Círculo de Lobas El efecto de Román Torres
Mientras mi pequeño de cuatro años jugaba con su tía, se lastimó uno de los...
- María Victoria Rivera
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- @mvictoriarc
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- - Publicado: 21/6/2018 - 12:00 am
Mientras mi pequeño de cuatro años jugaba con su tía, se lastimó uno de los dedos del pie y soltó el llanto. Mi hermana le explicó que a veces eso les pasaba a los futbolistas, a lo que preguntó: "¿Qué haría Román?". Mi hermana le respondió que descansaría para recuperarse; para nuestra sorpresa, contestó: "Está bien, iré a descansar". ¿De dónde sabe él de Román?, me pregunto, si no veo juegos, incluso su hermana -mi hija de dos años- se alegra y grita emocionada cada vez que este jugador sale en la tele, "mami, mira, Román", dice como si fuera un pariente que no ve desde hace años. Pues bien, ese es el efecto Román. Él es esa figura que representa que no hay sueño imposible de alcanzar, es una imagen de esperanza, aunque esta se puede convertir en una carga porque está en la mirada de todos, al igual que sus compañeros. Román es el medio tangible para proyectar la emoción de ser parte de uno de los eventos deportivos más importantes, que hasta al más escéptico que tuvo la oportunidad de escuchar las primeras notas del Himno Nacional sonar se le erizó la piel. Las lágrimas de Román son ese símbolo del sueño alcanzado, ese sueño que nuestro país, lamentablemente, nos priva de aspirar debido a que el deporte, las artes y lo que no sea mano de obra no representa rentabilidad. Pero a través de esos 11 jugadores, hoy no solo unos pequeños hermanos pueden aspirar a decir "quiero ser como Román" o "quiero ser como...", sino muchos niños que los ven como lo más grande, y adultos también, se van a permitir soñar porque al final nadie te puede quitar tus sueños. Que Panamá no podía, decían, y quizás en este no se levante una copa, pero es un gran logro y así cualquier disciplina lo puede hacer porque queda en evidencia con ellos y otros deportistas que aquí hay talento, que nuestro himno se puede seguir escuchando al lado de grandes países, solo se necesita creer, así como se creyó en su momento en que algún día Panamá estaría en un mundial. Los chicos lo hicieron muy bien, lloraron, sufrieron y pese a que digan que son los peores, nadie sabe el esfuerzo de cada uno de ellos para lograrlo. ¡Ah! y los espero en el Círculo de Lobas en "panamaamerica.com.pa".
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