COVID 19, transitismo e inestabilidad estructural
... la pandemia no solo generó, sino que también profundizó una tendencia hacia al dislocamiento de las cadenas internacionales de abastecimiento, lo cual puede efectivamente afectar la posición de Panamá... una situación que se agrava por las contradicciones comerciales, financieras, tecnológicas y militares entre Estados Unidos y China...
El aspecto más ridículo de las argumentaciones es que la pandemia no se inició por la vía de los contactos con el exterior. En el 2019, más de 16.5 millones de pasajeros pasaron por el aeropuerto de Tocumen. Foto:EFE.
No es un secreto para nadie que la COVID-19 ha generado una profunda crisis económica en el país, provocando un altísimo nivel de desempleo. Tampoco es un secreto que la pandemia ha puesto al descubierto la profunda crisis estructural del modelo transitista concentrante y excluyente que caracteriza a nuestra economía.
Llama la atención que los eruditos de siempre, defensores consumados del transitismo, busquen en este momento profundizar este modelo. Se trata, para comenzar, de desenterrar argumentaciones que les sirvieron, utilizando sus posiciones de poder político, para implantar la política neoliberal en el país. Así, por ejemplo, se arguye que Panamá es un país prácticamente cerrado al exterior, con un modelo de crecimiento hacia dentro.
Olvidan no solo nuestro peculiar sistema monetario – financiero, sino que, según cifras oficiales del 2019, la suma de las exportaciones y las importaciones del país equivalía al 83.2% del PIB. Pareciera que a las lumbreras del neoliberalismo se les olvidó la forma en que se mide la apertura económica de un país.
La propuesta del neoliberalismo criollo busca pasar de una fase de acumulación de ganancias originada en la generación de infraestructura, sostenida en una caída muy sustancial de las remuneraciones de los trabajadores en el PIB, a otra fase centrada en las exportaciones, que también estaría basada en la compresión de las remuneraciones y el despojo de los derechos laborales de los trabajadores. Sería la continuidad de una estrategia en que se amplió la infraestructura que vincula al país con el exterior, la que ahora debería servir para impulsar el ajuste del modelo transitista concentrador y excluyente.
Los iluminados locales del neoliberalismo no parecen entender los cambios ocurridos en el ambiente internacional. En primer lugar, antes de la pandemia, el comercio internacional había perdido una buena parte de su dinamismo.
Mientras que entre 1990 - 2007, el volumen del comercio de bienes se expandió a una tasa media del 6.2% anual y entre 2012 - 2019, lo hizo apenas a una del 2.3% anual. Asimismo, la participación de las exportaciones de bienes y servicios en el PIB mundial, que alcanzó su máximo histórico del 31% en 2008 y desde 2015 se ha ubicado en torno al 28%.
En segundo lugar, la pandemia no solo generó, sino que también profundizó una tendencia hacia al dislocamiento de las cadenas internacionales de abastecimiento, lo cual puede efectivamente afectar la posición de Panamá.
Se trata de una situación que se agrava por las contradicciones comerciales, financieras, tecnológicas y militares entre Estados Unidos y China, las cuales no van a desaparecer por el cambio de gobierno en Estados Unidos.
Más aún, el avance de las técnicas basadas en la inteligencia artificial está provocando el llamado fenómeno del "reshoring". Este significa que estas técnicas son capaces de reducir y hasta eliminar la "ventaja" de la mano de obra barata, por lo que diversas producciones pueden volver a los llamados países de centro.
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A esto se deberían sumar los problemas de una posible reactivación lenta a nivel internacional, producto de los ahorros precautorios, las necesidades de los bancos, empresas y hogares de mejorar sus balances, así como a la presencia de un gran número de empresas en condiciones de insolvencia que no podrán seguir operando.
Sin embargo, quizás el aspecto más ridículo de las argumentaciones de los defensores del neoliberalismo es que la pandemia no se inició en Panamá por la vía de los contactos con el exterior. Baste recordar que más de 16.5 millones de pasajeros pasaron en el 2019 por el aeropuerto de Tocumen. ¿Sabios medievales que creen en la generación espontánea?
El país necesita sacudirse del neoliberalismo para encontrar su verdadero camino hacia un modelo democrático, equitativo y ambientalmente sostenible.
Economista.