En el Salvador chocan los intereses de EE.UU. y el dinero chino
Mientras China se presentaba como un socio con una visión para el futuro de El Salvador, la Administración Trump en un principio respondió con poco más que amenazas a la Nación centroamericana por no hacer lo suficiente para frenar la migración.
China planeaba un puerto global de embarques en la Isla Perico, hogar de unas 35 familias, antes de resistencia de EU. Foto/ Daniele Volpe para The New York Times.
ISLA PERICO, El Salvador — Hace poco más de un año, a cada una de las familias que viven en la Isla Perico, un diminuto pedazo de tierra en un rincón desposeído de El Salvador, se le ofreció 7 mil dólares para que se mudara a tierra firme. Se le dijo que la mudanza era necesaria para ayudar a lograr el plan de China de convertir un oprimido pedazo de Centroamérica en un centro global de comercio.
Pero se negaron, dudando que se beneficiarían de alguna bonanza que los chinos pudieran traer.
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“¿A dónde iríamos?”, preguntó Mercedes Hernández, meciendo en brazos a un bebé de 1 año. “Tenemos una vida aquí”.
En los meses que siguieron, las alrededor de 35 familias de la isla se vieron atrapadas en una lucha entre Beijing y Washington, que desea impedir que China se afiance a sus puertas.
Durante la mayor parte de la década pasada, Estados Unidos observó mientras Latinoamérica era jalada hacia la órbita de China mediante una creciente red de comercio y préstamos. Bancos chinos dominan ahora los préstamos en la región, al haber proporcionado más de 140 mil millones de dólares entre el 2005 y el 2018. El comercio entre China y América Latina y el Caribe se disparó de 17 mil millones de dólares en el 2002 a casi 306 mil millones de dólares en el 2018.
Mientras China se presentaba como un socio con una visión para el futuro de El Salvador, la Administración Trump en un principio respondió con poco más que amenazas a la Nación centroamericana por no hacer lo suficiente para frenar la migración. Pero luego EU dio un giro: tratar de voltear a la opinión pública de El Salvador contra los chinos. La Embajadora de Estados Unidos llegó incluso a sugerir que China podría estar buscando establecer un puesto militar en el país.
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Ou Jianhong, Embajadora de China en El Salvador, declinó las peticiones de entrevista. Pero en una con Xinhua, la agencia estatal china, calificó de “irresponsables e infundadas” las advertencias de Washington.
El ofrecimiento de crear una zona especial en El Salvador, por parte de una compañía paraestatal china llamada Asia-Pacific Xuanhao, fue resumido en un documento visto por The Times. El trato avanzaría el intento de China de establecer una ruta comercial alternativa al Canal de Panamá y su habilidad para moldear el comercio en la región. También brindaría a China una posición privilegiada para expandir sus capacidades de inteligencia en las inmediaciones de Washington, de acuerdo con funcionarios estadounidenses que han observado mientras Beijing ha invertido en al menos 60 puertos latinoamericanos.
Para El Salvador, el trato llegó con condiciones. Los chinos solicitaron un arrendamiento a 100 años de un área de 2 mil 787 kilómetros cuadrados —el 13 por ciento de la superficie del país— y exigieron exenciones fiscales para sus compañías. Los detalles de la estructura de financiamiento no fueron dados a conocer públicamente.
“Si Estados Unidos amenaza con interrumpir nuestra ayuda, trata mal a nuestra gente y trae pocas inversiones, ¿por qué no optar por los chinos?”, declaró Roberto Rubio, director de la Fundación Nacional para el Desarrollo, un grupo de investigación en San Salvador, la capital.
A principios de julio del 2018, el presidente de El Salvador, Salvador Sánchez Cerén, envió a la legislatura una iniciativa de ley que establecería el marco legal para una zona económica especial a lo largo de la costa sureste. Cuando anunció que rompería relaciones con Taiwán y establecería relaciones diplomáticas con China, imaginó una era que traería “grandes beneficios al país y ofrecería extraordinarias oportunidades”.
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Mientras el trato era debatido por los legisladores, los chinos empezaron a desembolsar un paquete de ayuda de 150 millones de dólares. Pero al carecer de apoyo, el Gobierno saliente nunca llevó a votación el proyecto de ley. Poco antes de asumir el cargo el 1 de junio, el nuevo presidente, Nayib Bukele, dijo que los chinos “llegan, hacen proyectos que no son factibles y luego dejan los países con enormes préstamos que no pueden pagar y se aprovechan de eso”.
A la larga, algunos funcionarios estadounidenses temen que la oferta de China de construir infraestructura será difícil de resistir. Norma Torres, representante de California nacida en Guatemala, que se ha vuelto una voz destacada en política centroamericana, dijo que el enfoque de la Administración Trump en mantener fuera a los migrantes beneficiará a China.
“No están buscando resultados inmediatos a corto plazo, como nosotros aquí en Estados Unidos”, dijo Torres. “Los chinos se han enfocado en, ‘¿dónde vamos a estar en los próximos 20 años?’”.
Gene Palumbo contribuyó con reportes a este artículo.