Ayuno en Viernes Santo: ¿Por qué es importante?
De acuerdo al Código de Derecho Canónico, se debe ayunar el Miércoles de Cenizas y el Viernes Santo, por lo tanto, tiene un significado muy especial.
El ayuno es obligatorio el Miércoles de Ceniza y el Viernes Santo. Foto: Ilustrativa / Pixabay
El ayuno es una práctica muy antigua y querida por los cristianos católicos, no solo porque les permite ser señores de su propio cuerpo, sino porque los hace solidarios con aquellos que sufren injusticia y desigualdad.
Esta práctica religiosa tiene un propósito mayor, la penitencia, es decir, sobrellevar con paciencia las dificultades de la vida, explicó, vía e-mail, el padre Fernando Fontane Tejada.
Para Viernes Santo, día que muere Jesús, el ayuno cobra un sentido muy especial para los creyentes. "Su sentido es penitencial, es de imitación de Cristo, quien también ayunó para prepararse para su acto de amor más importante y trascendente", comentó el sacerdote Jorge Obregón L.C. a la agencia de noticias católicas ACI Prensa.
¿Quiénes deben ayunar? ¿Cómo se hace esta práctica religiosa? Fontane Tejada, párroco de San Juan María Vianney, en Las Lajas (Las Cumbres) aclaró estas interrogantes.
De acuerdo a las normas canónicas, citó Fontane Tejada, el ayuno es obligatorio el Miércoles de Ceniza y el Viernes Santo para los católicos entre los 18 y 59 años.
Además, el Código de Derecho Canónico insta a los pastores de almas y a los padres a que "también se formen en un auténtico espíritu de penitencia, quienes, por no haber alcanzado la edad, no están obligados al ayuno o a la abstinencia".
Sobre cómo se debe guardar el ayuno, Fontane Tejada dijo: "Se nos permite tomar algo más que pan y agua. Se puede tomar una comida completa, así como también dos comidas más pequeñas. Las dos comidas más pequeñas juntas no deberían ser iguales a la comida completa".
Cuando se guarda ayuno, algunos toman una taza de café, por la mañana, hasta la comida fuerte del día, otros comen algo ligero en el desayuno, una comida suficiente al medio día y poco o nada en la cena, y, por último, están los que solo comen pan y agua durante el día, detalló el padre Obregón.
Además, del ayuno, "se nos pide practicar la caridad, que es mucho más que solo dar limosna, es más bien darnos nosotros mismos, y la oración que nos lleva a la conversión y a desear reconciliarnos con Dios en el Sacramento de la Penitencia".
"Invito a todos los fieles y a las personas de buena voluntad a reflexionar estos días sobre el amor que Dios nos tiene y que ha sido probado en la entrega de su hijo, en medio de todo el mal que nos rodea, recordar que al mundo no lo salvan los crucificadores, sino el crucificado", concluyó Fontane Tejada.
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