La vacuna emocional
Seguramente, se estará preguntando cómo puedo yo obtener esta vacuna. Sencillamente es un trabajo que está en sus manos, ya que se fabricará a partir de herramientas que le permitirán afrontar cualquier situación adversa, claro, en conjunto con un profesional de la salud mental (Psicólogos y psiquiatras).

Es una vacuna apta para toda la población, incluso para los niños, ya que una buena salud mental desde las primeras etapas del desarrollo, da como resultado, adultos con un porcentaje bajo de trastornos mentales, Foto: EFE.
La vacuna contra la COVID-19, ha sido el mayor desafío para la ciencia durante la última década, ya que prácticamente, en un año promedio, se ha podido encontrar una fórmula química que busca frenar la propagación de la enfermedad viral, que no solamente ha cobrado la vida de millones de personas en el mundo, sino que ha puesto en peligro la salud mental y emocional de toda la población a nivel mundial.
Debo partir del concepto salud, ya que cuando escuchamos la misma, se hace referencia a si padeces o no de alguna enfermedad física, dejando a un lado ¿cómo está usted emocionalmente? Realmente el concepto salud reúne dos partes de un mismo todo, es decir, para gozar de una buena salud, debe haber un equilibrio entre la salud física y mental y por eso se debería empezar por trabajar en una vacuna emocional, para que toda la población esté protegida y así evitar enfermedades mentales.
La vacuna emocional no está compuesta por químicos, como las vacunas que estamos acostumbrados a colocar para evitar cualquier enfermedad física o viral, por eso su nombre es emocional, porque busca mantener una buena salud emocional en la población.
Seguramente, se estará preguntando cómo puedo yo obtener esta vacuna. Sencillamente es un trabajo que está en sus manos, ya que se fabricará a partir de herramientas que le permitirán afrontar cualquier situación adversa, claro, en conjunto con un profesional de la salud mental (Psicólogos y psiquiatras).
Es una vacuna apta para toda la población, incluso para los niños, ya que una buena salud mental desde las primeras etapas del desarrollo, da como resultado, adultos con un porcentaje bajo de trastornos mentales,
¿Cómo lo haces? Primero, educando en las emociones con preguntas básicas, por ejemplo: ¿Cómo te sientes hoy? ¿Por qué estás triste?, son preguntas que ayudan al niño a gestionar sus emociones, lo que más tarde evita adicciones, conductas problemáticas o trastornos del estado de ánimo, entre otras.
En el caso de los adultos, es similar al de los niños, no obstante, se trabaja en reconocer las emociones, es decir, identificando su estado de ánimo, por ejemplo: hoy me siento feliz, esa situación me genera tristeza o asco, son premisas que al final ejemplifican una buena gestión emocional, que es lo que busca esta vacuna.
Su efectividad se podría medir en el nivel de bienestar en el individuo, lo cual, considero que se debería hacer una inversión por parte del Estado en diferentes programas, capacitaciones que doten de herramientas a la población en general y se viralice que la salud mental es una parte importante del concepto salud, esta vacuna no tendrá efectos secundarios y es apta para todas las culturas y estrato económico.
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En conclusión, este artículo no es para saber cuál de las dos es más importante, porque ambas son importantes, por lo cual animo a toda la población a vacunarse contra el coronavirus SARS-CoV-2, causante de la enfermedad COVID-19, seguir todas las medidas de bioseguridad y a empezar a fabricar nuestra propia vacuna emocional de acuerdo con nuestras necesidades.
Recuerda, Salud Física + Salud Mental = Salud.
Estudiante de Psicología.