Sol de Orión y Señor Ben Hur elevan las esperanzas para el Clásico del Caribe
Queda pendiente una prueba selectiva para definir la representación nacional para la carrera grande del próximo 8 de diciembre en Gulfstream Park.
- Egbert Lewis
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- - Actualizado: 20/9/2018 - 12:16 pm
Poco a poco se va despejando el panorama con respecto a la posible representación de Panamá en el clásico Internacional del Caribe.
Luego del extraordinario desempeño de Sol de Orión (Sol Marino en María Monarch por Maria´s Moon), que ganó el clásico Augusto Samuel Boyd Paredes sobre Señor Ben Hur (Tiz Blessed en Indiana Got Even por Stephen Got Even), pudimos percibir en el ambiente un renovado optimismo entre los aficionados, que hasta el domingo pasado tenían un alto nivel de escepticismo sobre el potencial de esta generación de potros nacionales que actualmente tienen tres años de edad.
Aunque ejemplares como Cacique Charlie y Dario Ruth no aguantaron como para prevalecer en las posiciones puntuables, la presentación de Sol de Orión y Señor Ben Hur, incluyendo también las de The Bullet y El Cuentista, que llegaron tercero y cuarto, fueron por demás decorosas.
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Ese día, 16 de septiembre, la pista se encontraba muy ligera y llamó la atención que esta vez el grupo paró los relojes en 1:53 para los 1,800 metros, cuatro segundos y dos quintos menos que el tiempo registrado en el primer evento selectivo (1:57.2), lo cual representa una mejora de poco más o menos 18 largos, siendo conservador.
Es cierto que los ejemplares panameños no van a correr solos el próximo 8 de diciembre, cuando se realizará el Internacional del Caribe en el hipódromo de Gulfstream Park, pero ciertamente despierta el ánimo el más reciente performanse que nos mostraron.
En las próximas semanas iremos desvelando el perfil de algunos de los representantes de los otros países para cotejarlos con los nuestros y así saber si en realidad tenemos razones sólidas para sentirnos optimistas.
Por lo pronto, solo hay que esperar que los nuestros se mantengan saludables aquí y puedan llegar bien allá.
A otra cosa
Si bien es cierto que la calidad del espectáculo debe ser el motor que mueva el interés de los hípicos para concurrir al hipódromo, existen otros factores que, aunque parezcan insignificaantes, inciden directamente en la decisión que uno puede hacer al momento de optar entre dedicar algunas horas de su fin de semana a la hípica o moverse hacia las múltiples atracciones que ofrece la ciudad y el país.
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Hay que reconocer que se ha hecho un esfuerzo interesante en el paddock al aire libre, lo cual hace muy llamativo el espectáculo para quienes observan por televisión o redes sociales. Pero, una vez se está dentro del monstruo, la verdad es que dan ganas de irse.
Somos conscientes de que las condiciones de la ciudad no están como para que la gente asista todas las semanas en masa al hipódromo. Así como sabemos que las agencias de apuestas han sido las mayores proveedoras de ingresos, pero más allá de esos factores, al público lo ahuyenta del 'templo hípico' lo abandonado, inundado, afeado, descuidado y desolado que está el estacionamiento, que hace rato dejó de ser familiar y con ello se mató a uno de los principales respiraderos y vitrinas con que contaba el hipódromo. Y, encima, hay que pagar para sufrir.
Si usted decide ir a la tribuna principal, también se encuentra con carencias magnificadas. Pocos lugares para sentarse en la planta baja, disminución de monitores de televisión y máquinas vende paga para jugar en la tribuna principal y pocas atracciones. Los sanitarios están a medio andar y la fachada externa presenta un aspecto lúgubre, al cual se suma la poca luminosidad cuando cae la noche y los predios anegados cuando el Júpiter pluvioso decide descargar su furia.
Es obvio que se está haciendo un extraordinario esfuerzo por mejorar y que el dinamismo se está observando muy por encima de lo se tenía hasta un par de años, pero hay que poner atención de inmediato a estos, que parecen detalles insignificantes, pero que golpean mucho el ánimo de los clientes.
Y, créanme, la gente que se va es muy difícil que vuelva, porque nadie regresa a donde lo tratan la mal.
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