La compleja red de Rayo Montaño y sus tentáculos en Panamá
Publicado 2006/08/13 23:00:00
- Moscú
Alberto Torres, acusado de ser uno de los principales testaferros del narcotraficante Pablo Rayo Montaño, alardeaba de tener amistades influyentes en Panamá y que a través de éstas, le arreglaría los papeles a su jefe para que permaneciera como inversionista en el país.
El exdirector de la Policía Nacional, Eduardo Herrera, dijo en una declaración jurada ante la Fiscalía de Drogas que Torres (quien es su compadre) le comentó que tenía amistad con la expresidenta Mireya Moscoso; el ahora magistrado de la Corte Suprema de Justicia, Alberto Cigarruista y el alcalde de Panamá, Juan Carlos Navarro, entre otros.
Torres al parecer era muy allegado a Rayo Montaño o "Don Pablo", como se le conocía en Panamá. La Fiscalía de Drogas y la DEA norteamericana lo ubican en las tres células que mantenía la organización en este país, como el jefe de las operaciones terrestres y uno de los que lavaba parte del dinero de las actividades ilícitas, mediante la compra de propiedades y la creación de sociedades anónimas.
Herrera declaró el pasado 14 de junio ante la Fiscalía Primera de Drogas que Torres le presentó a Cigarruista en una reunión que sostuvieron en el restaurante Costa Azul, cuya fecha no especificó. De acuerdo con Herrera, Cigarruista era "muy amigo" de Torres.
La fiscalía preguntó a Herrera si conocía a quiénes formaban parte del "círculo de socios, amistades y conocidos" de Torres. Herrera respondió que socios no le conocía, "pero amigos que él mencionaba, eran la presidenta Moscoso, el magistrado Cigarruista, que me presentó en el restaurante Costa Azul, muy amigo de él; otros amigos eran el alcalde Navarro, el exlegislador Antonío, el legislador Jackson y el licenciado Raúl Ossa".
Panamá América trató de obtener una reacción de Navarro sobre las declaraciones de Herrera, pero éste se encontraba en el interior del país. En su lugar, Ricardo Laviery, vocero del alcalde, rechazó "categóricamente" esta afirmación y aseguró que Navarro "no tiene ningún vínculo o amistad con Torres ni con nadie que tenga ver con Rayo Montaño o su organización".
Laviery sostuvo que es "irresponsable" que Herrera haya declarado ante la fiscalía sobre una situación tan delicada con base en un comentario que le hizo otra persona. Agregó que es común que delincuentes traten de legitimarse ante las autoridades asegurando que mantienen vínculos con figuras públicas.
Este diario dejó un mensaje en el celular de la exmandataria Moscoso para conocer su versión sobre el tema, pero no obtuvo respuesta. También llamó dos veces al magistrado Cigarruista y tampoco logró sus declaraciones.
Herrera admitió que en el año 2003 conoció al propio Rayo Montaño en una reunión en una casa de Torres en la comunidad colonense de Juanche, cerca de Portobelo, en donde estaban presentes el entonces legislador perredista, Abelardo Antonío, quien hacía trabajos de construcción en esta residencia, y el exalcalde de Portobelo y ahora diputado del oficialista PRD por Colón, Nelson Jackson.
Los presuntos contactos de Torres en el gobierno ayudarían a que Rayo Montaño obtuviera su permanencia en Panamá. "Mi compadre lo estaba ayudando (a Rayo Montaño) con las amistades que tenía en el gobierno a arreglarle los papeles como inversionista en la república de Panamá, lo cual tengo entendido todo estaba en regla, porque más adelante me dí cuenta en los periódicos que tenía cédula", destacó.
Pablo Joaquín Rayo Montaño tenía la cédula panameña E-8-85226. Su documento oficial señala que nació el domingo 4 de octubre de 1959 a las 12: 00 a.m. en Colombia. Sus padres son Isaura Montaño y Pablo Rayo. Su permanencia definitiva en Panamá la obtuvo a través de una visa de inversionista apoyada en la sociedad anónima "Mi familia amorosa", con una presunta inversión de 100 mil dólares.
Esta sociedad anónima tenía una licencia comercial Tipo A, con registro número 1999-7480 de 27 de diciembre de 1999 y supuestamente se dedicaba a la actividad de bienes y raíces.
Rayo Montaño logró su cédula mediante la Resolución No. 3559 del 10 de julio del año 2002 firmada por Javier Tapia, exsubdirector de Migración durante el gobierno de Moscoso. El 1 de febrero de ese mismo año, el colombiano recibió un permiso provisional de permanencia en calidad de diseñador de piezas de equipos pesados y marinos.
