Paolo va para Milán
Publicado 2006/09/06 23:00:00
- Gabriela Herrera
PAOLO Álvarez De La Guardia es un ejemplo que el fútbol es un deporte universal. Vive en El Cangrejo, aprendió a jugar en El Chorrillo y su futuro pudiera estar Italia.
Él nunca pensó que cuando le regalaron la oportunidad de ir al Milán Junior Camp en la playa Santa Clara iba a impresionar a los entrenadores italianos que estaba allí y que ahora le abren las puertas para ir tras su sueño de formar parte de las divisiones inferiores del A.C. Milán de Italia.
Durante las vacaciones de medio año, el Colegio Episcopal realizó dos campamentos donde reclutó a jóvenes talentos del fútbol panameño que iban a ser probados por los entrenadores que el Milán envió. El costo de la inscripción superaba los B/.100.00 balboas y en ese momento apareció Alejandro Domínguez, la persona que le cambió la vida a Paolo, dándole el patrocinio para ir a Santa Clara.
Los entrenadores del Milán vinieron con el objetivo de cumplir con los campamentos, y no de firmar a ningún jugador, relató Alida De La Guardia, madre de Paolo. Pero al parecer el mediocampista panameño posee las cualidades innatas que captó inmediatamente la atención de los técnicos.
A Paolo le sobra juventud, ya que apenas tiene 16 años. Es hábil con las dos piernas y, según él, sabe tratar bien la pelota, además de adaptarse al juego aéreo (mide 1.80). No teme al juego rudo, aunque reconoce que ese no es su fuerte.
Todos años los grandes clubes de Europa reclutan a jóvenes para formarlos en las divisiones inferiores por lo que la competencia, por un puesto es una lucha sin cuartel y de eso está consciente Paolo.
"Cuando me dijeron que iba hacer a una prueba no lo podía creer, quiero llegar en buenas condiciones y quedarme en el equipo", indicó sin dejar de mirar la cancha de fútbol que está a la entrada de la Universidad de Curundu que ejercía un magnetismo que lo empujaba hacia ella, pero era frenado por un pertinaz aguacero un la fiebre que lo aquejaba.
Según su madre Paolo es un deportista nato ya que desde su niñez practicó deportes como la natación y el karate hasta que sintió el llamado como una vocación del fútbol.
"A los 9 años Paolo no quería hacer otra cosa que jugar fútbol. ", dijo.
"No tengo miedo que vaya a Italia, por qué voy a temer si él va detrás de su sueños. Eso es parte de su formación como hombre que haga realidad su sueño eso lo hace una persona plena", confesó.
Alida ha conversado con su hijo para que no se presione, que si no es tomado en cuenta todo seguirá igual y que se quite la presión de que él tiene que darle a la familia la oportunidad de vivir mejor.
Como todos los niños Paolo empezó a jugar en el parque cerca de su casa luego jugó en la escuela, después paso a entrenar con la primera del Tauro, pero por diversos motivos no pudo seguir.
A los 14 años se presentó a una prueba en El Chorrillo y quedó en el equipo sub-17 y en este momento forma parte de la sub-19.
Por ahora, seguirá practicando mientras hace maletas para salir, en las próximas semanas, en busca de su sueño en Italia.
Él nunca pensó que cuando le regalaron la oportunidad de ir al Milán Junior Camp en la playa Santa Clara iba a impresionar a los entrenadores italianos que estaba allí y que ahora le abren las puertas para ir tras su sueño de formar parte de las divisiones inferiores del A.C. Milán de Italia.
Durante las vacaciones de medio año, el Colegio Episcopal realizó dos campamentos donde reclutó a jóvenes talentos del fútbol panameño que iban a ser probados por los entrenadores que el Milán envió. El costo de la inscripción superaba los B/.100.00 balboas y en ese momento apareció Alejandro Domínguez, la persona que le cambió la vida a Paolo, dándole el patrocinio para ir a Santa Clara.
Los entrenadores del Milán vinieron con el objetivo de cumplir con los campamentos, y no de firmar a ningún jugador, relató Alida De La Guardia, madre de Paolo. Pero al parecer el mediocampista panameño posee las cualidades innatas que captó inmediatamente la atención de los técnicos.
A Paolo le sobra juventud, ya que apenas tiene 16 años. Es hábil con las dos piernas y, según él, sabe tratar bien la pelota, además de adaptarse al juego aéreo (mide 1.80). No teme al juego rudo, aunque reconoce que ese no es su fuerte.
Todos años los grandes clubes de Europa reclutan a jóvenes para formarlos en las divisiones inferiores por lo que la competencia, por un puesto es una lucha sin cuartel y de eso está consciente Paolo.
"Cuando me dijeron que iba hacer a una prueba no lo podía creer, quiero llegar en buenas condiciones y quedarme en el equipo", indicó sin dejar de mirar la cancha de fútbol que está a la entrada de la Universidad de Curundu que ejercía un magnetismo que lo empujaba hacia ella, pero era frenado por un pertinaz aguacero un la fiebre que lo aquejaba.
Según su madre Paolo es un deportista nato ya que desde su niñez practicó deportes como la natación y el karate hasta que sintió el llamado como una vocación del fútbol.
"A los 9 años Paolo no quería hacer otra cosa que jugar fútbol. ", dijo.
"No tengo miedo que vaya a Italia, por qué voy a temer si él va detrás de su sueños. Eso es parte de su formación como hombre que haga realidad su sueño eso lo hace una persona plena", confesó.
Alida ha conversado con su hijo para que no se presione, que si no es tomado en cuenta todo seguirá igual y que se quite la presión de que él tiene que darle a la familia la oportunidad de vivir mejor.
Como todos los niños Paolo empezó a jugar en el parque cerca de su casa luego jugó en la escuela, después paso a entrenar con la primera del Tauro, pero por diversos motivos no pudo seguir.
A los 14 años se presentó a una prueba en El Chorrillo y quedó en el equipo sub-17 y en este momento forma parte de la sub-19.
Por ahora, seguirá practicando mientras hace maletas para salir, en las próximas semanas, en busca de su sueño en Italia.
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