Tras el legado de Rommel y Dely
La incorporación del panameño al H'e9rcules, levanta una gran expectación entre los aficionados.
- Alex GarcÃa
- - Publicado: 18/7/2007 - 11:00 pm
EL DELANTERO panameño, Blas Pérez, confió en que su fichaje por el Hércules resulte tan brillante como el que consiguieron sus compatriotas Rommel Fernández y Julio César Dely Valdés en el fútbol español, para seguir "abriendo puertas" en el fútbol europeo a jugadores de su país, y desea conseguirlo "con luz propia".
Blas Pérez fue presentado ayer como nuevo jugador del Hércules para las cuatro próximas temporadas, procedente del Cúcuta de Colombia, donde militó la pasada temporada y disfrutó de "los mejores seis meses" de su carrera, según dijo.
El ariete llega al Hércules con la "ilusión de poder ayudar al equipo a subir a Primera División". "Vengo a trabajar y a esforzarme al máximo", manifestó Blas Pérez, quien destacó el proyecto del conjunto alicantino, al que prefirió pese al interés de otros clubes europeos, como el Anderlecht o la Florentina. "Me gustan los retos y me gusta poder luchar por subir", dijo.
No se marcó una cifra de goles a alcanzar durante la temporada, aunque "sé que voy a marcar" y se definió como un futbolista "alto, que va bien de cabeza, pero también técnico. No soy de gambetear, sino de darla tras uno o dos toques, de estar en el área y, cuando la tengo, meterla".
No se consideró el responsable de marcar los goles en el Hércules, porque cree que todo el equipo es responsable de ello. "Tenemos que ser una familia y, con trabajo, llegarán los goles", manifestó.
El delantero, quien señaló que ahora "mucha afición panameña será del Hércules", agradeció el apoyo mostrado por los seguidores antes, incluso, de jugar y les pidió que "alienten" al equipo durante la temporada, porque "sin vosotros no somos nadie".
Tras el acto de la presentación, Blas Pérez se enfundó la camiseta blanquiazul del Hércules y accedió al terreno de juego del estadio Rico Pérez, donde posó para los fotógrafos y realizó los habituales juegos con el balón para el deleite de los aficionados.
Posteriormente, el panameño atendió a los seguidores, a los que amablemente firmó autógrafos y se tomó fotos.
Aunque no lo parezca, Panamá es un país futbolero. Pero no idolatra su Liga nacional sino que se desviven por saber qué pasa en España y qué hacen sus compatriotas que triunfan en el extranjero: Felipe Baloy, Garcés y sobre todo Blas Pérez. La irrupción del delantero en el fútbol colombiano fue una bomba, tanto que llevó a Cúcuta de Segunda a la semifinal de la Libertadores. ¿Por qué no repetir la gesta en Alicante? Y todo ello ante los atentos ojos de los aficionados del país, que siguieron la gesta paso a paso, pues la mayoría de partidos se televisan allí y eso disparó su fama. Desde que destacara en su Panamá Viejo (barrio con encanto infinito y patrimonio de la humanidad) no ha hecho otra cosa que marcar goles y con esa misión llega a Alicante.
El pueblo panameño lo coronó ya como miembro de su trilogía de grandes delanteros: Rommel Fernández (cuyo nombre lleva el estadio nacional), Dely Valdés y ahora Blas. Su llegada a España sólo hizo que confirmar que está llamado a seguir esa exitosa senda de sus antecesores porque cualidades y gol no le faltan. Pude verle en acción en la Copa Libertadores y en la Copa de Oro y en ambas demostró que se trata de un delantero de talla mundial, tanto que en su país se hablaba de grandes clubes como su destino final. Y no se equivocaron porque el Hércules lo es y sólo le falta un líder en la cancha que lo conduzca hasta recuperar su brillo de antaño. Ese icono puede y debe ser Blas Pérez, potro indomable criado entre dos océanos.
M.A Vara. Diario AS
Blas Pérez fue presentado ayer como nuevo jugador del Hércules para las cuatro próximas temporadas, procedente del Cúcuta de Colombia, donde militó la pasada temporada y disfrutó de "los mejores seis meses" de su carrera, según dijo.
El ariete llega al Hércules con la "ilusión de poder ayudar al equipo a subir a Primera División". "Vengo a trabajar y a esforzarme al máximo", manifestó Blas Pérez, quien destacó el proyecto del conjunto alicantino, al que prefirió pese al interés de otros clubes europeos, como el Anderlecht o la Florentina. "Me gustan los retos y me gusta poder luchar por subir", dijo.
No se marcó una cifra de goles a alcanzar durante la temporada, aunque "sé que voy a marcar" y se definió como un futbolista "alto, que va bien de cabeza, pero también técnico. No soy de gambetear, sino de darla tras uno o dos toques, de estar en el área y, cuando la tengo, meterla".
No se consideró el responsable de marcar los goles en el Hércules, porque cree que todo el equipo es responsable de ello. "Tenemos que ser una familia y, con trabajo, llegarán los goles", manifestó.
El delantero, quien señaló que ahora "mucha afición panameña será del Hércules", agradeció el apoyo mostrado por los seguidores antes, incluso, de jugar y les pidió que "alienten" al equipo durante la temporada, porque "sin vosotros no somos nadie".
Tras el acto de la presentación, Blas Pérez se enfundó la camiseta blanquiazul del Hércules y accedió al terreno de juego del estadio Rico Pérez, donde posó para los fotógrafos y realizó los habituales juegos con el balón para el deleite de los aficionados.
Posteriormente, el panameño atendió a los seguidores, a los que amablemente firmó autógrafos y se tomó fotos.
Aunque no lo parezca, Panamá es un país futbolero. Pero no idolatra su Liga nacional sino que se desviven por saber qué pasa en España y qué hacen sus compatriotas que triunfan en el extranjero: Felipe Baloy, Garcés y sobre todo Blas Pérez. La irrupción del delantero en el fútbol colombiano fue una bomba, tanto que llevó a Cúcuta de Segunda a la semifinal de la Libertadores. ¿Por qué no repetir la gesta en Alicante? Y todo ello ante los atentos ojos de los aficionados del país, que siguieron la gesta paso a paso, pues la mayoría de partidos se televisan allí y eso disparó su fama. Desde que destacara en su Panamá Viejo (barrio con encanto infinito y patrimonio de la humanidad) no ha hecho otra cosa que marcar goles y con esa misión llega a Alicante.
El pueblo panameño lo coronó ya como miembro de su trilogía de grandes delanteros: Rommel Fernández (cuyo nombre lleva el estadio nacional), Dely Valdés y ahora Blas. Su llegada a España sólo hizo que confirmar que está llamado a seguir esa exitosa senda de sus antecesores porque cualidades y gol no le faltan. Pude verle en acción en la Copa Libertadores y en la Copa de Oro y en ambas demostró que se trata de un delantero de talla mundial, tanto que en su país se hablaba de grandes clubes como su destino final. Y no se equivocaron porque el Hércules lo es y sólo le falta un líder en la cancha que lo conduzca hasta recuperar su brillo de antaño. Ese icono puede y debe ser Blas Pérez, potro indomable criado entre dos océanos.
M.A Vara. Diario AS
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