Hepatitis Viral transmisión, síntomas y tratamiento
Publicado 1999/08/10 23:00:00
- Heriberto Bernal V./
La hepatitis viral es una enfermedad inflamatoria del hígado causada por virus que afectan, en la naturaleza, exclusivamente al hombre y presentan una afinidad especial hacia el tejido hepático, explica el Dr. Carlos Ernesto De León, médico residente en el Hospital del Niño, quien a continuación detalla datos de gran interés sobre esta peligrosa enfermedad.
Al parecer, existen por lo menos cinco agentes víricos (A,B,C,D,E y delta) que pueden producir una hepatitis aguda, aunque, actualmente se encuentran en investigación otros agentes que puedan causar hepatitis.
Las infecciones hepáticas producidas por otros virus específicos (ej. Virus de Ebstein Baar, citomegalovirus, etc.) se consideran entidades distintas y no se incluyen dentro de las hepatitis vírico-aguda.
VIRUS HEPATITIS A
El huésped natural de este virus es el ser humano. El contagio resulta de la ingestión de alimentos o bebidas contagiadas por la excreción fecal del virus, que dada su extraordinaria resistencia persiste por mucho tiempo en el material infectado.
La contaminación fecal alcanza el agua de bebida, a las legumbres que son regadas con esta agua y a los mariscos cuyos bancos están en las cercanías del desague de las grandes ciudades.
Dado que la mayor parte de los pacientes desarrollan una enfermedad asintomática, no es posible vigilar y controlar la excreción fecal del virus en todos los individuos que posiblemente excretan virus infectable. De ahí la importancia de una buena higiene en la preparación de los alimentos que ingerimos. En una hepatitis no complicada la excreción fecal se inicia dos semanas antes de la aparición de la ictericia y puede prolongarse hasta tres semanas después de iniciado el cuadro.
La hepatitis por Virus A no se considera contagiosa para el producto en Utero aunque en la literatura se han descrito algunos casos de hepatitis del recién nacido, asociada a hepatitis de la madre durante el embarazo, pero la asociación no es común y la posibilidad Teratogenica del Virus A es muy discutible.
VIRUS B
El virus B se ha considerado tradicionalmente infectante por las vías parenterales (transfusiones, inyecciones, tatuajes, cirugía dental) sexual y perinatal.
La frecuencia de portadores asintomáticos del virus de la hepatitis B varía en diferentes poblaciones, desde 0.1% a 0.5% en EU y Europa, hasta el 10% a 15% en algunos países de Asia y Africa.
El riesgo de ser portador aumenta en algunos grupos de la población como: homosexuales, drogadictos, pacientes de unidades de hemodiálisis y trabajadores de la salud que tienen contactos con sangre y sus derivados. En los países que no existe un adecuado control de las donaciones de sangre, la transfusión de sangre y sus derivados constituye el principal mecanismo.
Aunque la transmisión sexual es un mecanismo menos eficiente de transmisión, la exposición repetida resulta en una tasa de transmisión de un 25 a 40% en los compañeros sexuales de un individuo portador.
La transmisión perinatal del Virus de la Hepatitis B en madres portadoras, puede ocurrir en útero (aproximadamente 5%) y el resto de los niños se pueden infectar durante el periodo perinatal o postnatal. Si la madre es portadora, el niño tiene un 80% a 90% de posibilidades de contraer una infección crónica por el VHB.
La infección perinatal es asintomática al principio, pero un 25% de estos niños morirán de hepatitis crónica , cirrosis o carcinoma hepático.
Desde hace muchos años se ha demostrado la asociación de la hepatitis infecciosa por Virus B, con el carcinoma primario de hígado.
VIRUS DE LA HEPATITIS E
El virus de la Hepatitis E de transmisión fecal oral es un problema en los países en desarrollo y se asocia a una alta mortalidad en mujeres embarazadas (hasta un 20%). Los dos primeros brotes de Hepatitis en América fueron descubiertos en 1996 en México.
