Editorial
Formación política
El Estado gasta millones de dólares en el otorgamiento de subsidios a los partidos políticos de acuerdo con el número de votos obtenidos en las elecciones con
- Actualizado: 22/11/2014 - 01:30 am
El Estado gasta millones de dólares en el otorgamiento de subsidios a los partidos políticos de acuerdo con el número de votos obtenidos en las elecciones con la finalidad de fortalecer el sistema de la democracia representativa. Con el mismo objetivo general, los partidos políticos gozan de exoneraciones tributarias y estímulos de diverso orden para equipar sus locales institucionales con insumos inherentes a su funcionamiento.
Una auditoría forense independiente del Tribunal Electoral (TE) podría establecer si los partidos invirtieron correcta y honestamente las partidas de subsidios asignadas de acuerdo con la distribución de los distintos subsidios y si el control del TE de esos subsidios millonarios deja resultados favorables a la democracia. La autonomía administrativa del TE cierra la posibilidad de evaluar la inversión de los subsidios con la dicotomía costo/ beneficio.
No obstante la cuantía de la millonaria entrega de subsidios estatales, el Código Electoral permite que los partidos políticos reciban contribuciones económicas de personas naturales y jurídicas que constituyen un misterio protegido por el TE. Los panameños desconocen qué cantidad de dinero proviene de contribuciones privadas que, sumadas a los subsidios del Estado, representan una danza de millones que solo un puñado de dirigentes políticos y funcionarios conoce al dedillo.
Estos cuantiosos montos de dinero público y privado marcan en forma negativa la desigualdad antidemocrática del sistema electoral, una inequidad económica estructural que distorsiona, entre otras cosas, los gastos de propaganda de las campañas electorales de los partidos. Si se agrega que algunos medios de comunicación, particularmente canales de televisión, conceden cuñas publicitarias a precios especiales o sin costo podemos identificar las diferencias económicas que fabrican privilegios y levantan diferencias.
Constituye un imperativo ético que se reformen los dispositivos del Código Electoral que impiden una información transparente abierta al conocimiento de la opinión pública sobre las contribuciones privadas que reciben determinados partidos políticos.
Estados Unidos, Alemania, y otros países democráticos obligan por imperativo legal la identificación pública de los donantes a las campañas electorales y la publicidad de la cantidad de recursos aportados por empresas privadas. De esta manera se conocen quién es quién en el mundillo de los contribuyentes privados y cuánto pesa el dinero aportado en términos de posibles favoritismos en contratos de obras públicas y otras opciones reñidas con la transparencia de las normas de contrataciones del Estado.
En Panamá se ha abierto la puerta a contribuciones económicas invisibles a la sociedad civil, aunque detectables, a los partidos políticos de gobierno. Se construyen jerarquías partidarias no por la excelencia de las ideologías o por la planificación científica de los programas de gobierno destinados al bienestar social. Se ha formado una pirámide de ventajas materiales que determinan la constitución de partidos grandes, medianos y pequeños, en orden a los subsidios estatales y a las contribuciones privadas para propaganda. El dilema es o contamos con una democracia equilibrada en la que los votantes usan su libre determinación para escoger a sus representantes o toleramos la formación de oligarquías políticas dominadas por grupos económicos.
Para comentar debes registrarte y completar los datos generales.