Es inaudito que los envenenados con dietilenglicol sigan clamando atención
Además de una evidente corrupción en la compra de los insumos para los jarabes que terminó con la adquisición del mortal dietilenglicol, este caso es un ejemplo indiscutible de cómo fallan los controles en el Estado.

No hay excusa que valga. Nada justifica que estas personas tengan que implorar por la atención que merecen. Este es un ejemplo palpable de la indolencia y la ineptitud. Ilustración de Archivo: Epasa.
Es inconcebible que las personas que fueron envenenadas con el dietilenglicol presente en los jarabes que producía la Caja de Seguro Social sigan sufriendo e implorándole al Estado, que les arruinó la vida, que los atienda.
Cientos de panameños sufren las horribles secuelas del peor envenenamiento con esta sustancia en la historia de la humanidad. Y para agravar el sufriimiento de estas personas, la responsabilidad del Estado con ellos se ha ido diluyendo poco a poco, en medio de promesas sucesivas de diferentes gobiernos, y en un sistema judicial que ha permitido que este aberrante caso quede prácticamente en la impunidad.
Y en medio de esta situación, recientemente la Asociación de Funcionarios de la CSS se atrevió a proponer en el Diálogo por la Caja de Seguro Social la reapertura del laboratorio en donde se arruinó la vida de miles de personas.
Además de una evidente corrupción en la compra de los insumos para los jarabes que terminó con la adquisición del mortal dietilenglicol, este caso es un ejemplo indiscutible de cómo fallan los controles en el Estado.
El Estado tiene la obligación ineludible de velar por estas víctimas. No hay excusa que valga. Nada justifica que estas personas tengan que implorar por la atención que merecen. Este es un ejemplo palpable de la indolencia y la ineptitud.
Periodista.
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