La Hepatitis E es la forma epidémica de lo que antes se llamaba Hepatitis No A-No B, aunque no se ha logrado aislar y aún no ha sido posible contar con análisis sexológicos comercializados para detectar este virus.
VIRUS C
En la actualidad se reconoce al virus de la Hepatitis C, de la Hepatitis B, como causa de casi todos los casos de lo que hasta ahora se conocía como hepatitis No A- No B adquirida por vía parenteral. Los factores de riesgo más importantes son: consumo de drogas intravenosas (40%), transfusiones (10%), sexual (10%). En el resto de los pacientes no se identifican factores de riesgo conocidos. Actualmente se cuentan con análisis serológicos para detectarlo y es de rutina en los Bancos de Sangre. De todos los virus de la hepatitis, es el que con mayor frecuencia lleva hacia una hepatitis crónica.
HEPATITIS D
La infección por el virus de la hepatitis no puede tener lugar sin la presencia del Virus de la Hepatitis B como virus colaborador. La trasmisión es por contactos intrafamiliares o intimos en áreas de alta prevalencia sobre todo en países en vías de desarrollo.
Es más frecuente en los drogadictos por vía intravenosa y los hemofílicos.
SINTOMAS
El período de incubación en la hepatitis varía en cada virus. En la Hepatitis A, va de 15 a 50 días; en el Virus B, de 40 a 180 días;, en el Virus de Hepatitis E, de 15 a 45 días; en el Virus C, de 40 a 100 días; y en el Virus D, de 15 60 días.
La hepatitis infecciosa aguda produce el mismo cuadro clínico sea cual sean los virus causales. En este artículo descubriremos las formas benignas, no mortales que no dejan secuelas.
La fase preictericia comienza de modo brusco con falta de apetito, malestar general, náuseas, vómitos y fiebre moderada (casi nunca mayor de 38.5c), dolor de cabeza y malestar en el área hepática. Dolor en las articulaciones y músculos y erupciones cutáneas y es característico en el paciente fumador el rechazo al cigarrillo. Esta fase dura de 5 a 8 días. Es decir, en la que aparece la ictericia, que es la coloración amarillenta de piel y mucosas debido al aumento de la bilirrubina.
La aparición de la ictericia indica la fase ictérica o de estado de la enfermedad. Aparece coluria (orina oscura) y la presencia de acolia o hipocolia (heces blanquecinas). En forma característica la sintomatología persiste y el paciente se siente mejor pese a la ictericia progresiva. En general la ictericia presenta su punto máximo en las dos primeras semanas y luego disminuye su intensidad de forma progresiva durante otras dos a cuatro semanas.
Esta es la evolución, de una hepatitis no complicada, pero la hepatitis puede cursar de una manera más torpida, como una hepatitis fulminante que lleva a la muerte en pocos días.
Los signos y síntomas que nos deben alertar de la evolución hacia una hepatitis fulminante son: fiebre elevada, vómitos persistentes, cambios de la personalidad, hemorragias de piel y mucosas, delirio y pérdida de la conciencia.
La hepatitis puede cursar también como una hepatitis crónica en especial la producida por Virus B y C. Este diagnóstico se establece cuando persiste una reacción inflamatoria hepatítica por más de seis meses.
TRATAMIENTO
No existen agente antivirales activos contra la hepatitis infecciosa, ningún antibiótico quimioterápico o agente antimicrobiótico tiene acción útil por lo que el tratamiento se encamina hacia evitar el trabajo excesivo del hígado.
El tratamiento se basa en reposo, dieta rica en carbohidratos, se debe aportar alimentos dulces con frecuencia.
La mayoría de los pacientes se pueden atender de forma ambulatoria.
HEPATITIS A Y E
Las normas de higiene personal son de gran ayuda para la prevención de la Hepatitis A y E y debemos plantearnos a nivel de gobierno mejoras políticas de saneamiento ambiental y mejorar los sistemas de eliminación de las aguas negras.
