Las claves de la debacle del Real Madrid en casa del PSG
El Real Madrid se ha convertido en un equipo que no compite, que no controla los partidos, pierde los pulsos en balones divididos y cualquier rival, sea de la entidad que sea, le genera ocasiones de gol.
- España
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- EFE
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- @10Deportivo
- - Actualizado: 19/9/2019 - 02:19 pm
El Real Madrid arrancó la Liga de Campeones con los mismos síntomas que provocaron su eliminación de la última edición, sin que Zinedine Zidane de la tecla con soluciones que regeneren la ilusión, un equipo frágil en defensa, sin carácter competitivo, en el que Courtois perdió el duelo con Keylor Navas y sin que Hazard anime una delantera que no tiró.
Las claves de la debacle madridista en París fueron:
1. Zidane sin soluciones
Regresó al cargo de entrenador tras ver desde fuera los problemas que provocaron un año vacío de títulos grandes. Su Real Madrid muestra los mismos síntomas. Apostó de inicio por juntar jugadores ofensivos de calidad que no conectaron en ninguna ocasión ni generaron desequilibrio.
El problema lo tuvo en el centro del campo. Víctima de las lesiones que castigan una mala planificación. Solo dispone de Casemiro y Kroos. El PSG apuntó esa zona para crear superioridad y provocar el sufrimiento.
Sin un solo centrocampista en el banquillo, viendo que su equipo se descosía por la medular, el técnico madridista no encuentra soluciones.
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2. Keylor vencedor del pulso con Courtois
El duelo con morbo residía en las porterías. Zidane tuvo que elegir y aunque en todos sus éxitos de la primera etapa Keylor Navas fue indiscutible, lo hizo por la apuesta de futuro del club, Thibaut Courtois. Provocó que viendo su inamovible suplencia en las competiciones grandes, Keylor decidiese marcharse para iniciar una nueva aventura.
El fútbol le presentó con rapidez la oportunidad de revancha y se marchó del Parque de los Príncipes con la portería a cero mientras vio sufrir al portero belga del Real Madrid. Reaccionó tarde en el primer gol de Di María, no llegó al disparo ajustado del segundo y nada pudo hacer en el tercero. De nada serviría alguna parada para evitar antes la goleada, como una buena mano abajo a Sarabia, ya estaba marcado como portero que no salva a su equipo en un mal día.
3. Hazard al frente de un ataque que no disparó a puerta
Era la primera titularidad de Eden Hazard y la puesta de largo del nuevo tridente que debe ilusionar al madridismo. Apenas se salvó Gareth Bale, siempre en acciones individuales con el gol en su cabeza. No conectaron Hazard, Bale y Benzema. El cortocircuito en la construcción de fútbol provocó que apenas les llegasen balones, y cuando los recibieron no se encontraron entre ellos.
Nunca hablaron el mismo idioma futbolístico y no dispararon en ninguna ocasión a portería rival. El belga anda muy lejos de un buen estado de forma para competir. El calendario no da tregua y Zidane necesita una mejoría rápida de un futbolista que debe ser el referente en el juego y al que deben buscar sus compañeros para que desequilibre.
4. Fragilidad defensiva y ausencia de carácter competitivo
El Real Madrid solía protagonizar una transformación en cuanto sonaba el himno de la Liga de Campeones. Nada de lo que viviese importaba en una competición de la que es el rey. El efecto se ha diluido. Se ha convertido en un equipo que no compite, que no controla los partidos, pierde los pulsos en balones divididos y cualquier rival, sea de la entidad que sea, le genera ocasiones de gol.
Los malos síntomas de pretemporada los intentó corregir Zidane modificando su sistema y jugando con defensa de tres centrales. En París las bajas por sanción de Sergio Ramos y Nacho le impidió ejecutar la idea para protegerse. La banda de Carvajal y Bale fue un coladero. El espacio entre líneas enorme en un equipo que fue muy largo y provocó que los centrales, Varane y Militao, sufriesen durante todo el partido.
5. El VAR contra el intento de reacción
Cuando los jugadores del Real Madrid tiraron de orgullo fueron frenados por el VAR y las decisiones del colegiado. Gareth Bale firmó un gran gol antes del descanso que habría sido el impulso anímico necesario para levantarse. El balón le golpeó antes del disparo en la mano, sin ninguna intención del galés pero con una nueva norma que señala infracción cada vez que en ataque ocurre ese tipo de acción.
En la segunda parte se repitió la participación del VAR para anular un gol a Benzema. En esta ocasión el culpable fue Lucas Vázquez que partiendo de fuera de juego se dirigió hacia el balón aunque finalmente no tuvo intención de jugarlo viendo a su compañero con posibilidades de tiro. Todo fue en contra de un equipo que recibió un serio aviso en París.
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