La solicitud de permanencia definitiva en Panamá de Rayo Montaño presentaba una pecularidad: no cumplía con el requisito de incluir el récord policivo de su país natal, Colombia, de donde había salido en 1999 con rumbo a tierras panameñas por las incipientes investigaciones que se hacían en su contra. Lo que sí incluía el historial del colombiano era el récord expedido por la Policía Técnica Judicial (PTJ). En ese momento, Rayo Montaño estaba limpio de cargos en Panamá.
La cédula de Rayo Montaño fue anulada por la Dirección de Migración a través de la Resolución 4581 de 19 de mayo de 2006.
El detenido narcotraficante llegó a Panamá en un barco desde Colombia y según consta en las investigaciones, trajo consigo 34 millones de dólares en efectivo para empezar a conformar su bien plantada organización.
En las sumarias del caso se plantea que todas las transacciones económicas que hizo la organización de Rayo Montaño en Panamá fueron en efectivo.
El coronel Herrera fue encarcelado en 1990, acusado de intentar darle un golpe de Estado al recién ascendido al poder Guillermo Endara. Herrera fue recluido en la prisión de alta seguridad de Naos y su compañero de celda resultó ser nada menos que Alberto Enrique Torres, quien purgaba condena por un delito relacionado con drogas.
Un incidente estrechó la incipiente relación entre ambos. Torres sufrió un principio de infarto a altas horas de la noche y ninguno de los custodios se atrevió a atenderlo. Entonces, Herrera llamó por teléfono a un amigo médico, quien le dio instrucciones de cómo salvarle la vida al colombiano. Allí nació una bien cimentada amistad que terminó en compadrazgo.
Durante los tres años y ocho meses que compartieron celda, Herrera hizo amistad también con la entonces novia de Torres, Sonia Mosquera, a quien las autoridades ubican en la célula tres de la red de Rayo Montaño, a la cual se le atribuye el lavado de ganancias ilícitas.
Mosquera le pidió que le bautizara a la hija que esperaba en una ceremonia muy íntima que se realizó dentro del penal. Los gastos fueron costeados por Herrera, debido a la "precaria" situación económica que mantenían Torres y Mosquera.
Torres fue liberado en 1994 y Herrera asegura que no lo volvió a ver hasta el año 2002, cuando tuvo que mediar entre el colombiano y el mayor de la Policía, Marcio Herazo, en una disputa por la agencia de seguridad Pacific Security. Luego de un fuerte altercado entre Torres y Herazo, Herrera es designado gerente de la empresa para evitar mayores problemas entre ambos socios.
Una vez en la gerencia de Pacific Security, Herrera decidió incluir a la ahora esposa de Torres en la junta directiva de la empresa para que le "tocara algo" ante su difícil situación económica. Finalmente, las deudas de arrastre que tenía Pacific Security la hicieron colapsar.
Herrera admitió ante la Fiscalía de Drogas que le alquiló la residencia 23-A de Dorado Lakes, que es propiedad de su esposa Xenia de Herrera, a los Torres en B/.750 mensuales. El militar retirado sustentó que esta casa fue comprada en B/.123 mil en marzo de 2004 y cancelada en el 2005, con dineros aportados por su suegra y su señora.
El militar gozó de cierta simpatía política luego de su abrupta salida de la Policía Nacional por el movimiento contra Endara y hasta intentó conformar un partido pólítico, mediante el cual no descartó aspirar a la Presidencia de la República. Luego de una espectacular fuga en helicóptero del penal, Herrera fue liberado de los cargos de atentar contra la personalidad interna del Estado por falta de pruebas.
La situación económica de Torres al parecer había mejorado sustancialmente en pocos años. Para el 2005, mantenía una residencia en Brisas del Golf y un palacete de playa en Juanche, además de una camioneta Toyota Prado.
El matrimonio Torres figura entre los dignatarios de las sociedades anónimas Agropecuaria Talingo S.A. e Invermar del Caribe. Las autoridades también vinculan a Torres con Germán Pinzón, otro testaferro de Rayo Montaño en Nautipesca, la principal fachada comercial del capo colombiano en Panamá.
Torres vendió todas sus propiedades y abandonó Panamá en el 2005, pero no por el Aeropuerto de Tocumen; decidió enfrentar los peligros que le imponían las aguas del Atlántico para llegar hasta la comunidad colombiana de Turbo, en donde tiene una productiva finca que abastece de vegetales a la compañía multinacional Del Monte.
El colombiano salió de Panamá luego de una conversación que mantuvo por teléfono con Herrera, quien le comunicó que el entonces fiscal primero de Drogas, Patricio Candanedo estaba preguntando por él.
