¿Rectal o de sangre? Hombres aún enfrentan miedos a la hora de examinarse la próstata
Pruebas de sangre no reemplazan al examen rectal en la lucha contra el cáncer de próstata. La uróloga Ingrid Perscky despeja las dudas sobre cómo abordar el tema.
La uróloga Ingrid Perscky recomienda ambos exámenes.
En su cumpleaños número 40, José Rodríguez recibió una lluvia de felicitaciones y entre ella se coló un especial mensaje de parte de uno de sus amigos, el cual le recordaba que la hora de examinarse la próstata había llegado.
"Ahora te toca pasar a la clínica a ya tú sabes qué", le dijo su camarada, mientras soltaba una carcajada.
Rodríguez meditó su respuesta y agregó: "Prefiero ir y poder seguir disfrutando, a no ir y lamentarme después. Además, ya no es necesario el examen con el dedo, me hago el de sangre".
Como Rodríguez, los caballeros más conscientes, actualmente, barajan la opción de realizarse la prueba sanguínea para ahorrarse lo que ellos llaman un tortuoso momento con el test de tacto rectal.
Pero ¿cuál es más efectivo para batallar contra el cáncer de próstata? Según estadísticas, el cáncer de próstata es el segundo más común en Panamá y el primero entre la población masculina.
Para la uróloga y presidenta de la Fundación Global de Salud Masculina, Ingrid Perscky, ambos exámenes se complementan.
La especialista explicó que los avances científicos permiten acercarse cada vez a mejores pruebas, no obstante, en el caso de la PSA (antígeno prostático específico) aún arroja un 20% de falsos negativos e igual cifra de falsos positivos. Agregó que el cáncer de próstata no brinda señales de alarma, hasta cuando ya está en etapas avanzadas.
"Si te haces un examen de sangre tienes que seguir yendo anualmente. De qué te sirve hacértelo tres años, si te pierdes por otros tres. El examen está bien, pero también el examen físico que realiza el médico. Definitivamente, es necesario porque te apoya el diagnóstico que quieres hacer. Yo no le recomiendo a nadie que se haga solo el examen de sangre", precisó la médica.
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Durante los últimos 20 años, según Perscky, los tabúes y prejuicios en torno a visitar en urólogo han cedido, pero todavía un grupo de caballeros, sobre todo arriba de los 50 años, bromea con esta situación.
Por un lado está el tema de que el hombre es el proveedor del hogar y no se preocupa por atender su salud, en ocasiones para no parecer débil, y por otra parte, figura el aspecto de sentirse vulnerable al instante de acudir al doctor, el cual tiene que revisar toda el área genital.
El segundo punto los enfrenta a otro dilema: elegir un especialista varón o mujer.
"En cierta forma hay un pudor, porque no solo es el tacto rectal, sino examinar el pene y los testículos. Aunque algunos prefieren urólogos, hay otros que dicen: no me voy a dejar hacer eso de un hombre. Pero en mi experiencia cuando estás enfermo, no te importa el sexo del médico, vas al que te resuelva el problema", expresó Perscky.
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Algunos hombres describen esta experiencia como traumática, sin embargo, una prueba de tacto rectal es rápida y no duele.
"Si te duele o te dura más de 30 segundos, eso no es un buen examen rectal. En pocos segundos puedes evaluar esa glándula. Yo no veo a ningún paciente que sale arrodillado como ellos cuentan que es la peor experiencia. Aprovecho cuando me cuentan eso para hacerles publicidad a las urólogas y decirles que necesitan una mano delicada de mujer. Eso es como una oreja como para el otorrino, pierde la connotación sexual", manifestó la galena.
El año pasado, el Instituto Oncológico Nacional detectó 351 casos nuevos de este tipo de cáncer y la suma de los ocho últimos años asciende a 2.632. A diferencia de los demás, si el de próstata se detecta a tiempo, luego del tratamiento, el caballero puede desarrollar una vida completamente normal.
"Si tú a tiempo lo operas, el no recidiva (reaparece), lo atacas con las diferentes modalidades, le reintegras su función urinaria y sexual y se puede hacer una vida normal", resaltó la profesional de la salud.
Factores de riesgoEn el padecimiento del cáncer de próstata inciden diferentes elementos. El grupo étnico afroantillano, por ejemplo, tiene un 50% más de posibilidades de desarrollarlo, pero también inciden los hábitos y la genética.
La alimentación y el estilo de vida, así como la obesidad, también pueden jugar un papel importante. Igualmente, hay que tener presente la familiaridad: si el abuelo, papá o tío lo padeció, hay que prestarle más atención al asunto.
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Sobre la promiscuidad y el vínculo con este cáncer, Perscky dijo que depende de si el paciente ha sufrido de muchas enfermedades venéreas o inflamatorias. En caso contrario, la alta actividad sexual podría ser beneficiosa.
"Nadie está diciendo que vayan con una mujer diferente, la promiscuidad no es buena, pero no estamos aquí para juzgar. Sí se dice que mientras más eyaculaciones y actividad sexual se tiene, más protegida está la próstata, pero eso es algo que todavía está en estudio", puntualizó.
La uróloga aboga por una atención integral al hombre, que incluya exámenes completos, entre ellos los de salud mental.
"El hombre es más que una próstata, tenemos que hacer una fuerte campaña", sentenció la médica, que tratará de que el movimiento de la cinta celeste sea en un mes diferente al de la rosada, precisamente para darle al hombre el sitial que se merece.