Una sucursal del infierno en la tierra
Un lugar en donde debemos dormir tres personas hay nueve, en un espacio muy reducido; sin embargo nuestras normas contemplan que el sistema penitenciario se funda en principios de seguridad, rehabilitación y defensa social.
Estaba en la cárcel, todo era nuevo para mí, me habían contado tantas cosas sobre la cárcel pero ahora yo estaba allí, viviendo mi primer día en el infierno. Foto: EFE.
Infierno viene del latín inférnum o ínferus (por debajo de, lugar inferior, subterráneo), según muchas religiones, es el lugar donde después de la muerte son torturadas eternamente las almas de los pecadores; sin embargo, para muchos privados de libertad las cárceles se convierten en una sucursal del infierno, pero aquí en la tierra.
La libertad es un privilegio que muchas veces no apreciamos hasta que la perdemos y es allí donde podemos darnos cuenta de lo vulnerable que somos, nuestra Constitución Política de la República de Panamá en su artículo 27 contempla que toda persona puede transitar libremente por el territorio nacional y cambiar de domicilio o de residencia sin más limitaciones que las que impongan las leyes o reglamentos de tránsito, fiscales, de salubridad y de migración.
Ahora bien, perder esa libertad es muy fácil, solo con quebrantar la ley podemos llegar a estar en situaciones muy difíciles y hasta este momento aún no estás condenado, una vez eres informado de las razones de tu detención, por una autoridad competente, sin duda, conocerás tus derechos constitucionales y legales, posteriormente pasarás un proceso donde muchos describen es el inicio de una película de terror donde todo puede pasar.
Es así como un día normal de trabajo pasada la medianoche, llegué a casa y horas después, antes de ver un nuevo amanecer, era notificado de las razones de mi conducción, pasaron unos días para que finalmente conociera la sucursal del infierno en la tierra; estaba en la cárcel, todo era nuevo para mí, me habían contado tantas cosas sobre la cárcel pero ahora yo estaba allí, viviendo mi primer día en el infierno, un lugar en donde debemos dormir tres personas hay nueve, en un espacio muy reducido; sin embargo nuestras normas contemplan que el sistema penitenciario se funda en principios de seguridad, rehabilitación y defensa social.
Se prohíbe la aplicación de medidas que lesionen la integridad física, mental o moral de los detenidos, pero la realidad es otra, nuestro sistema penitenciario hace muchos años tiene grandes problemas que resolver, el hacinamiento, los problemas de agua, la forma como llegan los alimentos al penal, como funcionan las cosas dentro del sistema penitenciario es un verdadero infierno y muchas hasta este punto, tal vez, estén pensando que quién llega a la cárcel no es por bueno, el que está privado de libertad algo hizo, también otros piensan que son merecedores de mucho menos de lo que hoy día reciben porque son una carga para la sociedad; sin embargo hasta este momento tal vez solo estabas bajo investigación, esperando una audiencia, tal vez existe la posibilidad de que algún privado de libertad sea inocente, pero está en la sucursal del infierno en la tierra, donde todo puede ocurrir.
Hoy no busco culpar o señalar las posibles causas o desatinos del sistema, no busco juzgar, tampoco pretendo dar una clase de derechos, simplemente relato las vivencias de un privado de libertad, inocente o culpable no es un tema para mí; sin embargo, la invitación es poder llegar a las personas que estamos libres a no jugar con la sucursal del infierno aquí en la tierra.
Continuará…….