“Panamá y el dominio colonial a inicios del siglo XIX”
Con esta explotación económica se drenó a estas tierras de la riqueza de su subsuelo (oro y plata) y de los productos de sus suelos (azúcar, cacao, caña de azúcar, principalmente), que sirvieron para convertir a España en la primera potencia mundial durante el Siglo XVI ...
Reiteradamente se ha insistido en la necesidad de realizar una historia local o regional, que sirva como marco de referencia, para examinar con rigor y profundidad algunos de los principales problemas históricos.
Su utilidad resulta indudable. Este enfoque permite, por una parte, cubrir vacíos de información gracias al estudio de cuestiones locales que, hasta el momento, han sido mal o poco explorados y, por otra parte, someter interpretaciones, generalmente aceptadas, al contraste empírico de nuevos hallazgos.
Desde esta perspectiva, el análisis de la sociedad panameña, a inicios del siglo XIX, implica retomar el estudio de las características específicas que asumía, el modelo de dominación colonial establecido en el Istmo y la ruptura y permanencias que se produce a lo interno hasta mediados del Siglo XIX.
En este sentido, es pertinente señalar que el dominio colonial, impuesto a través del violento proceso de conquista conformado durante los tres siglos de vigencia del sistema colonial, implica el establecimiento de tres formas fundamentales de controles:
En primer término, tenemos la dominación política con la cual se barrió con las estructuras amerindias y se instituyeron las leyes y las instituciones hispanas, que pasaron a regir en el plano público, en tantos con sus costumbres y patrones culturales se convirtieron en el modelo a seguir en la vida privada.
De esta forma se logró un régimen que legitimaba el usufructo, por parte de los españoles, de los recursos naturales de la región, así como de la fuerza de trabajo, de la población indígena primero y, luego, de los esclavos africanos que fueron traídos a la fuerza al Nuevo Mundo.
Con esta explotación económica se drenó a estas tierras de la riqueza de su subsuelo (oro y plata) y de los productos de sus suelos (azúcar, cacao, caña de azúcar, principalmente), que sirvieron para convertir a España en la primera potencia mundial durante el Siglo XVI y la sostuvo como uno de los imperios coloniales mas importantes del mundo hasta mediados del siglo XIX.
No es casual que la pérdida de las colonias americanas, a inicios del siglo XIX, le hiciese perder relevancia en el panorama internacional.
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Los dos pilares anteriores del dominio colonial fueron reforzados por la subordinación ideológica, clave en todo sistema de dominación.
Por medio de la adopción de la lengua Castellana; la religión católica; los patrones familiares (vestidos, matrimonio, educación hijos e hijas); el arte (música profana y religiosa, arquitectura churrigueresca, escultura religiosa); la dieta (carne de cerdo y ganado vacuno, pan y vino); las instituciones monárquicas y otros mecanismos culturales e ideológicos, se fue moldeando a la población mestiza, mulata y criolla, según las normas y el estilo de vida.
De esta forma, se espera que los españoles americanos (Hispanoamericanos) aceptaran todo esto como la forma “normal” de vida y así los tres pilares “dominación política; explotación económica y subordinación ideológica”, mantuviesen al sistema colonial vigente.
Historiadora, exdecana de la Facultad de Humanidades.
Dominación política
Dominio colonial
Explotación económica
Panamá
Sociedad panameña
Subordinación ideológica