La Hepatitis A puede prevenirse con la administración de vacunas contra el virus y como estrategia de prevención se debe tener en cuenta que los niños menores de cinco años forman el grupo más vulnerable a la infección, por lo que sería importante instrumentar programas de vacunación a temprana edad en áreas de alta endemicidad y, si las condiciones lo permiten, se deberían instrumentar programas que involucren tanto a niños como a adultos.
En caso de contacto con Hepatitis A se puede usar gamaglobulina preferiblemente en las dos primeras semanas después del contacto. Aún no contamos con Vacuna para la Hepatitis E.
HEPATITIS B
La esterilización del material de inyección, el uso de jeringas y agujas desechables, el estudio de todos los donadores de sangre, así como el uso de preservativos, son las medidas de prevención recomendadas además del uso de la gamaglobulina hiperinmune en caso de contacto y uso de vacuna especifica.
Se debe aplicar gamaglobulina hiperinmune a personas que han estado en contacto con sangre de pacientes positivos para Hepatitis B o que se han pinchado con agujas de pacientes infectados. En las primeras dos semanas, luego de un contacto sexual con un paciente positivo, los hijos de madres portadoras deben recibir una dosis de gamaglobulina hiperinmune en las primeras horas de vida, aplicarse la vacuna en la primera semana de vida con dosis de refuerzo al mes y seis meses.
VACUNACION DE LA HEPATITIS B
La vacunación brinda protección de un 95% y contiene protección hasta cinco años. No hay complicaciones formales para la aplicación de estas vacunas y pueden vacunarse pacientes inmuno suprimidos y mujeres embarazadas.
La estrategia ideal sería la de inmunizar a todos los niños y adolescentes y se está actualmente tratando de incluir esta vacuna en el Programa Nacional de Vacunación.
Es por todo lo anterior, que la Editora Panamá América está desarrollando un programa de vacunación para todo el personal que aquí labora, así como a sus familiares, para protegerse contra esta enfermedad viral.
HEPATITIS D
La mejor forma de prevenirla es la inmunización contra el Virus de la Hepatitis B, ya que este Virus necesita de la presencia del VHB para replicarse.
Al parecer, existen por lo menos cinco agentes víricos (A,B,C,D,E y delta) que pueden producir una hepatitis aguda, aunque, actualmente se encuentran en investigación otros agentes que puedan causar hepatitis.
Las infecciones hepáticas producidas por otros virus específicos (ej. Virus de Ebstein Baar, citomegalovirus, etc.) se consideran entidades distintas y no se incluyen dentro de las hepatitis vírico-aguda.
VIRUS HEPATITIS A
El huésped natural de este virus es el ser humano. El contagio resulta de la ingestión de alimentos o bebidas contagiadas por la excreción fecal del virus, que dada su extraordinaria resistencia persiste por mucho tiempo en el material infectado.
La contaminación fecal alcanza el agua de bebida, a las legumbres que son regadas con esta agua y a los mariscos cuyos bancos están en las cercanías del desague de las grandes ciudades.
Dado que la mayor parte de los pacientes desarrollan una enfermedad asintomática, no es posible vigilar y controlar la excreción fecal del virus en todos los individuos que posiblemente excretan virus infectable. De ahí la importancia de una buena higiene en la preparación de los alimentos que ingerimos. En una hepatitis no complicada la excreción fecal se inicia dos semanas antes de la aparición de la ictericia y puede prolongarse hasta tres semanas después de iniciado el cuadro.
La hepatitis por Virus A no se considera contagiosa para el producto en Utero aunque en la literatura se han descrito algunos casos de hepatitis del recién nacido, asociada a hepatitis de la madre durante el embarazo, pero la asociación no es común y la posibilidad Teratogenica del Virus A es muy discutible.
VIRUS B
El virus B se ha considerado tradicionalmente infectante por las vías parenterales (transfusiones, inyecciones, tatuajes, cirugía dental) sexual y perinatal.
