Pan de La Arena, "el sabor se lo da Dios"
- Angel Santos Barrios
- - Publicado: 18/12/1999 - 12:00 am
Si usted viaja por la Avenida Nacional, pasando frente a la escuela primaria John F. Kennedy, del corregimiento de La Arena de Chitré, un olor único, agradable, delicioso, lo invita a detenerse de inmediato.
Se trata de la "Panadería La Arena", la cual tiene más de medio siglo de estar brindando el más famoso y exquisito pan que se vende en toda la República de Panamá, tal como lo certifican nacionales y extranjeros.
Cada región del país se identifica por tener algo en particular, el corregimiento de La Arena de Chitré, además de ser famoso por sus artesanías de cerámica y alfarería, también lo es por su famoso pan.
Quizás usted es uno de los tantos que repite, cuando la ocasión lo amerita, áquel dicho que dice: "esta más bueno que el pan de La Arena".
Y es que éste pan es único, no sólo por su olor, sabor o color, sino porque es preparado 100% a mano.
Es todo un privilegio poder apreciar cómo esas manos se sincronizan tan perfectamente para trenzar rosquillas tan parecida unas a otras que sólo máquinas y moldes podrían hacerlas.
UN CONSEJO SABIO
Esta famosa paneadería inició operaciones en 1947, y aunque tiene competencia de algunos familiares y otros que no lo son, su propietaria doña Primitiva Santana de Villaverde, conocida como "Santa", asegura que cada día conoce nuevas personas que disfrutan de su pan.
Doña "Santa" recuerda que el negocio del pan lo inició su madre, Eudocia Avila de Santana, en la ciudad de Santiago de Veraguas. Allí hacían el pan para distribuirlo en diferentes comunidades, pero no les iba bien, era mucho trabajo y poca ganancia, recordó.
Como tenían casa en el corregimiento de La Arena de Chitré, alguien les sugirió que aprovecharan la ubicación de esa casa, a orillas de la carretera, y trasladaran su panadería a ese lugar.
"Mi mamá tomó el consejo y nos vinimos para La Arena cuando yo tenía 12 años (1947) y de allí en adelante, todo nos ha salido bien gracias a Dios", detalló Santa.
Una casa grande de cuatro pilares, dos puertas, tejas y construida de quincha (tierra), típica casa chitreana, pero muy higiénica, es el centro de operaciones de la famosa panadería.
Sin embargo ha sufrido transformaciones desde sus inicios. Hoy día, conserva aquel ambiente de ataño, pero lo entremezcla con algunos sofisticados equipos. En una de las habitaciones del local se preparan los famosos dulces como: merengues, rosquetes, pan de dulce, empanaditas y el típico "quequi" de harina, miel y coco.
Otro cuarto está destinado para guardar la leña, utilizada en los hornos. Además de un cuarto con cristales donde se guarda herméticamente, la materia prima para preparar las delicias de La Arena.
Y aunque usted no lo crea, esta panadería cuenta con circuito cerrado de televisión. Como los hornos quedan un poco distantes del puesto de venta, el público puede esperar y ver cómo el pan sale calientito a través de un monitor de televisión.
UN SECRETO BIEN GUARDADO
En la actualidad, doña Santa tiene seis hijos y 30 nietos, y todos han estado involucrados en el negocio del pan. Con orgullo se les escucha decir que en su panadería más de 20 familias de La Arena se benefician de su empleo.
Para doña Santa no hay una receta específica, ni mucho menos, un ingrediente milagroso al que amerita el éxito de preparar este pan.
No hay un secreto sobre el sabor, color y olor del pan de La Arena. Se prepara igual que en todos lados donde hacen pan, no hay nada distinto; lo que hace que a la gente le guste es el toque que le da Dios, porque creemos que hay un Dios, y ese desde el principio de este negocio es el que pone el punto final a nuestro producto, esa es la receta de nuestro pan: Fe en Dios Nuestro Creador".
El pan de La Arena es tan rico y famoso, que los días normales consumen cinco quintales de harina de trigo; pero cuando hay días puentes o fines de semana largos se llegan a utilizar hasta 50 quintales de harina, trabajando las 24 horas del día.
