Panamá
¿Por qué es clave saber qué comen las ranas de cristal?
Un estudio liderado por Erick Barría indaga sobre las presas más consumidas por dos especies de ranas de cristal.
- Karol Elizabeth Lara
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- - Actualizado: 09/9/2024 - 11:12 pm
Practicarle un lavado de estómago a una diminuta rana no parece ser una tarea común. Sin embargo, el biólogo Erick Barría ejecuta el procedimiento con suavidad y conciencia buscando saber qué ha saboreado el animal en las últimas horas.
Y luego de un par de masajes en el traslúcido vientre, el vómito del animal despeja la incógnita. En el estómago hay moscas, arañas y cucarachas.
Tal vez el procedimiento suene escalofriante, pero todo forma parte de la comprensión en torno a cómo se compone la alimentación de estos anfibios.
Barría, de la Fundación Los Naturalistas, lideró el estudio sobre la "Composición de la dieta de dos especies simpátricas de ranas de cristal (Anura: Centrolenidae: Espadarana prosoblepon y Sachatamia albomaculata) del centro de Panamá".
Las ranas de cristal son criaturas hermosas. De un verde vivo, vientre trasparente y ojos saltones. Al igual que muchas otras especies, estos animales están amenazados por la pérdida de hábitat, el hongo quítrido, el comercio internacional ilícito y el cambio climático.
Barría recuerda que ante las amenazas que afectan a las poblaciones de anfibios, como último recurso figura la cría en cautiverio, lo que hace fundamental conocer su dieta y desarrollar este tipo de trabajos.
Para la investigación, Barría realizó seis expediciones de dos noches, cada una, en los transectos del Río Peñitas y riachuelos minúsculos del Parque Nacional Omar Torrijos Herrera.
El lavado estomacal, en tanto, incluyó dos metodologías: el lavado con catéter y agua embotellada, adicional a masajes ventrales.
"Todo se realizó de manera suave para no lastimar al animal. Cuando ya el catéter estaba en el estómago, la persona que sostenía la rana empezaba a hacer masajes ventrales muy suavemente del vientre hacia la boquita del animal para que este vomitara y ya luego se apañaba en una vasija y se recogía todo", explicó Barría durante el IX Congreso Científico de la Universidad Autónoma de Chiriquí.
El investigador, además, aclara que aunque este método es invasivo no es letal. Una vez se devolvía el animal a su hábitat, en un lapso de 5 minutos ya estaba nuevamente vocalizando, llamando alguna pareja.
En el muestreo, Barría procesó 51 individuos de E. prosoblepon, de los cuales un 56.9 % tenía contenido estomacal. De S. albomaculata procesó 43 y 44.2 % contaban con contenido en el estómago. Se encontró que 26 familias de presas integran la dieta de E. prosoblepon y 18 la de S. albomaculata.
"Vimos que el 50 % de la dieta fue Diptera (insectos como las moscas y mosquitos) y Araneae (arañas). Pero también surgen interrogantes sobre si en realidad estas ranas tenían preferencia por estos dos grupos en hábitat o en realidad existía mayor abundancia de ellos", precisó.
Barría propone invertir más horas en muestreos, apuntando a 80 estómagos con presa e incluir el peso de las presas.
Por otro lado, la bióloga Michelle Quiróz indicó que aunque las ranas de cristal tienen su vientre transparente, hay otras que solo lo tienen hasta cierta parte por lo que no se ven sus órganos completos. Se asocian directamente a fuentes de agua, las cuales tienen que ser zonas muy sanas, sin contaminación, porque son especies muy susceptibles.
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