La frecuencia de portadores asintomáticos del virus de la hepatitis B varía en diferentes poblaciones, desde 0.1% a 0.5% en EU y Europa, hasta el 10% a 15% en algunos países de Asia y Africa.
El riesgo de ser portador aumenta en algunos grupos de la población como: homosexuales, drogadictos, pacientes de unidades de hemodiálisis y trabajadores de la salud que tienen contactos con sangre y sus derivados. En los países que no existe un adecuado control de las donaciones de sangre, la transfusión de sangre y sus derivados constituye el principal mecanismo.
Aunque la transmisión sexual es un mecanismo menos eficiente de transmisión, la exposición repetida resulta en una tasa de transmisión de un 25 a 40% en los compañeros sexuales de un individuo portador.
La transmisión perinatal del Virus de la Hepatitis B en madres portadoras, puede ocurrir en útero (aproximadamente 5%) y el resto de los niños se pueden infectar durante el periodo perinatal o postnatal. Si la madre es portadora, el niño tiene un 80% a 90% de posibilidades de contraer una infección crónica por el VHB.
La infección perinatal es asintomática al principio, pero un 25% de estos niños morirán de hepatitis crónica , cirrosis o carcinoma hepático.
Desde hace muchos años se ha demostrado la asociación de la hepatitis infecciosa por Virus B, con el carcinoma primario de hígado.
VIRUS DE LA HEPATITIS E
El virus de la Hepatitis E de transmisión fecal oral es un problema en los países en desarrollo y se asocia a una alta mortalidad en mujeres embarazadas (hasta un 20%). Los dos primeros brotes de Hepatitis en América fueron descubiertos en 1996 en México.
La Hepatitis E es la forma epidémica de lo que antes se llamaba Hepatitis No A-No B, aunque no se ha logrado aislar y aún no ha sido posible contar con análisis sexológicos comercializados para detectar este virus.
VIRUS C
En la actualidad se reconoce al virus de la Hepatitis C, de la Hepatitis B, como causa de casi todos los casos de lo que hasta ahora se conocía como hepatitis No A- No B adquirida por vía parenteral. Los factores de riesgo más importantes son: consumo de drogas intravenosas (40%), transfusiones (10%), sexual (10%). En el resto de los pacientes no se identifican factores de riesgo conocidos. Actualmente se cuentan con análisis serológicos para detectarlo y es de rutina en los Bancos de Sangre. De todos los virus de la hepatitis, es el que con mayor frecuencia lleva hacia una hepatitis crónica.
HEPATITIS D
La infección por el virus de la hepatitis no puede tener lugar sin la presencia del Virus de la Hepatitis B como virus colaborador. La trasmisión es por contactos intrafamiliares o intimos en áreas de alta prevalencia sobre todo en países en vías de desarrollo.
Es más frecuente en los drogadictos por vía intravenosa y los hemofílicos.
SINTOMAS
El período de incubación en la hepatitis varía en cada virus. En la Hepatitis A, va de 15 a 50 días; en el Virus B, de 40 a 180 días;, en el Virus de Hepatitis E, de 15 a 45 días; en el Virus C, de 40 a 100 días; y en el Virus D, de 15 60 días.
La hepatitis infecciosa aguda produce el mismo cuadro clínico sea cual sean los virus causales. En este artículo descubriremos las formas benignas, no mortales que no dejan secuelas.
La fase preictericia comienza de modo brusco con falta de apetito, malestar general, náuseas, vómitos y fiebre moderada (casi nunca mayor de 38.5c), dolor de cabeza y malestar en el área hepática. Dolor en las articulaciones y músculos y erupciones cutáneas y es característico en el paciente fumador el rechazo al cigarrillo. Esta fase dura de 5 a 8 días. Es decir, en la que aparece la ictericia, que es la coloración amarillenta de piel y mucosas debido al aumento de la bilirrubina.
