Hay que apretar a quienes se salen del carril
Ciertamente hay errores en toda acción donde intervenga el hombre, pero hay situaciones en las que se pasa del error a la actitud delincuencial y cuando se transgrede ese límite hay que proceder con rigor y sin contemplaciones.
Hay que apretar a quienes se salen del carril
Desde el punto de vista de la calidad y la cantidad de caballos que hay dentro del hipódromo, en los últimos 10 años nunca el panorama se había planteado tan halagador para la hípica.El éxito de las ventas de las haras nacionales, así como las numerosas importaciones que se dieron en los últimos meses del 2018 desde EE.UU., no son más que una evidencia clara de que los inversores creen, confían y les gusta la hípica.
La segunda joya de la corona son los apostadores quienes, pese a todo, se han mantenido fieles a la actividad. Cierto es que la economía del país, por los menos para los sectores donde se reportan los principales clientes en términos de apuestas, no está tan robusta como hubiéramos querido, pero la gente sigue ahí.
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Hay que reconocer además que, tras firmar el nuevo contrato con el Estado, la empresa que administra el hipódromo ha atacado varios puntos sensibles, haciendo inversiones millonarias cuyos efectos comenzarán a verse cuando terminen de alinearse todos ensambles que se requieren.
Sin embargo, queda pendiente una profunda tarea en áreas que tienen que ver más con la voluntad de muchos que con dinero u otro factor material.
Nos referimos a todo lo referente a la honestidad, credibilidad y confianza que debe existir en torno a la actividad hípica.
Los inversionistas, por el hecho de estar “metiendo su dinero” en la industria, necesitan que la actividad, en todos sus niveles, se desarrolle con iguales condiciones para todos; sin ventajas. Los hípicos (apostadores) requieren que las carreras se desarrollen con los máximos controles y niveles de honestidad y, la administración, requiere que todo marche de manera coordinada para desarrollar la actividad con el propósito de generan ganancias para ellos y riquezas para el resto.
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Hay un cuarto punto de apoyo en todo y se trata de Estado, cuyo rol en cuanto regulación, fiscalización y aporte, con base a lo que dice la ley y se acordó contractualmente, es vital.Por lo todo, lo anterior se hace necesario que se conforme un solo puño que sirva para derribar a quienes insisten en abusar de los equinos -materia prima de la industria- ya sea mediante el uso de sustancias químicas o de artefactos eléctricos o de otra índole que alteren rendimiento normal de los ejemplares.
Ciertamente hay errores en toda acción donde intervenga el hombre, pero hay situaciones en las que se pasa del error a la actitud delincuencial y cuando se transgrede ese límite hay que proceder con rigor y sin contemplaciones.
Quienes decidan sobrepasar el umbral de juego limpio e irse al lado oscuro, lo hacen bajo su propio riesgo, por cual no hay porque tratarlos con paños tibios y hay señalarlos para que la opinión pública los conozca.
Esto debe ser así, simplemente porque no podemos dejar que unos pocos pongan en peligro todo lo que enumeramos al principio de esta nota, solo porque prefieren “pan para hoy y hambre para mañana”, todo esto a expensas de quienes inviertan de manera constante en la hípica porque les gusta y creen en ella. Así de claro y tajante es el asunto.