La necedad de las vacunas
Ante las variables provenientes de Sudáfrica, Reino Unido y Macondo, Estados Unidos no vacuna a sus ciudadanos con soluciones risibles, sin probada eficacia y cuestionables niveles de éxito. Para solventar el problema, Panamá necesita solamente 9 millones de vacunas confiables...

¿Y Panamá? mientras la ciudadanía agradece la "apertura" de playas, en vez de presionar, cuestionar la cantidad, calidad y la urgencia en establecer un horario de vacunación agresiva. Foto: EFE.
Ante la mirada esquiva, estéril y burlesca de la administración anterior, el presidente Biden anunció el día de las Madres, más de un mes anterior a tomar el poder, una meta de vacunación de un millón de inmunizaciones diarias los primeros 100 días de su mandato. Durante la última semana la meta ha sido ampliamente superada al lograr 1.48 millones de vacunas diarias.
¿Y Panamá? Bien gracias. La burla continúa. Una nave sin timonel ni rumbo flota sobre los vaivenes de un incierto destino mientras la ciudadanía agradece la "apertura" de playas, un derecho, no un privilegio, en vez de presionar, cuestionar la cantidad, calidad y la urgencia en establecer un horario de vacunación agresiva que nos permita un retorno a la normalidad.
Las autoridades comparan al Istmo con Latinoamérica para excusar su garrafal fracaso. Panamá no es ni Bolivia, ni Honduras, ni Haití. Es un país rico y moderno, bendecido por su estratégica situación geográfica desde que Balboa fijara sus ojos sobre el Mar del Sur hace 508 años.
Me importa un bledo si la tasa de mortalidad de la pandemia es inferior a Brasil o el número de casos per cápita por debajo de México. No nos lancen en cara una blandengue solicitud de vacunas Sputnik a Rusia como maná del cielo, cuando la carta no ha resultado en un compromiso en firme y mucho menos la calidad de esas vacunas comprobada por entes científicos serios. "Ah bueno, Argentina la usa y México también la solicitó", argumento que rasca la inteligencia del menos dotado cerebro istmeño.
¿Sabes qué? Corto se ha quedado Biden con su millón y medio de inoculaciones diarias. ¿Por qué no 3 o 5 millones para frenar de una vez por todas la despotricada bestialidad de la Covid-19? Ah bueno, si no hay producción. Si hay algo que nos ha ilustrado Estados Unidos es que cuando hay empeño, el hombre puede llegar a la luna.
Ante las variables provenientes de Sudáfrica, Reino Unido y Macondo, Estados Unidos no vacuna a sus ciudadanos con soluciones risibles, sin probada eficacia y cuestionables niveles de éxito. Aún con finalmente un plan en pie, Estados Unidos lograría vacunar a la totalidad de su población a finales de 2021, si acelera el ritmo a 1.9 millones de vacunas diarias, tarea a todas luces leoninamente agresiva.
Para solventar el problema, Panamá necesita solamente 9 millones de vacunas confiables, sépase Moderna, o preferiblemente Pfizer. Nito, por Dios, salga de su cueva, tome el próximo vuelo de Copa a ciudad de Nueva York y afinquese en la antesala del Dr. Albert Bourla, CEO de Pfizer, en el 235 Este de la calle 42. Y dígale a Albert que usted tiene un sueño en el que Pfizer es su jugador estrella y que desea demostrarle al mundo que juntos le pueden lograr. Le apuesto que si vende bien su plan, hasta gratis le puede salir. Un Panamá libre de la COVID-19. ¡Manos a la obra!
Invite a Albert a Panamá y lléveselo a pescar, alejado de los inmunes puertos de la desembocadura del Hudson, a la bahía de Piñas, sitio más bendecido en la tierra que la isla de Santorini en su natal Grecia. Enamore al magnate así como su padrino Omar le hizo con John Wayne. Intercambie la oportunidad de la fantástica publicidad para Pfizer por vacunas y logísticas expeditas. Conviértase en un Buneau Varilla repartiendo estampitas de un volcán a toda mecha en Nicaragua. ¡Por Dios, por Panamá, haga algo!
VEA TAMBIÉN: En camino a otro mundo
O continuamos con el teatro de lo absurdo, paisito tercermundista, el huerto ya sin flores, sin hojas, sin verdor, donde cunde la mediocridad arropada por la corrupción. Póngase las pilas señor presidente, rodeese de mentes creativas con el común denominador del amor a la Patria que tanta falta hace a nuestros gobiernos. Bien manejado, este galeón surcaría los mares del ausente orgullo por los valores que nos vieron nacer y crecer, los vigorosos senderos retorcidos que el pie desde la infancia, sin tregua recorrió.
Líder empresarial.