Adiós al último 'turfman'
Raúl Arango Gasteazoro nació el 5 enero de 1932. Ayer, a sus 85 años, partió en medio del sosiego de la madrugada y el país ...
Raúl Arango Gasteazoro nació el 5 enero de 1932. Ayer, a sus 85 años, partió en medio del sosiego de la madrugada y el país ...
- Egbert Lewis ([email protected])
- - Publicado: 01/12/2015 - 12:00 am
Raúl Arango Gasteazoro nació el 5 enero de 1932. Ayer, a sus 85 años, partió en medio del sosiego de la madrugada y el país despertó triste. Sí, se fue "El Baby" Arango, aquel popular, querido y admirado ciudadano que entendió que mediante la política y la hípica, ambas con sus rivalidades coyunturales, se pueden hacer amigos. Se fue y dejó la tristeza que estos episodios traen consigo, pero queda la sensación de que se ha ido alguien que lo hizo bien, alguien que, como nadie, supo ganar amigos.
A "El Baby" Arango lo conocí de manera personal y directa entre 1988 y 1989. Eso fue en el ámbito hípico y después supimos que detrás de él había una historia política de raigambre familiar que lo convirtió en uno de los políticos más queridos del país.
Tuvo cientos de caballos, tanto nativos como foráneos, siendo El Mandamás (tres veces ganador del clásico Presidente) uno de los ejemplares en los que tuvo participación y satisfacciones de alto vuelo.
Después llegaron otros, muchísimos, el más reciente de ellos, un caballo argentino de nombre Northener, que incluso ganó el premio como Caballo del Año en 2008.
En "El Baby" Arango, la prensa tuvo siempre un colaborador generoso. Fue mecenas de incontables publicaciones y espacios radiales y cada vez que fue oportuno y necesario, agasajó a quienes sabía representaban una pieza clave para la promoción del espectáculo de las carreras de caballos.
Se agitó gremialmente presidiendo la Sociedad de Dueños de Caballos, impulsando la Unión de Preparadores y respaldando la crianza con la adquisición de productos a nacionales, así como sirvió de acicate a muchos jinetes locales para que emigraran a EE.UU. José Lezcano y Ezequiel Castro pueden dar fe de ello.
Como político, todos lo identifican como un caballero; yo lo resumiría señalándolo como un hombre, sobre todo, bondadoso.
Se le recordará por mucho, pero especialmente por su postura estoica a finales de la década de los 80, cuando la hípica padecía el rigor de la crisis económica y mediante el "stud" Punta Barco, de su propiedad, decidió apostar por la hípica e invirtió decenas de miles de dólares para la compra e importación de ejemplares que dieron vida a la hípica cuando parecía languidecer. Después siguió y no paró nunca.
Merecidamente, fue escogido varias veces como Personalidad Hípica del Año y Propietario del Año, y en 2010 fue exaltado como miembro del Salón de la Fama de la Hípica Panameña, la más alta distinción del hipismo nacional .
Hoy nos abandona con la certeza de que dejó huellas, amigos y gente que lo quiso y lo apreció con sinceridad.
Estas partidas duelen porque no dejan un vacío, sino muchos. Personas de la catadura de "El Baby" nacen cada cierto tiempo y su calidad humana los inmortaliza.
Alguien nos comentaba ayer que con la desaparición física de "El Baby" Arango se fue el último "turfman" panameño. Sin lugar a dudas, fue un gran "turfman", quizás no sea el último, pero en lo que sí estamos de acuerdo es que, como él, quedan pocos.
A sus familiares, en especial a Roberto Arango, mi pésame sincero y ojalá que, pese a la ausencia, los conforte el hecho de que tuvieron entre ustedes a un hombre tan especial que trascenderá por siempre.
Vamos a extrañar su apretón de manos sincero, su abrazo conciliador y su tono de voz afable. Por lo demás, nos resignamos porque, seguramente, ahora va estar en el cielo y en la nube de los ganadores.
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