Pensiones en Panamá, una muerte anunciada
...en materia de redistribución en servicios sanitarios, educación, entre otros, aún nos falta mucho por trabajar para subir la edad de jubilación. Necesitamos volver al sistema de beneficios definidos utilizando el reparto como técnica financiera; replantear los cimientos de la seguridad social como sistema solidario.
El sistema de reparto de beneficios definidos o solidario es el que se encuentra en crisis ya que no hay cotizantes quienes respalden las pensiones de esa generación que ya se ha quedado sin fondos. Foto: Archivo. Epasa.
La quiebra del programa de pensiones de la Caja de Seguro Social (CSS), Invalidez, Vejez y Muerte (IVM) es un problema que se anticipó por años; sin embargo, los gobiernos hicieron caso omiso a la premisa de crisis.
Un exdirector comentaba que haría todo lo posible para demorar la quiebra del programa de IVM en vez de dar soluciones en el momento.
El problema solo lo postergaron.
Actualmente, en Panamá coexisten dos sistemas de pensiones dentro del régimen obligatorio de la Caja de Seguro Social.
El primero es un sistema de reparto de beneficios definidos o solidario y el otro es el sistema de cuentas individuales (subsistema mixto), que entró en vigor a partir del 2007.
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El primer sistema ampara a las personas o pensionados que a la fecha del 1 de enero de 2006 se encontraban dentro del mismo, a los trabajadores que superasen 35 años y optasen por quedarse, la cual era una decisión irrevocable.
Este primero es el que actualmente se encuentra en crisis ya que no hay cotizantes quienes respalden las pensiones de esa generación que ya se ha quedado sin fondos.
Con el cambio de sistema se eliminó el sistema solidario, sin planificar quién se haría cargo, y evidentemente se tendrían que utilizar los fondos de reserva.
La solución no es utilizar medidas paramétricas de aumento de la edad o las cuotas de jubilación.
Ya que en materia de redistribución en servicios sanitarios, educación, entre otros, aún nos falta mucho por trabajar para subir la edad de jubilación.
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Necesitamos volver al sistema de beneficios definidos utilizando el reparto como técnica financiera; replantear los cimientos de la seguridad social como sistema solidario.
La rentabilidad del sistema de reparto podría ser más favorable por el hecho de que las pensiones públicas son vitalicias, cubren contingencias que un seguro privado no haría frente.
El Estado no debe limitar el sistema con base a cotizaciones, podría utilizar instrumentos de recaudación como los impuestos y destinarlos a la Seguridad Social, ya que es insostenible a base de cotizaciones.
Debe empezar por reconstruir la relación entre la productividad y salarios.
Haciendo una reforma en las políticas macroeconómicas apostando a políticas de rentas para poder impulsar el crecimiento económico del país, estimulando la demanda interna aumentarán los fondos a la Seguridad Social, ya que con una política de empleo eficiente garantizamos que el sistema estará apoyado de recursos.
La Caja de Seguro Social debe ser un ente fiscalizador y eficaz en la recaudación de las cotizaciones.
Es inconcebible la deuda por $268 millones del sector privado; se evidenció un claro problema en el sistema de recaudación de la institución.
Así mismo que hay empresas en Panamá operando sin garantizar la protección de seguridad social del empleado.
Es necesario nuevamente apostar al sistema solidario y de dependencia intergeneracional.
Estas son posibles propuestas que se pueden evaluar y tomar en consideración en el nuevo diálogo social que está por venir, porque el problema que enfrenta actualmente el sistema de pensiones por beneficios definidos podría ser el inicio, y esperemos no, de muchos otros.
Esto es una preocupación nacional tanto para los jóvenes que algún día adquiriremos una pensión, como para la generación que actualmente atraviesa esta situación.
Economista y profesora de la Universidad de Panamá.