El folklore de los negros congos en Panamá
Publicado 2005/11/28 00:00:00
- Mariela Grimaldo B.
La Cultura de los Negros Congos de Panamá, debe ser orgullo de todos y no se debe permitir que el sueño del olvido, deje abandonado el legado existente y desconocido de un pueblo que vivió en carne propia la esclavitud.
Los Negros Congos, mosaicos de nuestra legítima riqueza folclórica, se localizan en la Ciudad de Colón y en la Costa Arriba y Costa Abajo de la provincia atlántica; en Panamá Centro en Curundu, Chilibre, entre otros puntos. En algunas áreas han desaparecidos paulatinamente.
Es en la comunidad de Curundú, donde por muchos años se ha resaltado esta costumbre; la señora Alejandrina Lam, conocida como la Reina Congo y su familia han luchado por años para rescatar esta tradición. La muy conocida monarca y su grupo, han dejado en alto el nombre de Panamá en el mundo entero, mostrando a través de sus bailes negroides su cultura y folklore.
La corona de España trajo negros africanos a las costas de América, para que hicieran las más penosas, duras y humillantes faenas de la época, así aparece el tráfico negrero, negocio dedicado al cambalache de hombres sencillos, robustos que nacieron herederos de la esclavitud por el color con que la naturaleza les envolvió la piel.
Gran parte de esos negros fueron cazados en el Congo Africano, mientras que otros provenían de la región de Guinea. Dentro de las tribus que llegaron al Istmo de Panamá, podemos encontrar Los Gagos, Pololos, Mondongo, Hachanti, Harara, Bai, Guineanos entre otros. De allí que hoy se conozcan en Panamá dos grupos: el Reino Congo de Cerro Brujo y el negro esclavo del Reino de Guinea. Ambos se entienden y conjugan hoy su alegría y su esperanza en el recuerdo ingrato de un ayer lejano viciado de dolor y muerte.
En Panamá, como otros puntos de América a que arribó en su tragedia el negro, fueron bestia de carga; monedas de cambio; carne para el látigo y también el ardor del trópico que sació la aberración sexual de sus poseedores.
A los españoles no les convenía aceptar la capacidad del hombre negro. De manera tal que le negaron el derecho a educarse. La pena para quienes fueran sorprendidos aprendiendo a leer y escribir era la muerte.
En sus breves ratos de ocio y de malicia, los amos les enseñaron que existía el diablo, personaje destinado a llevarse a los negros al infierno cuando estos observaban mala conducta, cuando no guardaban tolerancia, obediencia, respeto y lealtad a los señores. Pero existía el Ángel de la guarda que los encaminaba por la senda del bien, y las ánimas que ejercían designios extraterrenales en el negro.
Este es el origen de los famosos Congos; esta es su dolorosa odisea y la página de gloria por ellos rubricada, esta historia de generación en generación, arranca las costumbres, los bailes, la música, el vestuario y la tradición, su comida y el encanto de la antigua raza esclavizada. Y es así que el Folklore de los Negros Congos en Panamá, esta formado por maravillosos personajes que bailan al ritmo de los tambores, ellos son: La Reina, Juan de Dioso, Juan de Diosito, El Pajarito, El Juraquin, Matuanga; Cande o Candelaria, El Barre con todo, El Agarrado, El Letrado y El Troyano
La temporada de congo inicia del 19 de enero al amanecer hasta el miércoles de ceniza, participan muchos otros personajes.
Muchas veces durante el desarrollo del juego, entran otros personajes de menor importancia como el tigre, la hormiga, el gusano, el conejo y otras especies del monte y de la selva que habitaron los esclavos. Pero al finalizar el juego aparecen personajes de gran importancia como:
Quien viene a llevarse a los negros y los castiga con latigazos. Al final es capturado y bautizado en público.
Previa invocación de la reina y para distraer al diablo entra en escena. Mientras esto acontece los congos se abstecen de cruces para afrontar el peligro.
Entra a recoger las ánimas tan pronto se entera de la captura del diablo.
Tiene la misión de bautizar al diablo lo cual hace sobre una mesa, ya que Lucifer está proscrito de la causa de Dios.
Dentro de la Sociedad Congo se puede apreciar la crítica contra los blancos. En sus símbolos como en sus cantos, asoma la advertencia, más que el reproche. Los Congos tienen su bandera es bicolor, en la parte superior es blanco y negro y en la parte inferior significa: Libertad, paz y muerte, lo cual significa que: el negro y el blanco deben vivir en paz.
Dentro de sus costumbres los Congos cuando se saludan lo hacen con los pies en vez de hacerlo con las manos, y cuanto a la jerga que hablan, cortando las palabras haciéndose difíciles de entender por el mismo hecho de decir las cosas al revés.
Donde existe folklore, yace expreso el espíritu y la capacidad del ser humano en sus diferentes manifestaciones. Existe una fuente de riqueza cultural que hay que valorar y salvarla para así redimir al mismo pueblo que lo engendró, lo enriquece y conserva.
