De evolución a psicoevolución
La clave está en neuroeducar con constructivismo, y usando la ciencia del bienestar como base, toda persona es inteligente capaz y extraordinaria, todos pueden comprender que sus emociones biopsicosociales responden a aprendizajes antropológicos y condicionantes sociales...
Ya otras sociedades lo están logrando, el punto es empezar. Cambio educativo hacia el constructivismo, aplicar las neurociencias y la ciencia del bienestar, lo lograremos; es ciencia no utopía. Foto: EFE.
Podemos los humanos pasar de la evolución, esa que es adaptación para sobrevivir la especie, a la psicoevolución, la cual se refiere a usar todo lo que sabemos hasta ahora y usarlo para el logro del bienestar y calidad de vida para todos.
No es utopía, es ciencia, más bien es la combinación de las neurociencias, el constructivismo como base para enseñar y los conceptos de la Psicología del bienestar, mejor conocida como Psicología positiva.
Filogenéticamente, los humanos heredamos todo lo que aprendimos al paso por nuestro mundo, desde los primeros homínidos, hasta la suma de todo lo que nuestros ancestros tuvieron que hacer para sobrevivir como especie.
Ese conocimiento, esa evolución no basta para resolver los grandes problemas humanos; hemos descubierto grandes cosas en el último milenio, sabemos y hemos hecho tanto que es sorprendente lo que somos capaces de hacer.
Sin embargo, a la vez, siguen situaciones como creer que hay diferencias entre razas humanas, hay una alta tasa de misoginia y patriarcado, somos tan sociales y a la vez tan individuales, tenemos relaciones fallidas y violentas, sean de familia, pareja, vecinos y otros.
Incluso aseveramos que una época es mejor que la otra, opinamos de otros, sin saber sus motivaciones, damos por cierto lo que sienten, solo porque nosotros lo sentimos y asumimos que el otro debe ser tal cual como yo quiero.
Sin embargo, aparece en nuestro desarrollo evolutivo el amor, la comprensión, el respeto, el afecto, el altruismo, el amor al prójimo. Y lo que aparece en nuestra evolución lo hace porque se requiere para sobrevivir, pero nosotros hablamos de pasar de prevalecer como especie a una convivencia saludable y próspera para todos.
También en parte hemos comprendido como nos afecta el clima, la naturaleza, la necesidad de hacer conexión con ella a pesar de los “progresos” en acero y cemento, pero unos la protegen y otros la destruyen para sus intereses, nos gustan los animales, queremos a unos y matamos a otros, somos tan complejos.
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Nos surgen tantas preguntas, como por qué queremos ir al espacio, conquistar el universo, poblarlo de humanos y de tecnología y aun seguimos en guerras en nuestro planeta, por qué hay tanta desigualdad social y económica y la toleramos como algo que es natural y no puedes cambiar, algunos crean revoluciones y tratan de hacer grandes cambios y que haya más o igual para todos.
Los primeros homínidos usaron la agresión como forma de supervivencia, fue vital tenerla, activarla, ejercerla, de otro modo moría, no comía o sufría carencias, el instinto poderoso de la vida fortaleció la lucha; sin embargo, aún permanece esa reminiscencia arraigada en el cerebro primitivo, que todo ser vivo posee, pero los humanos conforme nos hemos adaptado, el cerebro se ha perfeccionado. Ahora tenemos un cerebro emocional y un Neocórtex o cerebro superior que solo hasta ahora tenemos los humanos muy evolucionado en comparación con otras especies, que igual están evolucionado.
Entonces se hace necesario psicoevolucionar, pues ya no solo se trata de sobrevivir como especie, sino que esa especie sean tan buena para que las reminiscencias mal usadas no acaben con nosotros, en especial la violencia en todas sus formas, física, verbal, psicológica, sexual y hoy día económica, jurídica, entre otras.
La clave está en neuroeducar con constructivismo, y usando la ciencia del bienestar como base, toda persona es inteligente capaz y extraordinaria, todos pueden comprender que sus emociones biopsicosociales responden a aprendizajes antropológicos y condicionantes sociales, romper con esos tabúes y paredes creadas por mal entender las diferencias nos ayudará mucho a psicoevolocionar, a usar lo mejor de cada evolución o recuerdo ancestral.
La violencia tiene un espacio, pero es más bien para defensa, no para atacar o imponer; la sexualidad es para el placer y la procreación y no para imponer ignorando la diversidad de dicha sexualidad, así como entender cuándo estamos solo “hormonados” y no enamorados realmente, etapa que va desde los 12 a los 25 años, aproximadamente.
Entender que no hay razas, solo humanos distintos compartiendo el planeta con otros humanos y otros seres vivos; que hay igualdad social para hombres y mujeres, que puedan desarrollarse integralmente con libertad y haciendo suyos los Derechos humanos que a todos nos asisten.
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No es rápido, ni curita, ni para ya, lleva tiempo, pero ya otras sociedades lo están logrando, el punto es empezar. Cambio educativo hacia el constructivismo, aplicar las neurociencias y la ciencia del bienestar, lo lograremos; es ciencia no utopía.
Psicología Jurídico- Forense/Docente.