¡Lechos separados!

En la intimidad de un hogar y de una pareja se viven varios escenarios que las personas que la rodean desconocen, uno de ellos es dormir en camas separadas, aunque la relación esté viento en popa.

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Cuando una pareja se va a vivir juntos, normalmente no se plantea comprar dos camas. La costumbre indica que se debe dormir juntos, a pesar de que a veces resulte incómodo para alguno de los dos.

Según el psicólogo Fernando Javier Gómez, hay muchas razones por las cuales dos personas que conviven deciden dormir separadas, más allá de las peleas de sábanas y la temperatura del cuarto.

Lo habitual en estos casos es que la pareja duerma en la misma habitación, pero en diferentes camas. También existen relaciones en las que cada uno tiene su propia habitación, esto según sus posibilidades económicas.

Al pasar del tiempo, tanto la pareja como las personas envejecen y cada vez tienen más necesidades que no precisamente son las mismas del otro, por lo que este escenario es más común durante la tercera edad, sin embargo, también se ve en recién casados.

El dormir es un acontecimiento muy íntimo y necesario para cada persona, por lo que dormir junto a otra es una decisión que solo la puede tomar la pareja como tal, nadie puede influir.

Actualmente vivimos en una sociedad muy sexualizada, en la que a todas luces, el dormir en camas separadas es malo, por lo que las parejas que se ven envueltas en esta situación viven en un constante ambiente de estrés y tensión.

¿Significa falta de amor?

Que algunas parejas tomen esta decisión no significa necesariamente que se amen menos, aunque podría ser el caso. En la mayoría de las situaciones significa más bien una necesidad de mantener el amor de otra manera. Está justificado cuando uno o ambos así lo consideren, pero esta modalidad también ha dividido muchos matrimonios.