Pandemia y transformación de la educación superior
La lección aprendida es que el proceso de transformación de la Educación Superior, abre la posibilidad de mirar diferentes modelos de aprendizaje, repensar la relación profesor - estudiante focalizando el verdadero objeto de la acción educativa y de repensar el papel protagónico de Educación Superior Universitaria...
Se desarrollaron clases a distancia a través de la elaboración de módulos de autoinstrucción, apoyados en plataformas digitales y la digitalización de contenidos. Foto: EFE.
Iniciar el año académico en la universidad oficial del Estado, luego de la aparición de la pandemia de la COVID -19, significaba un desafío para una institución pública con un presupuesto escuálido y con recortes financieros anunciados meses antes del surgimiento de la nueva situación de emergencia.
Era evidente que la nueva realidad, expondría aún más las desigualdades económicas y sociales, en un país con un desarrollo de la educación superior pública ralentizado, producto de las desatenciones de los gobiernos de turno.
A pesar que siempre se ha luchado por la asignación de un presupuesto universitario cónsono con las demandas de innovación y creación de nuevos conocimientos, para dar respuesta a las necesidades de una sociedad cada vez más exigente.
Sin embargo, y pese a la carestía, la Universidad de Panamá se antepuso a los avatares y sacó su casta histórica e implementó un plan de contingencia, para atender con escasez, pero con hidalguía, a aproximadamente setenta y cinco mil estudiantes en las ciudades, áreas rurales, indígenas, centros penitenciarios y lugares remotos; transformando las clases programadas para la presencialidad, en sesiones a desarrollar desde la educación a distancia con modalidades virtuales y/o modulares, entre otras.
La tarea se tornó compleja, hubo que inventariar la cantidad de profesores que contaban con las competencias tecnológicas, para enfrentar el reto: “migrar la educación tradicional a los nuevos entornos de aprendizaje”; lo que implicaba, utilizar estrategias distintas y encontrar los recursos para que todos manejaran las TICs u otras, para mitigar los efectos colaterales por la interacción en los nuevos escenarios educativos.
Se hizo un esfuerzo mancomunado por innovar las formas de guiar el aprendizaje y transformar la organización institucional, transmutando lo que se había hecho hasta el momento a la nueva realidad, tomando en cuenta que no se contaba con una infraestructura tecnológica robusta, ni con los recursos financieros necesarios para superar el nuevo desafío; todo se focalizó, en afrontar los nuevos retos y desarrollar las competencias que requería el docente ante la virtualidad, para continuar con la formación de los estudiantes; sin prisa pero sin pausa como dice la sabiduría callejera.
Toda la comunidad universitaria, profesores, estudiantes y administrativos se abocó a la tarea, para facilitar el acompañamiento del proceso educacional con diversas estrategias y desafiar la crisis; con el diseño y desarrollo de clases a distancia a través de la elaboración de módulos de autoinstrucción, apoyados en plataformas digitales (e-educativa, Moodle, Chamilo, Classroom, Office 365 Education, ZOOM, WhatsApp, entre otras), la digitalización de contenidos, con acompañamiento del Sistema de Bibliotecas de la Universidad de Panamá (SIBIUP), que promueven el aprendizaje en apego a la situación que se está viviendo y la telematización de los procesos académicos - administrativos.
La lección aprendida es que el proceso de transformación de la Educación Superior, abre la posibilidad de mirar diferentes modelos de aprendizaje, repensar la relación profesor - estudiante, focalizando el verdadero objeto de la acción educativa y de repensar el papel protagónico de Educación Superior Universitaria y de la investigación, en tiempos de crisis para la toma de decisiones en política educativa a futuro.
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Profesor universitario y Especialista en Administración Educativa.