El Madrid muerde el polvo
- Redacción Deportes (EFE)
El Real Madrid perdió un duelo repleto de tensión en la ida de semifinales de Liga de Campeones, ampliando su maldición en el infierno del Allianz Arena, terreno donde no ha ganado en diez visitas y donde pagó el conformismo de José Mourinho tras el tanto de Mesut Özil, que acabó pagando con el gol de Mario Gómez en el último minuto (2-1).
La Champions, de verdad, la clásica. La de duelos a vida o muerte entre los mejores jugadores del mundo comenzó para el Real Madrid en Múnich. En el estadio de la final. Donde se tambaleó por minutos, se levantó amparado en la seguridad de Pepe y la calidad de Benzema, y acabó pagando su conformismo cuando saboreaba un empate que encarrilaba un nuevo paso hacia la Décima.
Un duelo con tanto pasado, repleto de polémicas e incidentes para la historia, se convierte en un clásico europeo en el que el respeto manda sobre el césped. Si José Mourinho tenía perfectamente estudiado al Bayern, Jupp Heynckes conoce de memoria al equipo que condujo hacia la Séptima antes de salir por la puerta de atrás del Real Madrid con la educación que le caracteriza.
La pasión de las gradas se trasladó al terreno de juego, donde faltó orden y sobró emoción. Sin control, con un fútbol de ida y vuelta. Como un duelo de boxeadores por mantenerse en pie, el Bayern golpeó primero y castigó la personalidad madridista. El Real Madrid respondió. Y cuando pensaba en la vuelta puso su rodilla sobre la lona.
En un saque de esquina, de nuevo el error más cometido por el equipo de “Mou” a balón parado, llegó el primer gol. Ramos midió mal y perdió la visión de la trayectoria del balón. El rechace en Badstuber lo aprovechó Ribéry para fusilar a Casillas. Explotó el Allianz.
Era la primera ocasión en la actual Liga de Campeones que el Real Madrid se veía por debajo en el marcador en un partido. Acusó cierto nerviosismo. Sin la pausa necesaria para encontrar el camino correcto. Cristiano disparaba arriba una falta y desviada una acción individual.
Cada ataque del Real Madrid era respondido con contundencia por el Bayern. Schweinsteiger disparaba cruzado, Robben generaba nerviosismo desequilibrando y centrando, y aparecía Iker Casillas a cinco minutos del final para intervenir ante un potente chut de Mario Gómez tras una brillante acción de Kroos. Veían al Real Madrid en un momento que podían dejarle tocado y hasta Robben y Ribéry se enzarzaban por lanzar una falta.
La movilidad de Benzema fue clave. Lee el fútbol a la perfección. Le dibujó la jugada a Di María y el pase a Cristiano que perdonó lo que siempre marca. Ante Neuer golpeó mal con el pie derecho. El rechace volvió a caer en Karim y esta vez Cristiano asistió a Özil, que marcó a puerta vacía para igualar un gran partido a los 53 minutos.
La tensión se apoderó del duelo. Con Pepe descomunal y Ramos como pilares defensivos del Real Madrid. Sacaron todo por alto. Se igualaban las fuerzas de un partido sin dueño que con el paso de los minutos fue regresando al terreno local. De nuevo una indecisión de Ramos a centro desde la banda pudo costar caro. El regalo lo remató mal Mario ante Casillas, que veía cómo un minuto después, al 72, el gigantón cazaba un centro de Lahm con un testarazo.
Así llegaron los minutos finales, cuando emergió la figura de Mario Gómez. Un remate a cuatro del final, pidiendo penalti en una acción que sacó con limpieza Ramos y cuando el partido se acababa, rematando a la red un centro de Lahm tras un fallo de Coentrao, que fue rápido al césped.
El duro castigo es la primera derrota del Real Madrid esta temporada en Europa. En el peor momento. En la ida de semifinales, como ocurrió la pasada temporada. Esta vez marcó y a domicilio. Cumplió uno de los objetivos de Mourinho. En la vuelta tendrá que cambiar su mentalidad e ir por el partido. La final de Múnich espera.
Para comentar debes registrarte y completar los datos generales.