Economía, ética y extinción de la vida
... según un reciente estudio publicado en la revista Proceding of National Academy of Sciences (PNAS), entre el 2001 y el 2014 se extinguieron cerca de 173 especies, que "es 25 veces más especies extintas de lo que cabria esperar bajo la tasa natural de extinción".
En América Latina y el Caribe, la reducción promedio del tamaño de las poblaciones estudiadas, 4,392 especies de mamíferos, aves, peces, reptiles y anfibios, alcanza proporciones todavía más alarmantes. Foto: EFE.
Para los economistas neoliberales, la Economía es una ciencia totalmente separada de la ética. Es así como Lionel Robbins, autor de la definición que aparece en la mayoría de los libros introductorios de esta materia, asegura que "la economía se ocupa de hechos comprobables; la ética con valores y obligaciones", por lo que desde su punto de vista "la única forma de asociarlos es por yuxtaposición".
Se trata de una forma de ver la problemática que, si bien es útil, a quienes anteponen sobre cualquier otro criterio el interés del enriquecimiento a costa de la naturaleza, olvida el principio más elemental de la ética: la protección de la vida.
La acumulación incesante de riquezas, en pocas manos, está generando un creciente impacto sobre la vida. Desde el punto de la vida, ahora nos encontramos frente a lo que se puede llamar la Extinción Masiva del Antropoceno. A diferencia de las anteriores, que tuvieron causas naturales, esta es producto de la actividad humana que responde al actual modelo de economía.
El avance de esta ha sido destacado en una serie de estudios recientes. De acuerdo con la Lista Roja de las Especies en Peligro de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, actualmente existen más de 32,000 especies en peligro de extinción, que representan el 27.0% del total de especies evaluadas por ese organismo.
Por su parte, el Fondo Mundial para la Naturaleza, que da seguimiento a 20,811 poblaciones, pertenecientes a 4,392 especies de mamíferos, aves, peces, reptiles y anfibios en todo el mundo, asegura en su recientemente publicado Índice del Planeta Vivo, que en promedio el tamaño de estas especies se ha visto reducido en 68.0% entre 1970 y el 2016.
En América Latina y el Caribe, la reducción promedio del tamaño de las poblaciones estudiadas alcanza proporciones todavía más alarmantes. En esta, según el FMN, durante el período analizado, se observó "una disminución promedio del 94.0% en las poblaciones de vertebrados estudiadas.
Por otra parte, a fin de ahondar en el tema, es útil señalar que según un reciente estudio publicado en la revista Proceding of National Academy of Sciences (PNAS), entre el 2001 y el 2014 se extinguieron cerca de 173 especies. El profesor Carlos Ceballos González de la UNAM ha explicado que "173 especies es 25 veces más especies extintas de lo que cabria esperar bajo la tasa natural de extinción".
La extinción también puede afectar a una buena parte de la población humana. Otro estudio publicado por PNSA ha llegado a la conclusión de que en el escenario de "los negocios como de costumbre", hacia el 2070, cerca de un 30.0% de la población mundial, esto es 3,500 millones de seres humanos se encontrarán en zonas con temperaturas no habitables, debido al calentamiento global. Estos solo tendrían dos opciones: perecer o migrar, si se los permiten.
VEA TAMBIÉN: La inteligencia artificial y sus aplicaciones en las comunicaciones y en la medicina
Se trata de una situación difícil, ya que aún en el caso de una significativa mitigación climática, que nos mueva del llamado escenario RPC8.5 al más controlado conocido como RPC2.6, en el año 2070 se tendría que 1,500 millones de habitantes del planeta se encontrarían en zonas de temperatura no habitables.
A fin de cuentas, su posibilidad de sobrevivencia dependería de la migración, que probablemente chocaría con las barreras construidas por los países con climas más benévolos.
En la encrucijada en que se encuentra la naturaleza, así como nosotros como parte de esta, no podemos seguir pensando en los términos de una Ciencia Económica ciega a los problemas éticos.
Esta tiene que reconocer el respeto a la vida como un principio fundamental, convirtiéndose en un instrumento crítico del actual modelo de sociedad, comprometido, además, con un cambio civilizatorio.
Economista.