El cuarto bate de mil y una batallas
Muchos llaman a Glenn Díaz “la computadora humana”, porque tiene una facilidad increíble para recordar fechas y estadísticas, tanto de los torneos nacionales de béisbol como de las Grandes Ligas.
- Elisinio González G.
- - Publicado: 09/3/2008 - 09:10 pm
Era un día de verano. El sol, aún tenue, entregaba un calor suave, se escuchaba el rumor de la ciudad y las personas iban alegres por las calles de La Chorrera.
En la humilde residencia del reconocido y joven historiador panameño de béisbol, Glenn Díaz, se respiraba un ambiente de mucho amor y tranquilidad.
La madre del hogar, Marta de Díaz, una vez más, se disponía a colocarle en la mesa el desayuno a su querido esposo, mientras que un olor agradable a café despertaba el apetito de los habitantes del sector, que apenas comenzaban a escaparse de los brazos de "Morfeo".
En aquella humilde residencia todo era felicidad; pero de repente, sucedió lo inesperado.
Al primer sorbo del exquisito café, Glenn sintió un dolor profundo en su estómago. En ese momento sentía como si le hubieran clavado una puñalada, la cual hizo que se llevara las manos a su vientre. Muchas preguntas pasaban por su mente... todas sin respuesta en ese momento.
En segundos ya estaba en el suelo, ante los ojos de su amada.
Inmediatamente, la desesperación se hizo presa de Marta, quien no podía con el peso enorme de su esposo.
Los gritos de auxilio acabaron con la tranquilidad que se respiraba en aquel punto de La Chorrera. Fue ahí que comenzó la historia del cuarto bate de las mil y una batallas...
Momento trágico.
El próximo mes de mayo se cumplen seis años de aquel pasaje triste en la vida de Glenn Díaz, el comentarista de RPC Radio que todos los días le regala a los miles de oyentes cualquier cantidad de estadísticas de los campeonatos nacionales de béisbol.
Esos momentos trágicos fueron recordados hoy con mucha exactitud por el hombre que todos apodan como "la computadora humana".
"Recuerdo bien que me daban unos dolores en la primera línea muscular del estómago y cuando llegaba al hospital me decían que era gastritis. Cuando de repente una mañana, ante el primer sorbo de café, me atacó un fuerte dolor en el estómago y me desplomé. Mi esposa no podía conmigo, porque yo pesaba unas 300 libras", comentó.
En medio de su relato hace un alto de breves segundos, para luego revelar la causa que le produjo los fuertes dolores de estómago durante aquel mes de mayo del 2002.
"Me llevaron al hospital Nicolás Solano de La Chorrera. Recuerdo que me hicieron un ultrasonido y me detectaron unas piedras, y luego me detectaron que tenía cáncer de páncreas, lo que ocasionó que se me dañaran algunos órganos y que se me intoxicara la sangre. Al final me trasladaron al Hospital Santos Tomás donde tuve varios meses internado", dijo.
Opinión médica.
En ese preciso momento el dolor se estacionó en su garganta y las lágrimas toman forma de testimonio silencioso en sus ojos y no puede hablar más. Arrebatando de un tajo el dolor comenta: "Durante los meses que estuve en el hospital estuve en coma. Me hicieron nueve operaciones, donde me sacaron el páncreas, la vesícula, el bazo y el riñón. Al final me dieron de alta y de 300 libras que pesaba quedé en 93 libras. Recuerdo bien que al salir del hospital los médicos le dijeron a mi familia que tenía pocos meses de vida. Ese momento fue difícil, porque los médicos me desahuciaron de salida. Recuerdo que me explicaron que la mortalidad de cáncer del páncreas es la más alta que existía a nivel mundial. Pero gracias al poder de Papa Dios, hoy todavía estoy aquí brindándole a los oyentes de RPC Radio mis comentarios y las estadísticas de los campeonatos nacionales de béisbol que tanto gustan".
Amor por el béisbol.
Parece poco creíble creer que no fue el deporte del béisbol que llamó la atención de Glenn cuando apenas era un niño.
"Mi deporte favorito era la lucha libre. Yo era amante de la lucha panameña y la mexicana. Pero luego vino la ‘Fernandomanía’ en 1981. Te hablo del lanzador mexicano Fernando Valenzuela, quien se convirtió en mi ídolo. Por este lanzador fue que nació mi amor por el béisbol. Luego de eso comencé a jugar béisbol con mis amigos del barrio", precisó.
Los recuerdos imborrables de repente comienzan a aparecer en la entrevista. Se acomoda en su silla y comienza a hablar de lo que nunca ha dejado de hablar: del béisbol.
"La primera vez que hablo de béisbol en un programa de radio fue en 1990, en Síntesis Deportiva de Radio Mía, que dirige todavía Víctor Raúl Vásquez. Era una Serie Mundial entre los Rojos de Cincinnati y los Atléticos de Oakland. Yo me asomé al programa sin que nadie me invitara y participé", acotó.
Invitación especial.
Luego de esta primera experiencia, el amor por comentar de béisbol en la radio aumentó increíblemente.
Fue ahí que apareció una invitación especial de una de las leyendas del periodismo panameño, el difunto Hernán Botello.
"Recuerdo que Hernán Botello me invitó a que participara en su programa que se transmitía por Radio Ancón, para que me fogueara. Aquí aprendí muchísimo, porque el difunto Hernán Botello fue un verdadero maestro", precisó.
Personas importantes que han estado en el deporte del béisbol seguían apareciendo en la mente de Glenn Díaz.
"Yo leía mucho los periódicos para documentarme del béisbol de las Grandes Ligas. Leía mucho los escritos del periodista Alfredo Franceschi, a quien considero mi inspiración en lo que son los récords y las estadísticas. En el béisbol nacional, le tengo que agradecer mucho al difunto Ashton White, quien me enseñó a anotar lo básico en el béisbol, en 1986", dijo.
Fuerza de vida.
En esos años la vida le sonreía a este historiador incansable.
"En 1998 recuerdo que comenté en la televisión, gracias a la ayuda del periodista Elías González. También trabajé con Elías en el programa Deportivamente y luego en el 2002 vino el asunto del cáncer de páncreas", manifestó.
Hubo otro silencio de breves segundos en la entrevista. Luego de respirar profundo, Glenn reveló la fuerza que lo hizo volver nuevamente al béisbol.
"Recuerdo que a mi amigo Raúl Ossa le dieron la conexión de anunciar los bateadores en el Estadio Justino Salinas en el 2003. Este regreso se lo debo a mi hija Pamela, quien es mi fuerza de energía. Gracias a Dios, aquí estoy todavía en el deporte que amo, el béisbol", añadió.
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