El salvador de los tesoros de Notre Dame, Jean-Marc Fournier, pasó de sacerdote a bombero y a héroe
"No mostró ningún temor cuando entró en la catedral para buscar las reliquias y se aseguró de que fueran salvadas". "Se ocupa de la vida y la muerte todos los días, y no muestra miedo".
"El padre Fournier es un héroe absoluto", dijo un miembro de los servicios de emergencia.
El presidente francés, Emmanuel Macron destacó el heroísmo de los bomberos y dijo que su labor fue determinante en estos días para rescatar los tesoros de Notre Dame, pero entre los cientos combatientes del fuego convocados ese día, destaca la labor de su capellán, Jean-Marc Fournier, que ya estuvo activo durante la noche de los atentados terroristas del Bataclan el 13 de noviembre de 2015 y que volvió a estarlo el pasado lunes.
Aunque no estaba de servicio, Fournier vio el humo y acudió a la catedral. Su concurso fue clave para salvar buena parte de las obras y de las reliquias que se conservaban en Notre Dame, en cuyo tesoro figura la corona de espinas de Cristo y el manto de san Denis.
Jean-Marc Fournier, capellán de la brigada de bomberos de París, salvó el Santísimo Sacramento y la Corona de Espinas de la catedral en llamas cuando entró con los bomberos.
Se temía que ambos artefactos religiosos se perdieran debido al fuego que afectó ayer a la icónica catedral de París.
Según historiadores, durante las Cruzadas en 1238, el emperador latino de Constantinopla se la dio al rey Luis IX para ganar su apoyo y tratar de preservar su imperio en ruinas.Un héroe
"El padre Fournier es un héroe absoluto", dijo un miembro de los servicios de emergencia.
"No mostró ningún temor cuando entró en la catedral para buscar las reliquias y se aseguró de que fueran salvadas". "Se ocupa de la vida y la muerte todos los días, y no muestra miedo".
Etienne Loraillere, editor de la cadena de televisión católica KTO de Francia, dijo que el Padre Fournier se metió con los bomberos a la catedral de Notre Dame para salvar la Corona de Espinas y el Santísimo Sacramento.
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No es la primera vez que el sacerdote se convierte en el héroe de Francia en medio de la desgracia. Fournier entró en la sala de conciertos Bataclan, luego de que un terrorista de Estado Islámico asesinara a 89 personas. El sacerdote oró por los muertos y consoló a los heridos y las familias de las víctimas.
El padre Fournier, de unos 50 años, comenzó su carrera como sacerdote católico en Alemania y luego se mudó al departamento de Sarthe en Francia.
Se unió a la diócesis de las fuerzas armadas en 2004, y pasó siete años trabajando con el ejército en todo el mundo. En Afganistán estuvo involucrado en una emboscada en la que murieron 10 soldados.