La aparición de la ictericia indica la fase ictérica o de estado de la enfermedad. Aparece coluria (orina oscura) y la presencia de acolia o hipocolia (heces blanquecinas). En forma característica la sintomatología persiste y el paciente se siente mejor pese a la ictericia progresiva. En general la ictericia presenta su punto máximo en las dos primeras semanas y luego disminuye su intensidad de forma progresiva durante otras dos a cuatro semanas.
Esta es la evolución, de una hepatitis no complicada, pero la hepatitis puede cursar de una manera más torpida, como una hepatitis fulminante que lleva a la muerte en pocos días.
Los signos y síntomas que nos deben alertar de la evolución hacia una hepatitis fulminante son: fiebre elevada, vómitos persistentes, cambios de la personalidad, hemorragias de piel y mucosas, delirio y pérdida de la conciencia.
La hepatitis puede cursar también como una hepatitis crónica en especial la producida por Virus B y C. Este diagnóstico se establece cuando persiste una reacción inflamatoria hepatítica por más de seis meses.
TRATAMIENTO
No existen agente antivirales activos contra la hepatitis infecciosa, ningún antibiótico quimioterápico o agente antimicrobiótico tiene acción útil por lo que el tratamiento se encamina hacia evitar el trabajo excesivo del hígado.
El tratamiento se basa en reposo, dieta rica en carbohidratos, se debe aportar alimentos dulces con frecuencia.
La mayoría de los pacientes se pueden atender de forma ambulatoria.
HEPATITIS A Y E
Las normas de higiene personal son de gran ayuda para la prevención de la Hepatitis A y E y debemos plantearnos a nivel de gobierno mejoras políticas de saneamiento ambiental y mejorar los sistemas de eliminación de las aguas negras.
La Hepatitis A puede prevenirse con la administración de vacunas contra el virus y como estrategia de prevención se debe tener en cuenta que los niños menores de cinco años forman el grupo más vulnerable a la infección, por lo que sería importante instrumentar programas de vacunación a temprana edad en áreas de alta endemicidad y, si las condiciones lo permiten, se deberían instrumentar programas que involucren tanto a niños como a adultos.
En caso de contacto con Hepatitis A se puede usar gamaglobulina preferiblemente en las dos primeras semanas después del contacto. Aún no contamos con Vacuna para la Hepatitis E.
HEPATITIS B
La esterilización del material de inyección, el uso de jeringas y agujas desechables, el estudio de todos los donadores de sangre, así como el uso de preservativos, son las medidas de prevención recomendadas además del uso de la gamaglobulina hiperinmune en caso de contacto y uso de vacuna especifica.
Se debe aplicar gamaglobulina hiperinmune a personas que han estado en contacto con sangre de pacientes positivos para Hepatitis B o que se han pinchado con agujas de pacientes infectados. En las primeras dos semanas, luego de un contacto sexual con un paciente positivo, los hijos de madres portadoras deben recibir una dosis de gamaglobulina hiperinmune en las primeras horas de vida, aplicarse la vacuna en la primera semana de vida con dosis de refuerzo al mes y seis meses.
VACUNACION DE LA HEPATITIS B
La vacunación brinda protección de un 95% y contiene protección hasta cinco años. No hay complicaciones formales para la aplicación de estas vacunas y pueden vacunarse pacientes inmuno suprimidos y mujeres embarazadas.
La estrategia ideal sería la de inmunizar a todos los niños y adolescentes y se está actualmente tratando de incluir esta vacuna en el Programa Nacional de Vacunación.
Es por todo lo anterior, que la Editora Panamá América está desarrollando un programa de vacunación para todo el personal que aquí labora, así como a sus familiares, para protegerse contra esta enfermedad viral.
HEPATITIS D
La mejor forma de prevenirla es la inmunización contra el Virus de la Hepatitis B, ya que este Virus necesita de la presencia del VHB para replicarse.
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