Es lamentable que a pesar del tiempo los gobernantes tengan en el olvido a la ilustre moderadora de la cultura negroide, Sra. Alejandrina Lam, quien ha formado niños, hombres y mujeres en la comunidad de Curundú, enseñándoles el valor de su cultura. Hoy nuestro patria debe dar el lugar justo al más precioso mosaico de nuestra legítima riqueza folklórica, el rescate de los "Congos".
Es en la comunidad de Curundú, donde por muchos años se ha resaltado esta costumbre; la señora Alejandrina Lam, conocida como la Reina Congo y su familia han luchado por años para rescatar esta tradición. La muy conocida monarca y su grupo, han dejado en alto el nombre de Panamá en el mundo entero, mostrando a través de sus bailes negroides su cultura y folklore.
La corona de España trajo negros africanos a las costas de América, para que hicieran las más penosas, duras y humillantes faenas de la época, así aparece el tráfico negrero, negocio dedicado al cambalache de hombres sencillos, robustos que nacieron herederos de la esclavitud por el color con que la naturaleza les envolvió la piel.
Gran parte de esos negros fueron cazados en el Congo Africano, mientras que otros provenían de la región de Guinea. Dentro de las tribus que llegaron al Istmo de Panamá, podemos encontrar Los Gagos, Pololos, Mondongo, Hachanti, Harara, Bai, Guineanos entre otros. De allí que hoy se conozcan en Panamá dos grupos: el Reino Congo de Cerro Brujo y el negro esclavo del Reino de Guinea. Ambos se entienden y conjugan hoy su alegría y su esperanza en el recuerdo ingrato de un ayer lejano viciado de dolor y muerte.
En Panamá, como otros puntos de América a que arribó en su tragedia el negro, fueron bestia de carga; monedas de cambio; carne para el látigo y también el ardor del trópico que sació la aberración sexual de sus poseedores.
A los españoles no les convenía aceptar la capacidad del hombre negro. De manera tal que le negaron el derecho a educarse. La pena para quienes fueran sorprendidos aprendiendo a leer y escribir era la muerte.
En sus breves ratos de ocio y de malicia, los amos les enseñaron que existía el diablo, personaje destinado a llevarse a los negros al infierno cuando estos observaban mala conducta, cuando no guardaban tolerancia, obediencia, respeto y lealtad a los señores. Pero existía el Ángel de la guarda que los encaminaba por la senda del bien, y las ánimas que ejercían designios extraterrenales en el negro.
Este es el origen de los famosos Congos; esta es su dolorosa odisea y la página de gloria por ellos rubricada, esta historia de generación en generación, arranca las costumbres, los bailes, la música, el vestuario y la tradición, su comida y el encanto de la antigua raza esclavizada. Y es así que el Folklore de los Negros Congos en Panamá, esta formado por maravillosos personajes que bailan al ritmo de los tambores, ellos son: La Reina, Juan de Dioso, Juan de Diosito, El Pajarito, El Juraquin, Matuanga; Cande o Candelaria, El Barre con todo, El Agarrado, El Letrado y El Troyano
La temporada de congo inicia del 19 de enero al amanecer hasta el miércoles de ceniza, participan muchos otros personajes.
Muchas veces durante el desarrollo del juego, entran otros personajes de menor importancia como el tigre, la hormiga, el gusano, el conejo y otras especies del monte y de la selva que habitaron los esclavos. Pero al finalizar el juego aparecen personajes de gran importancia como:
Quien viene a llevarse a los negros y los castiga con latigazos. Al final es capturado y bautizado en público.
Previa invocación de la reina y para distraer al diablo entra en escena. Mientras esto acontece los congos se abstecen de cruces para afrontar el peligro.
Entra a recoger las ánimas tan pronto se entera de la captura del diablo.
Tiene la misión de bautizar al diablo lo cual hace sobre una mesa, ya que Lucifer está proscrito de la causa de Dios.
Dentro de la Sociedad Congo se puede apreciar la crítica contra los blancos. En sus símbolos como en sus cantos, asoma la advertencia, más que el reproche. Los Congos tienen su bandera es bicolor, en la parte superior es blanco y negro y en la parte inferior significa: Libertad, paz y muerte, lo cual significa que: el negro y el blanco deben vivir en paz.
Dentro de sus costumbres los Congos cuando se saludan lo hacen con los pies en vez de hacerlo con las manos, y cuanto a la jerga que hablan, cortando las palabras haciéndose difíciles de entender por el mismo hecho de decir las cosas al revés.
Donde existe folklore, yace expreso el espíritu y la capacidad del ser humano en sus diferentes manifestaciones. Existe una fuente de riqueza cultural que hay que valorar y salvarla para así redimir al mismo pueblo que lo engendró, lo enriquece y conserva.
Es lamentable que a pesar del tiempo los gobernantes tengan en el olvido a la ilustre moderadora de la cultura negroide, Sra. Alejandrina Lam, quien ha formado niños, hombres y mujeres en la comunidad de Curundú, enseñándoles el valor de su cultura. Hoy nuestro patria debe dar el lugar justo al más precioso mosaico de nuestra legítima riqueza folklórica, el rescate de los "Congos".
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