¡Quién dijo que un 'Matador' no puede llorar!
- Elisinio González G.
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Con un gol del defensor y capitán Román Torres, Panamá clasificó al Mundial de Rusia 2018.
![El delantero de la Roja, Luis Tejada (dcha.), llora mientras es felicitado por uno de sus fieles fanáticos, el 10 de octubre de 2017. Anayansi Gamez](https://www.panamaamerica.com.pa/sites/default/files/imagenes/2017/11/10/24465821.jpg)
El delantero de la Roja, Luis Tejada (dcha.), llora mientras es felicitado por uno de sus fieles fanáticos, el 10 de octubre de 2017. Anayansi Gamez
Sí, en efecto, no fue un sueño. El tiempo pasa volando. Ya se cumplió un mes de una de las proezas más importantes en la historia del deporte panameño. Hoy se abren los ojos a un nuevo panorama, y la esperanza invade el corazón y lo sacude alegremente.
Desde el 10 de octubre de 2017 en adelante se acabó el sufrimiento. Ya no hay tiempo para llorar, a menos que sean lágrimas de orgullo, pasión y felicidad.
Aquellos que mantenían en sus mentes la dolorosa eliminación del 15 de octubre de 2013 y que de paso habían perdido la fe de que Panamá podía alcanzar algún día su primera clasificación a una Copa del Mundo de Fútbol, hoy tienen una razón para nunca más dejar de creer.
Desde hace mucho tiempo, los panameños aguardaban por esta alegría profunda. ¡Y cómo lucharon para inundar de felicidad a la Tierra del Canal! Hasta la última gota de sudor, hasta el último aliento.
Hoy toman fuerzas esos mágicos recuerdos del 10 de octubre de 2017. Los abrazos vuelven a cobrar vida, mientras que las lágrimas son ahora de felicidad. Lágrimas que dos grandes veteranos de la Roja, Blas Pérez y Felipe Baloy, las tenían reservadas para este momento especial, como una revancha a la dolorosa eliminación que sufrieron hace cuatro años (15 de octubre de 2013, rumbo al Mundial de Brasil 2014).
En el recuerdo del 10 de octubre de 2017 quedó grabada la noche en que el cielo fue testigo de las lágrimas de alegría de un "Matador" (apodo del delantero Luis Tejada).
Viaje sin esperanza
Antes del pitazo inicial solo era posible creer en una clasificación al Mundial de Rusia 2018 a través del repechaje.'
10
de octubre de 2017, la selección de Panamá clasificó al Mundial de Rusia 2018.
2-1
Panamá derrotó a Costa Rica en el estadio Rommel Fernández Gutiérrez.
Lo de lograr el cupo directo solo sería posible con una victoria de Panamá sobre Costa Rica, combinado con una derrota de Estados Unidos de visita ante la ya eliminada selección de Trinidad y Tobago.
Lo anterior era casi imposible pensar que podía suceder, o como dijo un fanático en su camino hacia el coloso de Juan Díaz, "primero me gano la lotería con este billete, antes de creer que algo así pasará".
No había duda de la poca fe de aquel aficionado que, mientras manejaba, se quejaba del congestionamiento vehicular, porque tampoco creía que llegaría a tiempo al inicio del partido entre costarricenses y panameños en el estadio Rommel Fernández, en la última fecha del Hexagonal final de la Concacaf (Confederación de Norteamérica, Centroamérica y el Caribe de Fútbol).
Ya dentro del coliseo, había más de 27 mil almas. A todo pulmón cantaban las gloriosas notas del Himno Nacional. El momento de la verdad había llegado y aquel incrédulo hincha cantaba con los ojos cerrados. La emoción lo invadió... había lágrimas recorriendo su rostro.
El grito de ¡Vamos, Panamá! se mezcló con el pitazo inicial del árbitro guatemalteco Walter Alexander López.
Pero así como arrancó, muchos le dieron gracias a Dios porque se esfumaron rápidamente los primeros 45 minutos. Una primera parte improductiva ofensivamente para la tropa panameña al mando del técnico colombiano Hernán Darío "El Bolillo" Gómez.
Al descanso Costa Rica, ya clasificado, ganaba por la mínima diferencia (1-0).
Otra vez el incrédulo fanático saltaba a escena.
"Así no se puede. Yo no deseo volver a vivir lo de hace cuatro años", comentó mientras juntaba las manos y miraba hacia el cielo, al parecer, suplicando por un milagro.
Hace cuatro años, específicamente el 15 de octubre de 2013, la selección de Estados Unidos derrotó 3-2 a Panamá en el descuento y la eliminó de sus aspiraciones de llegar al Mundial de Brasil 2014.
La Roja desperdició en los tres minutos de tiempo compensatorio una victoria fabricada con mucho esfuerzo hasta el minuto 90, cuando iba ganando 2-1 a un Estados Unidos que nunca bajó la guardia, pese a estar ya clasificado al mundial.
Una nube de nostalgia cubrió el templo principal del fútbol en Panamá tras los dos fulminantes goles en los minutos 91 y 92 de Graham Zusi y Aron Johannson, respectivamente, y a los pocos segundos de terminado el partido, solo lágrimas y reacciones de frustración marcaron el ambiente que pasó de la euforia a la tristeza.
La fe mueve montañas
El grito de ¡sí se puede! abrió el telón de la segunda parte.
Entre sufrimiento, desesperación y tristeza, incluso con un gol fantasma (un tanto que nunca existió), se llegaba al minuto 85. Lo impensado estaba sucediendo. Trinidad y Tobago derrotaba 2-1 a Estados Unidos, pero en Panamá el gigantesco tablero electrónico recordaba con el 1-1 que el sueño mundialista podía terminar en fracaso, en una cruel pesadilla.
En el campo de batalla, Costa Rica se cerraba en defensa. Al contrario de los que creyeron muchos, los "ticos" demostraban que no iban a regalar nada.
Minuto 88, saque de banda por el sector de la izquierda que hace efectivo Luis Ovalle. Recibe Armando Cooper en su propio terreno. Levanta la mirada y eleva el balón a territorio enemigo, como impulsado por un resorte peina de cabeza Luis "Matador" Tejada. La bola pica dos veces y ya estaba en el área grande de Costa Rica. A toda velocidad apareció el zaguero Román Torres para pegarle con el alma, con el corazón de los más de cuatro millones de panameños que soñaban con ver a su selección por primera vez en una Copa del Mundo de Fútbol.
Estallido de felicidad, júbilo por todas partes. Escenas inolvidables sobre el césped cuando el árbitro sonó el pitazo que decretaba la victoria de Panamá.
Era el sueño hecho realidad. Incluso, aquel incrédulo fanático había saltado al terreno para mezclarse con los héroes de esa histórica noche, solo para ser testigo de dos escenas que nunca jamás olvidará.
"Le decía a Felipe Baloy, después del partido, hoy lloramos de felicidad, hace cuatro años, lloramos de tristeza", dijo Blas, luego del abrazo profundo con Baloy, su compañero y amigo de mil batallas.
Solo unos segundos después, la otra escena: ¡Quién dijo que un "Matador" no puede llorar! Era Luis Tejada que, mientras lloraba desconsoladamente, era felicitado por uno de sus fieles fanáticos.
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