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Peter Bauer
Lisboa - Publicado:
Una escalofriante realidad acerca del siglo XX es lo mal que fueron tratados los campeones de la libertad.Raramente recibieron honores y pocas veces fueron celebrados por los académicos y por los medios de comunicación.Uno de los grandes economistas del siglo XX, Ludwig von Mises, se refugió de Hitler en Estados Unidos, pero aquí no podía conseguir empleo como profesor universitario.Mises insistía que el gobierno es el problema y no la solución, lo cual molestaba a académicos progresistas defensores del Estado de Bienestar.Hayek y Friedman fueron despreciados por mucho tiempo por sus advertencias en contra del gobierno grande.En los años 60, la Universidad de Virginia contaba con una de las más innovadoras cátedras de economía en el mundo.Sus académicos crearon dos nuevos campos: el de elección pública como también de economía y leyes.En ambos casos, los innovadores terminaron ganando premios Nobel, pero ambos habían sido antes sacados de esa universidad por atreverse a ser asesores del candidato presidencial Barry Goldwater.Lo mismo sucedió con Adam Smith en Inglaterra; si no me cree, trate de encontrar su tumba o alguna otra señal de su existencia.No ha habido premios para aquellos cuya labor avanza la libertad, como tampoco subvenciones de las fundaciones más ricas como la Rockefeller, Ford, Carnegie o MacArthur.Un empresario exitoso que prefiere el anonimato le propuso a Ed Crane, presidente del Cato Institute, establecer el Premio Milton Friedman para el Avance de la Libertad, el cual se otorgaría cada dos años, acompañado de un cheque por 500 mil dólares.Un distinguido jurado escogió a Peter Bauer como primer recipiente.Todos los adjetivos que hacen fascinante y encantadora a una persona se aplican al profesor Bauer, quien llegó a Inglaterra de Hungría en los años 30.Su competencia lo condujo a ser profesor de Cambridge y miembro de la Cámara de los Lores.Ha sido el más distinguido de los economistas del desarrollo.Durante varias décadas, fue el único en expresar su desacuerdo con que la planificación junto con la ayuda extranjera lograrían el desarrollo económico de las naciones pobres.Fue testigo de cómo las agencias gubernamentales encargadas de fomentar la agricultura destruían a los campesinos exitosos.Bauer sostenía que el principal resultado de la planificación gubernamental es destruir la iniciativa individual, la cual es el factor más importante en la producción.Su inconformidad con los asesores económicos se basaba en su conocimiento de la importancia del comercio para surgir del subdesarrollo.Pero el comercio era siempre la víctima de regulaciones y de la planificación gubernamental.La planificación y la ayuda externa produjeron pobreza y guerras.Bauer veía que el colectivismo agrario disparaba las hambrunas de los países más pobres y que ni siquiera Inglaterra se podía dar el lujo de ser socialista.Bauer murió en su casa de Londres el 2 de mayo, justo cuando se preparaba a viajar a Estados Unidos para recibir el premio Milton Friedman.En el 25 aniversario del Cato Institute celebramos la vida de uno de los mejores amigos de la libertad y de las víctimas de la planificación económica.Su labor perdurará en beneficio de la humanidad.*Columnista del Washington Times.(c) www.aipenet.com