. Una chica bonita y un tipo valiente. Está el episodio de la Tajada de Sandía, el Carnaval del arrabal, la fiebre amarilla y el suicidio de los chinos. Recientemente en un círculo de lectura de gente muy adulta, había un joven arquitecto de 23 años que quedó encantado con mi novela. Me escribió una reseña que me emocionó. “Runnels” fue leído en un curso de Inglés y era gente joven que se interesó por ese personaje del siglo XIX.
¿Mantiene usted su tesis de que a Buenaventura Correoso no se le ha hecho justicia?
Fue un visionario honesto. Abrió la puerta para que el mestizaje, el pueblo, se educara y tuviera acceso al poder político. “Gloria a Dios en las alturas y en el arrabal a Ventura". Los historiadores deben tomar en cuenta esa espontaneidad popular.
¿Y los políticos y servidores públicos, no?
Claro que sí. Se lo regalé a un candidato a la presidencia y le dije que si el libro lo ayudaba a comprender a los panameños, cumplí con mi cometido.
¿Cómo califica el proceso de comercialización de sus obras? ¿Se han vendido de manera satisfactoria?
Me han permitido seguir publicando otras ediciones. Hay sitios que te lo ponen fácil, otros no quieren órdenes de compra y otros requisitos que desaniman a los escritores. Otros comercios quieren hasta el 40% del precio de venta. Demasiado.
¿Diría que las editoriales quieren ganar más de lo que merecen con la producción de los escritores nacionales?
Diría que las tiendas deben comprender el esfuerzo del escritor panameño. Los supermercados Riba Smith solo cobran el 10%.
¿Alguna producción nueva o seguirá trabajando con lo que ya tiene en el mercado?
Villa seguirá escribiendo. No soy tan joven, pero tengo fuerzas y pido a Dios que me permita seguir en la brega literaria.
¿Le ha permitido su recorrido por el país, en calidad de periodista turístico, descubrir alguna historia digna de ser contada en un libro?
Claro que sí. Soy un observador del hombre y el paisaje. Me conmueven las manifestaciones populares. Disfruto viendo el comportamiento de la gente de Azuero, de Herrera y de Los Santos. Fui a Ocú recientemente y vi que ellos eran distintos. Los chiricanos, conocí Cañazas. El hombre panameño tiene una triste alegría. Lo puedo captar a través del lente de mi cámara. Eso, la fotografía permite captar el alma de la gente. Y después me dice muchas cosas que escribo.
¿Hasta dónde espera llegar como escritor?
Quién sabe. Los libros son algo que perduran. Y como dijo Polo Montañez el desaparecido jibaro cubano, “algún diá me buscarán me reconocerán".
Pero usted escribe por vocación, para satisfacer su ego o para ser aplaudido?
Para todo eso, para comunicarme. Es muy gratificante oír a alguien que le gustó tu obra. Pero hay que tener los pies sobre la tierra. O ir por la calle y te digan la palabra mágica “Escritor”.
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