"Vea compadre, si usted anda en alguna cuestión rara, déjese de vainas, porque el fiscal está preguntando por usted, y si no anda en nada, entonces olvídese de esto", le reclamó Herrera a Torres. "Vea compadre, dígale al fiscal que yo ando en mi asunto en la finca", respondió el colombiano, antes de desaparecer y convertirse en un prófugo internacional de la justicia.
El exdirector de la Policía Nacional, Eduardo Herrera, dijo en una declaración jurada ante la Fiscalía de Drogas que Torres (quien es su compadre) le comentó que tenía amistad con la expresidenta Mireya Moscoso; el ahora magistrado de la Corte Suprema de Justicia, Alberto Cigarruista y el alcalde de Panamá, Juan Carlos Navarro, entre otros.
Torres al parecer era muy allegado a Rayo Montaño o "Don Pablo", como se le conocía en Panamá. La Fiscalía de Drogas y la DEA norteamericana lo ubican en las tres células que mantenía la organización en este país, como el jefe de las operaciones terrestres y uno de los que lavaba parte del dinero de las actividades ilícitas, mediante la compra de propiedades y la creación de sociedades anónimas.
Herrera declaró el pasado 14 de junio ante la Fiscalía Primera de Drogas que Torres le presentó a Cigarruista en una reunión que sostuvieron en el restaurante Costa Azul, cuya fecha no especificó. De acuerdo con Herrera, Cigarruista era "muy amigo" de Torres.
La fiscalía preguntó a Herrera si conocía a quiénes formaban parte del "círculo de socios, amistades y conocidos" de Torres. Herrera respondió que socios no le conocía, "pero amigos que él mencionaba, eran la presidenta Moscoso, el magistrado Cigarruista, que me presentó en el restaurante Costa Azul, muy amigo de él; otros amigos eran el alcalde Navarro, el exlegislador Antonío, el legislador Jackson y el licenciado Raúl Ossa".
Panamá América trató de obtener una reacción de Navarro sobre las declaraciones de Herrera, pero éste se encontraba en el interior del país. En su lugar, Ricardo Laviery, vocero del alcalde, rechazó "categóricamente" esta afirmación y aseguró que Navarro "no tiene ningún vínculo o amistad con Torres ni con nadie que tenga ver con Rayo Montaño o su organización".
Laviery sostuvo que es "irresponsable" que Herrera haya declarado ante la fiscalía sobre una situación tan delicada con base en un comentario que le hizo otra persona. Agregó que es común que delincuentes traten de legitimarse ante las autoridades asegurando que mantienen vínculos con figuras públicas.
Este diario dejó un mensaje en el celular de la exmandataria Moscoso para conocer su versión sobre el tema, pero no obtuvo respuesta. También llamó dos veces al magistrado Cigarruista y tampoco logró sus declaraciones.
Herrera admitió que en el año 2003 conoció al propio Rayo Montaño en una reunión en una casa de Torres en la comunidad colonense de Juanche, cerca de Portobelo, en donde estaban presentes el entonces legislador perredista, Abelardo Antonío, quien hacía trabajos de construcción en esta residencia, y el exalcalde de Portobelo y ahora diputado del oficialista PRD por Colón, Nelson Jackson.
Los presuntos contactos de Torres en el gobierno ayudarían a que Rayo Montaño obtuviera su permanencia en Panamá. "Mi compadre lo estaba ayudando (a Rayo Montaño) con las amistades que tenía en el gobierno a arreglarle los papeles como inversionista en la república de Panamá, lo cual tengo entendido todo estaba en regla, porque más adelante me dí cuenta en los periódicos que tenía cédula", destacó.
Pablo Joaquín Rayo Montaño tenía la cédula panameña E-8-85226. Su documento oficial señala que nació el domingo 4 de octubre de 1959 a las 12: 00 a.m. en Colombia. Sus padres son Isaura Montaño y Pablo Rayo. Su permanencia definitiva en Panamá la obtuvo a través de una visa de inversionista apoyada en la sociedad anónima "Mi familia amorosa", con una presunta inversión de 100 mil dólares.
Esta sociedad anónima tenía una licencia comercial Tipo A, con registro número 1999-7480 de 27 de diciembre de 1999 y supuestamente se dedicaba a la actividad de bienes y raíces.
Rayo Montaño logró su cédula mediante la Resolución No. 3559 del 10 de julio del año 2002 firmada por Javier Tapia, exsubdirector de Migración durante el gobierno de Moscoso. El 1 de febrero de ese mismo año, el colombiano recibió un permiso provisional de permanencia en calidad de diseñador de piezas de equipos pesados y marinos.
La solicitud de permanencia definitiva en Panamá de Rayo Montaño presentaba una pecularidad: no cumplía con el requisito de incluir el récord policivo de su país natal, Colombia, de donde había salido en 1999 con rumbo a tierras panameñas por las incipientes investigaciones que se hacían en su contra. Lo que sí incluía el historial del colombiano era el récord expedido por la Policía Técnica Judicial (PTJ). En ese momento, Rayo Montaño estaba limpio de cargos en Panamá.
