’El Estribo’ por dentro
Algunos de los personajes y su significado
El estribo simboliza el medio en el que los humanos se encaraman sobre otros para satisfacer sus deseos e intereses.
El doctor Quintero y Apolonia tienen un peso específico cuando se le aprecia en “El Estribo”.
Quintero representa en la vida de Roderick Esquivel, los mejores valores y cualidades de los compañeros y amigos que encontró a lo largo de su vida como liberal progresista, explica Rodrigo Esquivel.
“Es el liberal de profundas convicciones sociales, democráticas y humanas, norte sobre el cual siempre mi padre enderezó su quehacer de profesional y de ciudadano”, dice.
Pero Quintero no es la única figura que adquiere vida aquí. También está Apolonia, el personaje principal.
Apolonia es el centro de la trama narrativa, sin importar que el hilo conductor sea Juan Diego. No importa cuándo aparece y desaparece en la novela. Ella domina sobre cada acontecimiento y cada decisión de los personajes hasta fundirse en la vida de Juan Diego, de Felipe y de las etnias ngäbe y buglé.
Pero siempre queda la inquietud sobre cuán reales o no son estos personajes.
Sobre ese tema en particular, se advierte que los personajes son creación del autor. Pero su anclaje en la realidad les atribuye una carga de vida y de experiencia que los saca de la ficción y los coloca ante como caracteres y talantes que nunca han dejado de existir.
Son, en esencia, gente que se encontraban ayer, hoy y quizás mañana. Porque encarnan la dramática historia del perfil multiétnico y multicultural del país en el cual fueron concebidos, Panamá.
Agrega Esquivel que en un cierto sentido “El Estribo” es una novela histórica. Desafortunadamente es una historia que dura siempre, aunque su ambientación toca definitivamente los últimos años de vida de su padre.
Se enmarca dentro de un arco de tiempo que va desde fines de los 70 de siglo pasado hasta la primera década del presente siglo.
La narración de “El Estribo” se desarrolla, en su parte medular, a partir de un contexto –el espacio geográfico e histórico-cultural de las etnias ngäbe y buglé-- del cual el doctor Roderick Esquivel toma elementos humanos, no ciertamente para decorar el relato, cuanto para objetivar la denuncia hacia la que se endereza su propuesta literaria.
De ahí que se construye en la narración una alegoría alrededor del estribo que una vez el autor encontró en una huaca de origen colonial y que originalmente sirve para subir a la cabalgadura, pero que de manera figurativa en la novela se presenta como el medio por el cual los seres humanos nos encaramamos sobre otros en la búsqueda de satisfacer deseos e intereses mezquinos y subalternos.
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