El mensaje final de doña Santa es que tanto sus nietos como gente del corregimiento de La Arena continúen con ese negocio para conservar la fama adquirida a través de los años, no solamente en Panamá, sino en el extranjero.
Se trata de la "Panadería La Arena", la cual tiene más de medio siglo de estar brindando el más famoso y exquisito pan que se vende en toda la República de Panamá, tal como lo certifican nacionales y extranjeros.
Cada región del país se identifica por tener algo en particular, el corregimiento de La Arena de Chitré, además de ser famoso por sus artesanías de cerámica y alfarería, también lo es por su famoso pan.
Quizás usted es uno de los tantos que repite, cuando la ocasión lo amerita, áquel dicho que dice: "esta más bueno que el pan de La Arena".
Y es que éste pan es único, no sólo por su olor, sabor o color, sino porque es preparado 100% a mano.
Es todo un privilegio poder apreciar cómo esas manos se sincronizan tan perfectamente para trenzar rosquillas tan parecida unas a otras que sólo máquinas y moldes podrían hacerlas.
UN CONSEJO SABIO
Esta famosa paneadería inició operaciones en 1947, y aunque tiene competencia de algunos familiares y otros que no lo son, su propietaria doña Primitiva Santana de Villaverde, conocida como "Santa", asegura que cada día conoce nuevas personas que disfrutan de su pan.
Doña "Santa" recuerda que el negocio del pan lo inició su madre, Eudocia Avila de Santana, en la ciudad de Santiago de Veraguas. Allí hacían el pan para distribuirlo en diferentes comunidades, pero no les iba bien, era mucho trabajo y poca ganancia, recordó.
Como tenían casa en el corregimiento de La Arena de Chitré, alguien les sugirió que aprovecharan la ubicación de esa casa, a orillas de la carretera, y trasladaran su panadería a ese lugar.
"Mi mamá tomó el consejo y nos vinimos para La Arena cuando yo tenía 12 años (1947) y de allí en adelante, todo nos ha salido bien gracias a Dios", detalló Santa.
Una casa grande de cuatro pilares, dos puertas, tejas y construida de quincha (tierra), típica casa chitreana, pero muy higiénica, es el centro de operaciones de la famosa panadería.
Sin embargo ha sufrido transformaciones desde sus inicios. Hoy día, conserva aquel ambiente de ataño, pero lo entremezcla con algunos sofisticados equipos. En una de las habitaciones del local se preparan los famosos dulces como: merengues, rosquetes, pan de dulce, empanaditas y el típico "quequi" de harina, miel y coco.
Otro cuarto está destinado para guardar la leña, utilizada en los hornos. Además de un cuarto con cristales donde se guarda herméticamente, la materia prima para preparar las delicias de La Arena.
Y aunque usted no lo crea, esta panadería cuenta con circuito cerrado de televisión. Como los hornos quedan un poco distantes del puesto de venta, el público puede esperar y ver cómo el pan sale calientito a través de un monitor de televisión.
UN SECRETO BIEN GUARDADO
En la actualidad, doña Santa tiene seis hijos y 30 nietos, y todos han estado involucrados en el negocio del pan. Con orgullo se les escucha decir que en su panadería más de 20 familias de La Arena se benefician de su empleo.
Para doña Santa no hay una receta específica, ni mucho menos, un ingrediente milagroso al que amerita el éxito de preparar este pan.
No hay un secreto sobre el sabor, color y olor del pan de La Arena. Se prepara igual que en todos lados donde hacen pan, no hay nada distinto; lo que hace que a la gente le guste es el toque que le da Dios, porque creemos que hay un Dios, y ese desde el principio de este negocio es el que pone el punto final a nuestro producto, esa es la receta de nuestro pan: Fe en Dios Nuestro Creador".
El pan de La Arena es tan rico y famoso, que los días normales consumen cinco quintales de harina de trigo; pero cuando hay días puentes o fines de semana largos se llegan a utilizar hasta 50 quintales de harina, trabajando las 24 horas del día.
El mensaje final de doña Santa es que tanto sus nietos como gente del corregimiento de La Arena continúen con ese negocio para conservar la fama adquirida a través de los años, no solamente en Panamá, sino en el extranjero.
Para comentar debes registrarte y completar los datos generales.