El doloroso relato de Cafú: 'No puedo describir el dolor de tirar tierra en el ataúd de un hijo'
Cafú reconoció en la entrevista que no asimila la muerte de su hijo, que cada cinco días vista su tumba; dijo que usualmente llora en el tráfico para que su familia no lo vea, y que llama a sus amigos "solo para llorar".
Cafú en una foto en familia y su hijo Danilo Feliciano (derecha). Foto @Cafu2
Marcos Evangelista de Morães, Cafú, ex capitán de la selección de Brasil, rompió el silencio y habla de cómo ha llevado el duelo tras la muerte de su hijo Danilo Feliciano de Morães de 30 años, tras sufrir un infarto mientras jugaba a fútbol con amigos.
“No sé cómo describir la sensación de tirar tierra al ataúd de un hijo”, dijo entre llano a Veja.
“Teníamos programado un partido con amigos para el 5 (de septiembre), pero yo tenía un viaje de negocios a Estados Unidos y lo anticipamos. Danilo estaba en el mismo equipo que yo. En un descanso, se fue y yo seguí jugando. Tres minutos después noté una conmoción fuera del campo. Por curiosidad, fui a ver qué estaba pasando y me encontré con mi hijo sufriendo convulsiones. Entré en pánico porque tenía su historia cardíaca delicada. Llamamos a emergencias y dijeron que llegarían en 10 minutos, pero sentía que mi hijo no podía esperar. Cargué a Danilo, lo subí al auto y en cinco minutos llegamos al hospital”, narró Cafú sobre lo ocurrido con su hijo.
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Cafú narró que su hijo tenía programada una cirugía de cateterismo para dos días después del incidente.
"Sufría de aterosclerosis coronaria temprana (obstrucción de los vasos del corazón, que es más común después de los 65 años, que fue tratado con el cardiólogo Luiz Carlos Valente. La primera aparición de la enfermedad también ocurrió dentro de un campo. Mientras estábamos jugando a la pelota, Danilo tenía 24 años y sintió un fuerte dolor en el pecho", recordó el ex futbolista.
Añadió Cafú que "al día siguiente volvió a sentirse enfermo y condujo solo al hospital, donde se realizó un electrocardiograma. El diagnóstico mostró que había sufrido un ataque cardíaco. Danilo me llamó a las 7 de la mañana y me pidió que fuera al hospital. Le pusieron un stent. Después de eso, la enfermedad parecía controlada. Tenía una cita programada para dos días después de su muerte, solo para colocar un catéter y ver si el stent debería cambiarse”.
Cafú reconoció en la entrevista que no asimila la muerte de su hijo, que cada cinco días vista su tumba, dijo que usualmente llora en el tráfico para que su familia no lo vea y que llama a sus amigos solo para llorar.
“Enterrar a un hijo escapa del contexto general de todo lo que siente a lo largo de su vida. Cada cinco días, voy al cementerio a visitar la tumba. No asimilé lo que sucedió. No he tenido el valor para ir a su habitación hasta ahora, mi hijo Wellington fue quien recogió sus cosas y las donó a todas. Nunca volví a pisar la cancha donde ocurrió el infarto. No sé cómo describir la sensación de tirar tierra al ataúd de un hijo sabiendo que nunca volverá. Lloro todos los días solo. Cuando llego a casa, trato de ser fuerte. Después de todo, soy el pilar de mi familia. Usualmente lloro en el tráfico y llamo a mis amigos solo para llorar. Incluso saben y callan, así que lloro, lloro y lloro. El llanto alivia el pecho", manifestó.