El pescozón que debería hacer reflexionar a los linchadores mediáticos
Un periodista jamás le grita rata a ninguna persona, no se le abalanza agresivamente a un entrevistado, no lo acosa y mucho menos usa la violencia física para obtener una declaración.
El ambiente hostil que están generando algunos sectores, que ya no sé ni cómo definirlos, es altamente peligroso.
Definitivamente, no es periodismo profesional, tampoco es periodismo ciudadano (una corriente que en la década de 1990 tuvo mucho auge en los Estados Unidos), ni mucho menos una contribución social.
El acoso, el irrespeto y las agresiones físicas y verbales son inaceptables.
No cuestiono, y jamás lo haré, el deber y el derecho que tenemos los ciudadanos de exigirle transparencia y rendición de cuentas a las personas que, por voluntad propia, cruzaron la línea de la privacidad y decidieron incursionar en la vida pública.
Lo que hacen algunos grupos financiados por sectores políticos, es simplemente un linchamiento mediático, con fines partidarios.
Nada tiene que ver con el periodismo. Y la ciudadanía debe tener esto claro.
Un periodista jamás le grita rata a ninguna persona, no se le abalanza agresivamente a un entrevistado, no lo acosa y mucho menos usa la violencia física para obtener una declaración.
Los sectores que financian a los linchadores mediáticos deben reflexionar y ponerle un alto a esta peligrosa situación.
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Están alimentando una olla de presión, que ya empezó a hacer ebullición. Ayer fue un pescozón, mañana no sabemos qué podría pasar.
Periodista.