Innovaciones para el trasplante de corazón o pulmón
Cuando los pacientes están por mucho tiempo en la lista de espera pueden morir, por ello, se está innovando para disminuir la mortalidad.

La fuente más importante de donantes es de pacientes con muerte cardiocirculatoria. Foto: Ilustrativa / Freepik
Para disminuir la mortalidad de la lista de espera de pacientes para un trasplante de corazón o pulmón se están poniendo en práctica algunas iniciativas para aumentar el volumen de donaciones.
En la actualidad en algunos centros médicos en Estados Unidos para reducir la mortalidad de la lista de espera se está optando por la donación después de la muerte cardiocirculatoria, conocidos como “DCD donor”, a través de la técnica de perfusión ex vivo y órganos de donantes con hepatitis C.
El Dr. Mauricio Villavicencio, cirujano cardíaco y cirujano de trasplantes de Mayo Clinic en Rochester, Minnesota, comentó en una entrevista grupal que estas tres iniciativas han permitido aumentar el número de trasplantes.
La fuente más importante de donantes es de pacientes con muerte cardiocirculatoria, representan entre el 10% y 15% en el centro, con la técnica de perfusión ex vivo ronda entre el 20% y el 30% (en pulmón no se hace tanto) y los donantes con hepatitis C está alrededor del 15%.
Villavicencio explicó que existen muchos donantes, sobre todo en Estados Unidos y países anglosajones, con muerte cardiocirculatoria, el paciente no está en muerte cerebral, pero tiene un daño neurológico grave, por lo que la familia decide no continuar con el tratamiento y remover el soporte artificial, la ventilación mecánica.
“(…) la presión del donante baja, la saturación baja, finalmente el corazón se detiene y se declara la muerte, y uno puede en ese momento extraer el corazón”, detalló el galeno.
Una vez practicada la cardiectomía, se solía preservar el órgano en frío, sin embargo, hay otra alternativa, colocar un dispositivo de asistencia circulatoria (perfusión ex vivo) como el ECMO, el cual se encarga de bombear la sangre, oxigenar y mantener la temperatura del órgano.
“Entonces lo que pasa es que el corazón ya no está más en frío como lo hacíamos antes, en un cooler, sino que se recibe perfusión y está latiendo y uno lo puede resucitar”, aseguró Villavicencio.
Después del trasplante se suele usar este soporte para garantizar una buena recuperación en los pacientes y ha permitido aumentar la sobrevida media tras el procedimiento quirúrgico a más de 10 años.
En cuanto a los donantes con hepatitis C, el cirujano afirmó que había mucho estigma, antes el tratamiento era muy difícil y no era bueno, no obstante, con la aparición de las “drogas antivirales” se empezó a tratar a los receptores y la gran mayoría de los pacientes en una o dos semanas ha eliminado el virus de la sangre.
En Estados Unidos los donantes por sobredosis de droga son el 20%, en algunas partes alrededor del 30%, y muchos son positivos para hepatitis C. “Entonces es una fuente de órganos muy importante y muy segura porque los resultados han sido muy buenos”, expresó Villavicencio.
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