Un encierro para aprender
...el arte y la cultura están jugando un rol muy importante y, a mi juicio, se reinventarán nuevas formas de entretenimiento, las palabras discurrirán de otras formas en los libros, las canciones serán distintas, la pintura será expresada desde otra mirada, la humanidad completa será una sola..

Surgió un fenómeno digno de verse más allá del encierro y es la posibilidad sin costo de ver museos, conciertos, galerías de artes. Foto: EFE
Es tan difícil hablar como escribir de lo que nos está sucediendo porque son muchas cosas y no hay una por dónde iniciar.
Tal vez seré un poco incoherente en mis reflexiones, pero estamos en un agobio total y parece una pesadilla sin sueño.
Calles solitarias, aves y animales silvestres circulando libremente, todos tapados y con metros de distancia, ahora siempre amables y solidarios.
Me pregunto, ¿tenía que venir una tragedia para que nos diéramos cuenta de tantas cosas que estamos descubriendo ahora?
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¿Hacía falta que algo tan fuerte nos pasara para darnos cuenta de la importancia del arte y la cultura en nuestras vidas y darle valor a esos seres humanos que procuran sanarnos como son los médicos, enfermeras y personal sanitario?
El cerciorarnos de que muchos morirán no de coronavirus sino de no tener qué comer porque se quedaron sin el día a día que les daba para llevar un bocado a la boca, no es poca cosa.
El mundo cambió y lo estamos mirando al revés y lo mejor es que no estamos solos, el mundo entero está igual, como si fuéramos marionetas manejadas por un bichito que ni siquiera podemos ver y, en principio, ni siquiera sentir, pero que es letal y no le importa la raza ni la condición social.
No es excluyente, al contrario, nos selecciona a todos por igual y el remedio parece ser tan simple como lavarse las manos y quedarse en casa compartiendo en familia porque solo así lo detendremos.
Es un análisis muy plano para algo tan grande y que lleva tantos muertos a su cuenta pero es así, simplemente así.
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Pero surgió un fenómeno digno de verse más allá del encierro y es la posibilidad sin costo de ver museos, conciertos, galerías de artes, aprender a cocinar, técnicas para hacer ejercicios para no desesperarnos y no aumentar de peso, líneas de ayuda para los que se quieren suicidar y llamadas casi a diario de los amigos para saber cómo estamos.
Nunca las redes fueron tan necesarias como hoy.
Si bien es cierto que las noticias son aterradoras y no podemos cambiarlas porque la información es poder, también es cierto que las redes nos sirven mucho para palear el tiempo de encierro en lo más productivo posible en donde el arte y la cultura están jugando un rol muy importante y, a mi juicio, se reinventarán nuevas formas de entretenimiento, las palabras discurrirán de otras formas en los libros, las canciones serán distintas, la pintura será expresada desde otra mirada, la humanidad completa será una sola y sabremos más de Guayaquil que de Contadora, estamos procurando una nueva especie humana que si sobrevive a esta pandemia, sin duda, se producirán cambios a favor.
El encierro también tiene vertientes muy trágicas que no sabemos manejar, la incordia entre los que habitan en pequeños espacios, la falta de aire que nos procuraba la distancia del trabajo y que ahora no sabemos cómo lidiar, el teletrabajo es fácil para algunos, pero difícil para otros, en tanto que estamos acostumbrados a mirarnos a los ojos.
Tenemos que cambiar, de una vez por todas, y darnos cuenta que nos obligaron a fuerza de una palabra: coronavirus.
Escritora