Cantus Interruptus
'El origen del mundo'
- Emiliano Pardo-Tristán *
Si se busca en Google la frase 'El origen del mundo', saldrá una mujer acostada, desnuda, con las piernas abiertas, sin pudor, mostrando su sexo en primer
Si se busca en Google la frase 'El origen del mundo', saldrá una mujer acostada, desnuda, con las piernas abiertas, sin pudor, mostrando su sexo en primer plano, con bello púbico abundante, como eran los genitales femeninos antes de la proliferación del porno en internet y de que casi todas las mujeres decidieran que así era como debía llevarse el monte de Venus, rasurado. 'El origen del mundo' es un óleo del pintor francés Gustave Coubert, que indignó el recato decimonónico y hoy se exhibe en el Museo de Orsay en París. Si a 'El origen del mundo' le añadimos el nombre Gustavo Arango, entonces Google seleccionará páginas relacionadas con la novela de un escritor colombiano, profesor de español y literatura latinoamericana en la Universidad del Estado de Nueva York.
Gustavo Arango se arriesga con esta novela —según él autobiográfica— sobre un profesor de español (Máximo Delgado), que en un curso de verano tiene nueve estudiantes, todas mujeres, todas jóvenes, todas bellas. Se arriesga porque si hay un país en el que los límites entre estudiante y profesor están bien delineados, es Estados Unidos. La novela nace de las notas diarias que toma Gustavo Arango de aquel curso estival.
De mis años como profesor de secundaria en Panamá comparto una anécdota. Al final de una clase una alumna se sienta en el pupitre, se sube la falda a la mitad del muslo y espeta con descaro adolescente: «prof, usted sabe que aquí usted es el profesor y yo soy su estudiante, pero en la calle, en la 'real vida', usted es un hombre y yo soy una mujer».
Gustavo Arango dirige su libro al profesor y al estudiante, «es una reflexión sobre el aprendizaje, sobre la enseñanza, sobre el cuerpo humano, sobre la creación escrita, sobre la sensualidad que habita en cada uno de nuestros gestos». La novela la leo como leo todo desde hace tiempo: con un lápiz. Anoto, subrayo, la hago mía. Subrayo lo que me gustaría haber escrito: «Había disfrutado del placer de recorrerla con los ojos sin que ella se enterara»; lo que me hace pensar: «Porque había renunciado al amor, pero no a enamorarse»; lo que me hace cómplice: «... estaba en esa franja donde la desesperación y el entusiasmo se unen a la sapiencia en los asuntos de la cama».
'El origen del mundo' juega con una estructura enrevesada y puede que en la confusión pierda el juego. Oscila entre la ficción y la ficción de la ficción e incluye ejercicios de escritura creativa. Según Gustavo Arango, la novela intenta despertar el escritor que todos llevamos dentro.
*(Compositor y guitarrista)
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