Panamá
Conmemorando el natalicio de Dr. Arnulfo Arias Madrid
- Arnulfo Arias Madrid
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- - Actualizado: 08/8/2023 - 12:00 am
Hace algunos días veía un anuario de la facultad de medicina de la Universidad de Harvard de 1925. Allí fotografiado, entre el resto de los estudiantes, se encontraba el único latinoamericano de la promoción, nada menos que un hijo de ese pueblo de Penonomé, y de esta patria, Arnulfo Arias Madrid. Un largo camino lo llevó desde una cuna humilde hasta una de las universidades más prestigiosas del mundo; todo gracias a su persistencia, disciplina y esfuerzo personal, aunado sin duda al apoyo familiar que siempre tuvo entre los suyos, especialmente de su madre Carmen, quien supo inspirar en él la chispa de la superación.
A menudo me pregunto cómo una madre y un padre sin mayor escolaridad, autodidactas ambos, pudieron generar en sus hijos ese estímulo de logro, especialmente proviniendo de un pequeño pueblo como era este en ese entonces Penonomé. Una sola escuela pública y algunas privadas.
La privada, contaba tal vez con solo unos 14 alumnos; la pública, posiblemente con algunos más. Índices de analfabetismo en un techo que alcanzaba hasta el 85% de la población. Caminos de tierra. Ausencia de salud pública y de sanitización comunitaria. En fin, ¿de dónde provenía el estímulo para estudiar y para superarse, sino del mismo seno del hogar? En un hogar pudiente, la educación de los menores a cargo de tutores privados no era, en ese entonces, nada raro; pero en un hogar humilde, y campesino por añadidura, la educación de los menores no era solo una proeza y sacrificio, sino también un gran sentido de visión.
Pensemos que esos hijos eran también la fuerza primaria del trabajo en el campo, para una familia humilde y campesina; el sacrificio de no contar con ese apoyo para las faenas diarias, no podemos siquiera estimarlo o comprenderlo hoy en día. Sin embargo, Antonio y Carmen decidieron precisamente optar por ese sacrificio y, gracias a ellos, en parte, contamos hoy con el legado afortunado que nos ha dejado Arnulfo Arias Madrid, a toda la nación.
Ni siquiera los que fueron adversarios más encarnizados dejaron de beneficiarse de las grandes obras imperecederas que fueron fruto de la visión de ese estadista; y la Caja de Seguro Social es una clara prueba de ello, entre otras. A pesar de todos los obstáculos que tuvo que enfrentar Arnulfo Arias, desde su más temprana edad, aún así fue persistente en todo lo que hacía, porque lo hacía en parte para cuando no estuviera más aquí.
Esa es la visión por excelencia de los verdaderos estadistas. Que sus obras los superen y los sobrevivan, desde las pequeñas hasta las más grandes, por igual. Un vivo testimonio de esta intención de dedicar a cada obra todo empeño en favor de las futuras generaciones, lo podemos ver hoy día en ese pequeño puente sobre el Río Caldera, en Boquete, construido por la administración del Dr. Arnulfo Arias en 1950.
Es uno de los únicos puentes que persisten hasta hoy sin que hayan colapsado por la furia de ese río; un río tan impetuoso, fuerte y resoluto como el carácter de ese hombre cuyo nacimiento honramos y conmemoramos el día 15 de este mes de agosto.
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