deportes
Triángulo vital; círculo vicioso
Aimee Verdisco - Publicado:
Un lector, de aquellos que se interesan en todo para estar al tanto de lo acontece en todos los ámbitos de la vida cotidiana, nos interrogaba recientemente sobre los factores que están impidiendo que la hípica en Panamá se reinstale en la posición de vanguardia que mantuvo por mucho tiempo."No soy hípico, pero te leo frecuentemente y me parece que después de mucho tiempo no han cambiado mucho las cosas", comentó ese lector, que como muchos, siente que en las condiciones actuales el negocio de la hípica en Panamá "no tiene gane".Para tratar de salir del paso nos vimos precisados a darle la primera respuesta que nos vino a la mente: "Lo que pasa es que estamos en un círculo vicioso", fue nuestra respuesta a la lógica inquietud de ese representante del panameño común que todavía recuerda los grandes episodios que enriquecieron la historia hípica panameña y que hoy no son más que eso, buenos recuerdos.Estamos en un círculo vicioso debido a que en las circunstancias actuales hay una interpendencia entre los tres ángulos que componen el "triángulo vital" de la hípica.En otras palabras, con los términos acordados a través del contrato entre la empresa operadora y los dueños de caballos, todo aquel elemento humano que participa de la hípica nacional depende directamente de las apuestas; es decir, de los apostadores.Ese "triángulo vital" al cual hacemos referencia está compuesto por la empresa operadora del hipódromo, los dueños de caballo y los apostadores.Como nunca antes éstos últimos (los apostadores) tienen el poder de decidir la suerte del espectáculo hípico y muchos de los que se disputan posiciones dentro del engranaje de la actividad parecen ignorar o minimizar esta realidad.De allí que el triángulo se tuerce y se convierte en un círculo, pero vicioso.Es un círculo vicioso porque las apuestas no aumentan.Como no aumentan las apuestas, los dueños no compran caballos y como no compran caballos la calidad de espectáculo es cada vez más endeble y en consecuencia la gente no apuesta.Ese el círculo vicioso al cual estamos sometidos y en el cual pareciera moriremos.Hemos de morir porque los que debieran invertir para mejorar, en términos cuantitativos, la población caballar no lo hacen por carecer de los recursos financieros para ello; entiéndase la empresa operadora.En las condiciones actuales Equus debiera asumir una de dos opciones: crear las condiciones para que los dueños se interesen en la adquisición de caballos, mejorando los premios y presentando una agenda de clásicos más rica y, la segunda opción sería invertir en la compra de caballos en una cantidad que se compadezca con la necesidades de la hípica.Como lo anterior es utópico, debemos presumir que nos ahogaremos en ese círculo vicioso, porque todavía no hay visos de que se mejore la población caballar porque la empresa no tiene dinero para hacerlo; los dueños de caballos no pueden seguir invirtiendo para perder más de lo usual y los apostadores han visto muchas cosas buenas para ahora conformarse con cualquier adefesio.