Gimnasio de Curundú rompe estereotipos
En el 'Rockero' Alcázar no solo se forman los futuros campeones mundiales, también acuden decenas de personas de todas las clases sociales en busca de una mejor condición física.
- Karol Elizabeth Lara
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- - Actualizado: 10/4/2018 - 06:55 pm
Estructuralmente dista de ser un cinco estrellas, pero la fama de sus entrenadores es suficiente para atraer a decenas al gimnasio "Rockero" Alcázar, de Curundú.
Allí los que buscan quemar algunas calorías y ponerse en forma se mezclan con los boxeadores sedientos de títulos.
Sus instructores se dan golpe de pecho porque están seguros de que lo que ahí ofrecen ningún otro gimnasio rimbombante lo tiene.
"Un gimnasio tiene que estar caliente para bajar de peso, los otros son chicha de piña, nunca como el gimnasio de Curundú. Aquí los entrenadores te sacan el jugo porque te ponen a hacer boxeo y trabajo cardiovascular", aseguró el entrenador y expúgil Rigoberto Garibaldi.
Su ubicación en una zona popular no frena a nadie. Aquella sombra de violencia desaparece en las viejas instalaciones, que un día fueron hangar.
"Aquí no te pasa nada, nunca ha pasado nada en este gimnasio. Antes esto era zona roja, pero ahora viene gente de todas las clases sociales. Abogados, licenciados, doctores mandan a sus hijos, Vienen yeyecitos, rabiblancos", agregó Garibaldi.
La inscripción, de por vida, cuesta 10 dólares. Por día se cobra tres. Diariamente recibe a más de 60 personas.'
10
dólares cuesta la inscripción para entrenar en el gimnasio "Rockero" Alcázar.
25
años de funcionar en Curundú cumple este mes el popular centro de entrenamiento.
60
usuarios diarios, aproximadamente, tiene este gimnasio.
La edad mínima para asistir es 11 años, cuando se aspira a ser boxeador. Para el resto no hay límites, pueden acudir de 40, 70 años.
Adicional a los implementos de boxeo, la especialidad de la casa, hay un cuarto de pesas, bicicletas y máquinas para correr.
Los usuarios están encantados con el lugar y aseguran que no tiene nada que envidiarles a los mejores gimnasios del país. Además de entrenamiento, es un club social y en el que tienen la oportunidad de ver cómo se forman las futuras estrellas del boxeo.
Bodas de plata
El gimnasio de Curundú abrió sus puertas el 25 de abril de 1993. Antes de llegar a esta sede, el mismo operaba en El Marañón.
Antonio Campbell, presidente de los entrenadores, recuerda que en un inicio se les destinó, a través de una donación de Japón, más de 200 mil dólares, pero el dinero se "esfumó" y nunca llegaron a tener el gimnasio que querían para el boxeo.
"Cuando nos sacaron de El Marañón hice las gestiones para que nos facilitaran este lugar, que fue un hangar que nos donó el Banco Hipotecario", rememoró Campbell.
En Curundú atesoran una rica historia, que piensan celebrar en un par de semanas, cuando cumplan sus bodas de plata.
Ese día, entrenadores, boxeadores y usuarios en general tendrán en el "Rockero" Alcázar de Curundú un desayuno.
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