Simone Biles está más cerca de la alfombra roja que del gimnasio
Actualizado 2016/12/30 14:06:14
- Madrid/EFE
La publicación en noviembre de su autobiografía, 'Courage to Soar' ('El valor de volar'), y la obligada gira de presentación por medios de todo Estados Unidos han apretado aún más la cargada agenda social de Biles.

Simone Biles, consagrada en los Juegos de Río como una de las mejores gimnastas de la historia, termina su año de gloria montada en un carrusel de fiestas, giras y promociones que la han hecho pisar la alfombra roja, subida a unos tacones, más veces de las que ha recorrido descalza el tapiz blanco de entrenamiento.
La publicación en noviembre de su autobiografía, 'Courage to Soar' ('El valor de volar'), y la obligada gira de presentación por medios de todo Estados Unidos han apretado aún más la cargada agenda social de Biles, ganadora en Río de cuatro medallas de oro y una de bronce y que tiene la intención de tomarse un largo periodo de descanso de la gimnasia antes de preparar los Juegos de Tokio 2020.
Una de las primeras cosas que hizo tras regresar de Brasil fue decir adiós a una relación de trece años con su entrenadora Aimee Boorman. La preparadora decidió abandonar el gimnasio de los padres de Biles, el World Champions Centre de Spring (Texas), del que era directora técnica, y fichar por un club de Sarasota (Florida).
Boorman proyectó una sombra de duda sobre la continuidad de Biles en la alta competición en unas declaraciones a la revista 'People': "Simone entiende que la vida sigue y sabe que, si piensa continuar en la gimnasia (...), yo siempre estaré deseando entrenarla". Pero la gimnasta se encargó pronto de aclarar sus intenciones al señalar que descansaría "tal vez un año", pero que luego quería "volver e intentarlo para Tokio".
"Ahora no hay manera de que pueda hacer todo lo que estoy haciendo y comprometerme a entrenar al ciento por ciento", comentó Biles al 'USA Today'. Su paso por el gimnasio ha quedado reducido a una media de tres días por semana.
La Gira de Campeones, un tour organizado por la firma Kellogg's entre septiembre y noviembre con gimnastas de todas las especialidades, y que recaló en 36 ciudades, mantuvo a Biles en contacto con los fans y con el deporte que la transformó en estrella olímpica a los 19 años.
Pero Simone, la niña de triste infancia que fue adoptada por sus abuelos después de que a su madre biológica le retirasen la custodia debido a sus adicciones, ha pasado los últimos meses de 2016 acompañada, más que por gimnastas, por famosos relacionados con el mundo del espectáculo.
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