Veraguas. por estar lejos de tierra firme, escudo tiene una cantidad de especies que no se ven en otros lugares.
Escudo de Veraguas, la isla mágica e inolvidable
Playas escondidas, aguas cristalinas, arenas blancas y la selva espesa hacen de este destino un paraíso terrenal. Allí habita una comunidad gnäbe y animales tan maravillosos como el perezoso pigmeo y la rana roja.
- Briant Dominici ([email protected])
- - Actualizado: 24/5/2014 - 11:22 pm
Claves
Para algunos, esta podría ser la isla más bonita de nuestro país. La aseveración puede parecer atrevida, pero sin duda Escudo de Veraguas es un lugar mágico para turistas.
Está dentro de la comarca Ngäbe Buglé y por ahora está prohibido construir en ella.
Esta es la isla más oceánica en los alrededores de Bocas del Toro y queda justo afuera de la ruta turística, en el Golfo de los Mosquitos.
Para llegar a Escudo de Veraguas se toma una avioneta desde el aeropuerto de Albrook y se llega a Isla Colón; de aquí se sale en lancha.
Dependiendo de las condiciones del mar, el número de personas (peso) y el tamaño del motor, desde Isla Colón, toma de 2 a 5 horas llegar a Escudo de Veraguas.
Sea cual sea el tiempo que tome, la espera vale la pena. Podríamos decir que la isla tiene 4 “secciones”.
La primera es la parte de la playa más grande que es en donde está el pequeño pueblo ngäbe. Aquí hay un grupo de casas que están habitadas ciertos meses del año, cuando el mar permite que las pequeñas embarcaciones de los pescadores puedan llegar a la isla.
La segunda es la parte de los acantilados; el mar ha hecho la función de escultor, creando islotes de formas caprichosas, con arcos a través de los cuales se puede navegar.
Sobre los islotes se ha mantenido vegetación, dando la impresión de que estos islotes fueran pequeñas islas frente a Escudo, cuando en realidad formaban parte de la isla principal, hasta no hace mucho.
En esta parte se encuentran pequeñas playas, como escondidas, que se han formado cuando el mar erosiona la piedra. Es en esta sección en donde está el mágico lugar que los ngäbes y buglés llaman “La Cueva de la Virgen”.
Aquí hay una playa oculta que con el pasar de los siglos ha quedado bajo un techo natural.
La tercera sección son los esteros (que en realidad no lo son, pero parecen ríos): el paisaje es muy impresionante porque combina la belleza de aguas cristalinas y arenas blancas que vemos en lugares como San Blas, con el espesor de la selva, cuyo verde se refleja en el agua, fusionándose con el azul del cielo, creando una combinación y un contraste que es difícil de describir.
Es como estarse adentrando en la selva de la isla, a través de un río, con la diferencia de que en el fondo se ven corales y hay lugares de apenas un metro de profundidad. Son brazos de mar que entran en la isla.
La cuarta parte es la de las pequeñas playas que parecen haber sido diseñadas y construidas siguiendo instrucciones para crear un paraíso.
En esta última parte es en donde el área es más apta para armar un campamento. El avistamiento de la espesa selva que termina abruptamente en una playa llena de palmeras y arenas blancas hace de este lugar algo místico.
En la isla viven diversos animales, pero dos son los más conspicuos: el perezoso pigmeo (Bradypus pigmeus), endémico de Escudo de Veraguas (no se encuentra en ninguna otra parte del mundo) y descubierto apenas hace algunos años, y los habitantes más pintorescos de Escudo de Veraguas, las ranitas de nombre científico Oophagapumilio (anteriormente Dendrobates pumilio).
Esta es la misma rana que se encuentra en isla Bastimentos y que le ha dado el nombre a la famosa playa Red Frog, tan visitada por los turistas.
Pocos, muy pocos panameños han visitado este paraíso. Los mejores meses para hacerlo son agosto, septiembre y octubre, cuando el mar en calma permite una mejor navegación y desembarque en la isla.
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