Escuelas viejas, trampa mortal para estudiantes, tras un desastre natural
Según datos ofrecidos por la propia ministra de Educación, Marcela Paredes, un 37% de los planteles educativos del país tienen 50 años o más de haberse construido.

Todos los años se producen las mismas quejas por el deterioro de los planteles educativos. /Foto: Archivo
Las infraestructuras en las que se imparte la educación panameña están desgastadas por el tiempo y representan un peligro para la comunidad estudiantil si ocurrieran desastres naturales de peligro; peor aún, pocos saben cómo reaccionar y no existe un plan estratégico.
Unos seis centros educativos del país tienen 108 años de fundación y en su infraestructura; otros 25 planteles cuentan con 98 años y la misma base de construcción, y 40 más rondan los 88 años de edificación.
Según datos ofrecidos por la propia ministra de Educación, Marcela Paredes, un 37% de los planteles educativos del país tiene 50 años o más de construcción.
Ante esto, el Sistema de Protección Civil (Sinaproc), dirigido por José Donderis, realizó algunas inspecciones en planteles educativos y admitió que varios tienen problemas estructurales.
Situación preocupante, ya que en Panamá la actividad sísmica ha variado durante los últimos meses, debido a la activación de una falla en el área de Azuero, sumada a la de Veraguas.
El temor de los padres de familia es que al ocurrir un sismo, las estructuras de las escuelas puedan ceder debido a su deterioro por el tiempo y la falta de mantenimiento, y ocurra una desgacia.
"Da miedo pensar que nos ocurra como en México el año pasado, pero confiamos en Dios que no ocurrirá ningún terremoto en el país", expresó Ruth Díaz, madre de una estudiante de la escuela Melchor Lasso de la Vega, la cual es una de las escuelas centenarias.
La ministra de Educación reconoció ante la Asamblea Nacional de Diputados, que "la mayoría son centros educativos que tienen 40 o más años de estar construidos, sin haber estado vigente el código actual de infraestructura".
A pesar de los problemas de salud pública que pueden acarrear estas escuelas, Paredes admitió que derrumbar y construir es la última opción del Ministerio de Educación.
Para el representante del Sinaproc, pintura, cielorraso, lavamanos y bancas nuevas no ayudarán ante un desastre natural.