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Instituto de Geociencias agoniza, no hay papel para registrar sismos
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Tras los desastres naturales ocurridos en los últimos años, queda evidenciada nuestra vulnerabilidad a acontecimientos, lo que nos obliga a mantener y crear institutos especializados que estudien estos fenómenos y alerten los posibles efectos, para evitar pérdidas de vidas.Uno de los centros al que es necesario prestarle una gran atención y dotarle de los recursos suficientes, es el Instituto de Geociencias de la Universidad de Panamá que tiene el más importante equipo de investigación geológica, pero que enfrenta una escasez de recursos que le imposibilitan operar normalmente.Tal es el nivel de estrechez económica que no existe una sola hoja de papel térmico para registros sísmicos que se producen en el país, informó el geógrafo Arkin Tapia, encargado de la red sísmica del instituto.Se trata de un papel especial y no hay recursos para comprarlo, pues éste debe ser mandado a comprar a Estados Unidos y no hay fondos, pues su costo es de unos 400 dólares cada caja de 400 hojas."Realmente creemos que lo que se nos proporciona es muy poco", aseguró.Desde su creación ha formado parte de la Universidad de Panamá, lo que implica que sus recursos para funcionamiento son parte del presupuesto de ese centro de estudios, que enfrenta una seria crisis financiera y recortes en su presupuesto.Lo que se asigna es utilizado prácticamente en salarios, ya que para mantenimiento de las estaciones o para hacer giras de campo se solicitó un viático lográndose B/.5 mil por año, pero se ha recortado por la crisis y ahora sólo hay mil balboas, con lo que es imposible realizar trabajos de campo.Otro aspecto importante, es que pese a todas las dificultades, la organización desde su creación ha venido creciendo.A partir del momento en que se instalaron los primeros sensores, los mismos han funcionado muy bien, capturando información sísmica tanto local como regional y algunos distantes, afirma Arkin Tapia.Desde 1983 hasta 1991 antes que ocurriera el terremoto de Bocas del Toro, se seguía trabajando con una sola estación con tres sensores, uno vertical y dos horizontales, que permiten ubicar muy bien el origen de los eventos sísmicos, pero al no ser suficientes se instalan dos nuevas estaciones, una en Colón y otra en David y se ha ido creciendo hasta alcanzar 13 estaciones.Lo lastimoso es que en 1990 a 1992 y en 1997 se instalaron una serie de estaciones, pero por el desconocimiento sobre esta materia, las estaciones instaladas cerca de la ciudad de Panamá, por ejemplo la de Cerro Cama en el norte de La Chorrera, y la que está en el área de Bayano fueron blanco de los malhechores que se llevaron las baterías, los paneles solares y las antenas.Esto representó cuantiosas pérdidas que ocasionaron su eliminación porque no había ganancias.El Instituto de Geociencias es el único en Panamá capacitado para trabajar con los fenómenos naturales de origen tectónico como vulcanismo, deslizamiento, terremoto, maremotos, problemas erosivos, hundimientos de suelo y condiciones de fallas geológicas.