La cédula de Rayo Montaño fue anulada por la Dirección de Migración a través de la Resolución 4581 de 19 de mayo de 2006.
El detenido narcotraficante llegó a Panamá en un barco desde Colombia y según consta en las investigaciones, trajo consigo 34 millones de dólares en efectivo para empezar a conformar su bien plantada organización.
En las sumarias del caso se plantea que todas las transacciones económicas que hizo la organización de Rayo Montaño en Panamá fueron en efectivo.
El coronel Herrera fue encarcelado en 1990, acusado de intentar darle un golpe de Estado al recién ascendido al poder Guillermo Endara. Herrera fue recluido en la prisión de alta seguridad de Naos y su compañero de celda resultó ser nada menos que Alberto Enrique Torres, quien purgaba condena por un delito relacionado con drogas.
Un incidente estrechó la incipiente relación entre ambos. Torres sufrió un principio de infarto a altas horas de la noche y ninguno de los custodios se atrevió a atenderlo. Entonces, Herrera llamó por teléfono a un amigo médico, quien le dio instrucciones de cómo salvarle la vida al colombiano. Allí nació una bien cimentada amistad que terminó en compadrazgo.
Durante los tres años y ocho meses que compartieron celda, Herrera hizo amistad también con la entonces novia de Torres, Sonia Mosquera, a quien las autoridades ubican en la célula tres de la red de Rayo Montaño, a la cual se le atribuye el lavado de ganancias ilícitas.
Mosquera le pidió que le bautizara a la hija que esperaba en una ceremonia muy íntima que se realizó dentro del penal. Los gastos fueron costeados por Herrera, debido a la "precaria" situación económica que mantenían Torres y Mosquera.
Torres fue liberado en 1994 y Herrera asegura que no lo volvió a ver hasta el año 2002, cuando tuvo que mediar entre el colombiano y el mayor de la Policía, Marcio Herazo, en una disputa por la agencia de seguridad Pacific Security. Luego de un fuerte altercado entre Torres y Herazo, Herrera es designado gerente de la empresa para evitar mayores problemas entre ambos socios.
Una vez en la gerencia de Pacific Security, Herrera decidió incluir a la ahora esposa de Torres en la junta directiva de la empresa para que le "tocara algo" ante su difícil situación económica. Finalmente, las deudas de arrastre que tenía Pacific Security la hicieron colapsar.
Herrera admitió ante la Fiscalía de Drogas que le alquiló la residencia 23-A de Dorado Lakes, que es propiedad de su esposa Xenia de Herrera, a los Torres en B/.750 mensuales. El militar retirado sustentó que esta casa fue comprada en B/.123 mil en marzo de 2004 y cancelada en el 2005, con dineros aportados por su suegra y su señora.
El militar gozó de cierta simpatía política luego de su abrupta salida de la Policía Nacional por el movimiento contra Endara y hasta intentó conformar un partido pólítico, mediante el cual no descartó aspirar a la Presidencia de la República. Luego de una espectacular fuga en helicóptero del penal, Herrera fue liberado de los cargos de atentar contra la personalidad interna del Estado por falta de pruebas.
La situación económica de Torres al parecer había mejorado sustancialmente en pocos años. Para el 2005, mantenía una residencia en Brisas del Golf y un palacete de playa en Juanche, además de una camioneta Toyota Prado.
El matrimonio Torres figura entre los dignatarios de las sociedades anónimas Agropecuaria Talingo S.A. e Invermar del Caribe. Las autoridades también vinculan a Torres con Germán Pinzón, otro testaferro de Rayo Montaño en Nautipesca, la principal fachada comercial del capo colombiano en Panamá.
Torres vendió todas sus propiedades y abandonó Panamá en el 2005, pero no por el Aeropuerto de Tocumen; decidió enfrentar los peligros que le imponían las aguas del Atlántico para llegar hasta la comunidad colombiana de Turbo, en donde tiene una productiva finca que abastece de vegetales a la compañía multinacional Del Monte.
El colombiano salió de Panamá luego de una conversación que mantuvo por teléfono con Herrera, quien le comunicó que el entonces fiscal primero de Drogas, Patricio Candanedo estaba preguntando por él.
"Vea compadre, si usted anda en alguna cuestión rara, déjese de vainas, porque el fiscal está preguntando por usted, y si no anda en nada, entonces olvídese de esto", le reclamó Herrera a Torres. "Vea compadre, dígale al fiscal que yo ando en mi asunto en la finca", respondió el colombiano, antes de desaparecer y convertirse en un prófugo internacional de la justicia.
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